Cuando se habla de depresión, muchas personas siguen imaginando una escena casi cinematográfica: alguien mirando por la ventana, con gesto triste y una lágrima cayendo lentamente por la mejilla. Esa imagen existe, pero no es la única ni, en muchos casos, la más habitual. Así lo explica el psiquiatra y divulgador de salud mental Juan Muvdi, conocido en TikTok como @drmuvdi, donde comparte contenidos para ayudar a identificar problemas de depresión desde una mirada clara y accesible.
Según Muvdi, uno de los grandes obstáculos para detectar la depresión es precisamente la idea preconcebida que existe sobre cómo debería mostrarse. “Tenemos una versión muy Hollywood de la depresión”, señala en uno de sus vídeos. Esa visión, advierte, puede hacer que muchas personas no reconozcan lo que les está ocurriendo, ni en sí mismas ni en quienes las rodean.
La depresión, recuerda el psiquiatra, no siempre se manifiesta como tristeza constante. En ocasiones, aparece de formas mucho más silenciosas y difíciles de identificar si no se sabe qué mirar. Uno de esos signos puede ser el aumento del apetito. Comer más de lo habitual, tener hambre casi todo el tiempo o ganar peso sin una causa clara puede estar relacionado con un intento del cuerpo de regular emociones difíciles.
Otro síntoma frecuente es el enfado persistente. No se trata de un mal día puntual, sino de una irritabilidad constante, una sensación de estar siempre a la defensiva o de reaccionar con rabia ante situaciones pequeñas. En algunos casos, explica Muvdi, la depresión se expresa más como enojo que como tristeza, algo que socialmente suele pasar desapercibido o se justifica como mal carácter.
Las dificultades de concentración son otra señal clave. Muchas personas describen lo que en inglés se conoce como brain fog (“niebla mental”), es decir problemas para pensar con claridad, olvidar cosas sencillas o sentir que la cabeza va más lenta de lo normal. Este estado no solo afecta al trabajo o a los estudios, sino que también refuerza la sensación de frustración y cansancio.
A estos síntomas se suma un componente emocional muy común: la culpa constante. Sentirse culpable por decisiones pequeñas, por situaciones que no dependen de uno mismo o por errores del pasado que ya no tienen solución puede ser una señal de alarma. Esta culpa suele ir acompañada de una fuerte duda sobre uno mismo, inseguridad al tomar decisiones y una sensación permanente de no estar a la altura.
Un malestar silencioso
El doctor Muvdi insiste en que estos signos, vistos de forma aislada, pueden parecer normales o atribuibles al estrés. El problema aparece cuando se mantienen en el tiempo y empiezan a afectar a la vida diaria. Ahí es cuando conviene prestar atención y plantearse pedir ayuda profesional.
Uno de los mensajes centrales de su divulgación es que la depresión no siempre se ve a simple vista. Muchas personas siguen cumpliendo con sus responsabilidades mientras por dentro lidian con un malestar profundo. Esa capacidad de seguir funcionando no significa que estén bien, sino que han aprendido a adaptarse al sufrimiento.
Reconocer estos síntomas no busca etiquetar ni alarmar, sino abrir la puerta a al cuidado. Según Muvdi, detectar a tiempo estas señales puede marcar una gran diferencia, tanto para iniciar un tratamiento adecuado como para reducir la culpa que sienten quienes no entienden por qué se encuentran así. Hablar de depresión desde esta mirada más amplia ayuda a desmontar estereotipos y a recordar que la salud mental no se muestra de forma explícita.