Investigadores estudiarán el cerebro de un escritor que murió a los 110 años

Decidieron donar el cerebro del anciano más longevo de EEUU. Su análisis ayudará a los científicos a entender por qué algunas personas mantienen sus facultades mentales

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El cerebro de Markoff será utilizado por científicos para analizar el envejecimiento
El cerebro de Markoff será utilizado por científicos para analizar el envejecimiento

El último 3 de junio, Morrie Markoff, considerado el hombre más anciano de los Estados Unidos, murió en su hogar en Los Ángeles a los 110 años. Markoff, nacido en el barrio de East Harlem en Nueva York en 1914, había vivido una vida notable caracterizada por una notable lucidez incluso en sus últimos años. Ahora, su cerebro será analizado por científicos para comprender mejor el proceso de envejecimiento y las contadas personas que mantienen sus facultades cognitivas intactas hasta edades avanzadas.

Markoff, hijo de inmigrantes judíos rusos, sobrevivió a la pandemia de gripe española de 1918 y únicamente asistió a la escuela hasta el octavo grado. A pesar de su falta de educación formal, desarrolló una impresionante avidez por el conocimiento. Su hija, Judith Hansen, de 81 años, comentó que “publicó un libro y un blog, pero ahora entrará en los anales de la investigación científica. Esto es justo lo que le gustaba. Le encantaba la ciencia. Con su educación de octavo grado, leía Scientific American y lo discutía con amigos. Amaba la ciencia”.

Por qué su familia decidió donar su cerebro

Markoff, con educación hasta octavo grado, leía y discutía temas científicos
Markoff, con educación hasta octavo grado, leía y discutía temas científicos

Judith Hansen explicó que la decisión de donar el cerebro de su padre surgió después de que un accidente cerebrovascular lo llevó a cuidados paliativos poco antes de su muerte. Morrie Markoff se mantenía mentalmente activo leyendo el periódico en su iPad hasta sus últimos días, una actividad facilitada por su cuidadora Rosario Reyes, quien Hansen describe como “un ángel”, debido a que fue la clave de la agudeza mental de su padre, afirmó Hansen.

El hombre trabajó como maquinista y, eventualmente, en varias empresas de electrodomésticos. Se casó con Betty Goldmintz en 1938. Durante sus 81 años de matrimonio, la pareja viajó por todo el mundo y se mantuvo físicamente activa, caminando 4,8 kilómetros diarios hasta la novena década de vida juntos. Betty falleció en 2019 a los 103 años. “Él siempre fue muy curioso e inquisitivo”, explicó Hansen.

Markoff se casó en 1938, publicó un libro a los 99, y sus esculturas se expusieron en Los Ángeles
Markoff se casó en 1938, publicó un libro a los 99, y sus esculturas se expusieron en Los Ángeles

Markoff descubrió y comenzó a utilizar Wikipedia en sus últimos años, un testimonio de su constante sed de conocimiento. A los 99 años, publicó un libro titulado “Keep Breathing: Recollections from a 103-year-old”. También incursionó en la escultura de metal, y sus obras fueron presentadas en una galería de Los Ángeles. En su blog de 2021, reflexionó sobre su longevidad, afirmando: “He tenido muchos choques cercanos, escapadas de la muerte. Nunca esperé llegar a la edad que tengo y todavía tener mis facultades mentales.

Cómo serán los estudios en el cerebro de Markoff

La donación cerebral de Markoff será parte de un proyecto del Brain Donor Project
La donación cerebral de Markoff será parte de un proyecto del Brain Donor Project

El proyecto de investigación sobre su cerebro será gestionado por el Brain Donor Project, una organización que colabora con el NeuroBioBank de los Institutos Nacionales de Salud de los EE.UU. Según Tish Hevel, CEO de la organización, “es esencial estudiar cerebros sanos para compararlos con aquellos afectados por enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer”. Hevel enfatizó: “El cerebro es la fuente de identidad personal, es increíblemente íntimo, y eso es lo que realmente me emocionó, que tanta gente esté motivada a donar”.

Mucha gente no sabe que la donación del cerebro es un proceso separado de la donación de órganos. A diferencia de órganos como riñones o corazones que pueden ser trasplantados para salvar vidas, los cerebros solo se utilizan para estudios científicos. Tish Hevel explicó que los diagnósticos post-mortem a menudo son el único medio para obtener una explicación definitiva de ciertas condiciones médicas, y consideró los donantes de cerebro como sumamente “altruistas”.

Con 110 años, Markoff seguía leyendo el periódico en su iPad, gracias a su cuidadora
Con 110 años, Markoff seguía leyendo el periódico en su iPad, gracias a su cuidadora

Habría estado muy feliz (de saber que iban a estudiar su cerebro)”, comentó Hansen. “Él realmente creía en la ciencia. Había bromeado con él sobre la donación de órganos. Le dije, bueno, ‘Pap, no creo que quieran los tuyos porque son muy viejos’”, pese a que justamente esa es la razón por la cual será estudiado.

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