Los españoles viven menos en pareja que los ciudadanos de otros países de la Unión Europea. Esta diferencia se dispara entre los jóvenes de entre 25 y 29 años, de los que solo un 27% cohabita frente al 42% promedio de la UE. La diferencia se reduce a medida que aumenta la edad. Entre los 30 y 35 años, el 64% de los europeos vive en pareja frente al 58% de los españoles y, a partir de los 35 años, la tendencia española converge con la media comunitaria, según datos de la European Social Survey, que Funcas analiza en el último Focus on Spanish Society.
Los jóvenes españoles llegan más tarde a la convivencia con su pareja no porque no quieran sino porque las circunstancias económicas se lo impiden. Uno de los principales frenos es el precio de la vivienda, tanto de compra como de alquiler, que supera máximos históricos, lo que obliga a los jóvenes a seguir viviendo con sus padres, incluso aquellos que tienen trabajo.
El precio de la vivienda usada registró a cierre de noviembre una subida interanual del 16,1%, hasta situar el coste del metro cuadrado en los 2.605 euros de media en el país, según datos del último índice de precios inmobiliarios de idealista. Este precio es el más alto desde que hay registros. Un coste que se multiplica en las grandes capitales como Madrid, donde el valor del metro cuadrado ronda los 5.758 euros de media, o en Barcelona capital, donde se paga a 5.089 euros.
Si el precio de venta se dispara, el del alquiler también. Noviembre cerró con una subida interanual de 9,9% y el metro cuadrado en renta en 14,6 euros. según idealista. Este coste casi se duplica en las grandes capitales como Barcelona donde alcanza los 24 euros el metro cuadrado o Madrid, cuyo valor ronda los 22,8 euros.
Trabajos temporales y sueldos escasos
Otro factor que impide la convivencia de los jóvenes es el empleo. Según datos del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve), la tasa de paro entre los menores de 30 años se situó en el 18,95% a cierre del tercer trimestre de este año. Mientras que el número total de parados menores de 25 años cerró noviembre en 188.392 personas, tras caer un 2,8%, señalan desde el Ministerio de Trabajo.
Los jóvenes de hasta 30 años que trabajan tampoco lo tienen fácil para vivir en pareja debido a sus condiciones laborales. La tasa de temporalidad de sus contratos ronda el 60,5% y el 46% cuentan con contratos a tiempo parcial de manera involuntaria. Ambas situaciones “configuran un entorno laboral precario que retrasa la emancipación”, advierte Mar Villares, secretaria técnica del Registro de Economistas Asesores Laborales.
La no convivencia reduce natalidad
La baja emancipación en pareja entre los jóvenes baja la natalidad, lo que puede poner en jaque el futuro de las pensiones. María Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas, reconoce que “está emergiendo en las economías avanzadas un patrón llamativo que puede aportar nuevas claves para entender el continuo descenso de la natalidad”. Incide en que el problema no solo reside en por qué las familias tienen menos hijos de los que desearían, sino también en “la creciente dificultad para formar y mantener parejas estables, especialmente en las generaciones más jóvenes”. Explica que esta tendencia se observa en toda Europa, aunque “se manifiesta con especial intensidad en España, como ocurre con muchos otros fenómenos demográficos”.
El freno en la natalidad incidirá a medio y largo plazo factores esenciales para la sociedad del bienestar como el sostenimiento del sistema nacional de pensiones. En España, el envejecimiento demográfico provocado por el descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida ha aumentado el gasto en pensiones, que seguirá al alza en los próximos años hasta convertir a España en 2045 en el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que mayor proporción del PIB deberá destinar al pago de las pensiones. Manteniéndose en esa posición al menos hasta 2060. según las previsiones de la organización.
Según el tink tank de las economías avanzadas, el porcentaje que el PIB español deberá destinar a sostener las pensiones irá incrementándose desde el 13,7% en 2025, el tercero más elevado de los 32 países analizados, hasta convertirse en el mayor de todos los países de la OCDE en 2045, cuando supondrá el 16,9% del PIB.
En este escenario, a juicio de María Miyar, “en un contexto marcado por la emancipación tardía, una transición prolongada a la adultez, la incertidumbre en el mercado laboral, una creciente presión en el mercado inmobiliario y el aumento del peso de los hogares unipersonales, la evidencia sugiere que España es especialmente vulnerable a estos desafíos”. Considera que el hecho de que nuestro país se sitúe por debajo de la media europea en convivencia de parejas “es clave para entender la transformación demográfica del país”.
Italia, Grecia y Portugal
Solo Italia está en una posición peor que la de España. A edades muy tempranas, ambos países presentan una proporción similar de jóvenes que viven en pareja, pero a partir de los 30 años España se acerca a la media europea, mientras que Italia permanece en los niveles más bajos.
Según el informe de la European Social Survey, resulta especialmente significativo que otros países del sur de Europa con desafíos estructurales y trayectorias culturales similares a las de España e Italia, como Grecia y Portugal, muestren tasas de convivencia más elevadas en la mayoría de los grupos de edad. “Esta comparación evidencia lo particular del patrón español, incluso en su contexto regional inmediato”, apuntan desde Funcas.
Por el contrario, varios países de Europa Central y del Este, como Hungría, se sitúan claramente por encima de la media europea en tasas de convivencia de parejas. Los países del norte de Europa también destacan, con niveles de convivencia elevados en casi todos los grupos de edad.