En una visita rápida al supermercado, pocas personas se detienen a leer las etiquetas de las bebidas alcohólicas que consumen, y menos aún notan la ausencia de advertencias que podrían proteger su salud. Sin embargo, un estudio reciente ha revelado que cuatro de cada diez bebidas alcohólicas no incluyen en sus etiquetas advertencias sobre los riesgos que su consumo conlleva para embarazadas, menores de edad o conductores.
La investigación, llevada a cabo por expertos de la Universidad Autónoma de Madrid, el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el Grupo de Trabajo de Alcohol de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), expone una clara omisión en la señalización de advertencias sanitarias, según recoge EFE. A pesar de las recomendaciones de la Comisión Europea para incluir estas advertencias en las etiquetas antes de 2023, la realidad es que la mayoría de las empresas no cumple con lo pactado. Esta falta de información es vista por los expertos como un riesgo significativo para la salud pública, especialmente entre los grupos más vulnerables.
Aunque la regulación europea impulsa la transparencia en la información que reciben los consumidores, el panorama actual revela un incumplimiento alarmante en cuanto a la información nutricional en las bebidas alcohólicas. Según el estudio, apenas el 22,2% de los productos ha cumplido con el compromiso de incluir datos sobre el valor nutricional. Sorprendentemente, la cerveza es el sector que más ha avanzado en esta tarea, con un 56,5% de cumplimiento. En contraste, los vinos se encuentran muy por debajo, con solo un 2,9% de las etiquetas detallando esta información.
El compromiso voluntario asumido por las industrias varía considerablemente. Mientras que el sector de la cerveza se comprometió a ofrecer el 100% de la información nutricional en sus etiquetas, el de las bebidas espirituosas redujo esta promesa al 66%. El caso del vino es aún más particular, ya que hasta el 8 de diciembre de 2023 no tenía la obligación de especificar esta información, coincidiendo con la entrada en vigor de una nueva normativa de la Unión Europea.
Riesgos para la salud
A pesar de los esfuerzos por mejorar la información en las etiquetas de, la presencia de advertencias sanitarias sigue siendo insuficiente. El estudio revela que solo el 19% de las bebidas incluye advertencias claras sobre los riesgos de consumo para menores de edad, mientras que el 56,5% advierte sobre los peligros durante el embarazo. En cuanto a la advertencia sobre evitar el consumo antes de conducir, esta apenas aparece en un 9,1% de los productos analizados.
Además, solo el 15,3% de las bebidas incorpora dos mensajes de advertencia en sus etiquetas y tan solo el 6,2 % incluye las tres advertencias principales: embarazo, menores y conducción. Aunque las cervezas lideran en cuanto a la inclusión de estos mensajes, con un 81,8% de ellas mostrando alguna advertencia, los licores apenas alcanzan un 50% de cumplimiento. Estas cifras evidencian la reticencia de la industria del alcohol a incorporar advertencias sanitarias, algo que Iñaki Galán, investigador del CNE, compara con lo que ocurrió con el etiquetado del tabaco, un proceso que fue evolucionando desde mensajes pequeños hasta empaques genéricos y más restrictivos.
El informe destaca la ausencia de advertencias sobre el vínculo entre el consumo de alcohol y el cáncer, un hecho que muchas marcas prefieren omitir. A nivel internacional, los esfuerzos por estandarizar estos mensajes avanzan lentamente, y aunque algunos países han implementado con éxito etiquetados más estrictos, la resistencia de la industria sigue siendo un obstáculo importante.
La postura del sector
Desde la Federación Española del Vino (FEV), que agrupa a los bodegueros del país, han señalado que el estudio recoge datos de la primera mitad del año pasado y que, hasta diciembre de 2023, la inclusión de información nutricional y de ingredientes en el etiquetado de los vinos era voluntaria, por lo que el cumplimiento era limitado. Sin embargo, con la nueva normativa europea en vigor, esta información será obligatoria para todas las producciones vinícolas. La FEV subraya que el propio sector ha apoyado esta regulación, destacando que el vino debe ser tratado como un alimento que requiere transparencia en sus componentes.
Por su parte, el sector de las bebidas espirituosas defiende su compromiso con la autorregulación. Según Bosco Torremocha, director ejecutivo de la patronal de estas bebidas en España, el sector en Europa fue pionero en la inclusión de información ampliada en las etiquetas mediante códigos QR, un sistema que, a pesar de las críticas por generar “desigualdad” en el acceso a la información, consideran que está en línea con los avances tecnológicos y la creciente digitalización.