La colaboración entre Kate Hudson y Hugh Jackman en Song Sung Blue les permitió explorar una complicidad inesperada al interpretar a dos músicos anónimos que rinden homenaje a Neil Diamond y Patsy Cline.
“No éramos estrellas, solo dos personas que amaban cantar”, resumió Hudson en una conversación recogida por YouTube (CBS Sunday Morning), donde la fama quedó relegada y el arte ocupó el centro de la escena.
Un casting inesperado y la emoción del primer encuentro
La relación laboral surgió de manera imprevisible. Jackman recordó que fue Michelle, su colaboradora de años, quien lo impulsó a observar a Hudson en una entrevista televisiva.
“Encendí la televisión y vi a Kate promocionando su álbum debut. Me sorprendió cómo hablaba de la música y permitía el acceso a su proceso creativo. Sabía que tenía una gran voz, pero verla en ese momento particular me impactó. Le escribí a Craig Brewer, el guionista y director, diciendo: ‘Kate Hudson es Claire. Claire es Kate’. Su respuesta fue inmediata: ‘Perfecto’”, explicó.
Por su parte, Hudson describió su primer encuentro con el guion: “Lo leí antes de saber que existía un documental. Parecía una gran historia épica, de esas que ya no se ven tanto. En el fondo, era una historia de amor, familia y admiración, poblada por personajes llenos de coraje y resiliencia”.
“Cuando supe que Hugh participaba, me hizo mucha ilusión, era el Mike ideal. Después vi el documental y el guion de Craig me pareció brillante, porque logró resumir una historia extensa en una película de dos horas”, agregó.
Entre lágrimas y recuerdos: el rodaje y la relación personal
Jackman coincidió en lo emotivo del proyecto: “Lloré al ver el documental. En la primera lectura de mesa, todos lloraban. Pero había algo especial en esas lágrimas: te hacían sentir bien. Eso me enamoró. Le contaba la historia a todo el mundo. Es inspiradora, conmueve, pero sales de ella en paz”.
La relación previa entre ambos era superficial. Jackman bromeó: “Recuerdo la primera vez que nos conocimos, aunque ella no lo recuerda. Fue en casa de sus padres, yo llevaba los aperitivos. Sentí que estaba en la mesa de los populares. Pero después se fue y, cuando le pregunté si lo recordaba, me dijo que no”.
Hudson sonrió: “Eso me pasa a veces, no recuerdo ciertas cosas. Pero sí recuerdo que hicimos un taller para un musical que nunca se concretó. Eso sí fue fantástico”.
La confianza mutua creció durante el rodaje. “Ahora nos conocemos muy bien”, coincidieron. Hudson agregó: “Descubrí que todo lo bueno que se dice sobre Hugh es cierto y más”.
Desafíos y libertad creativa para interpretar a músicos anónimos
Interpretar a músicos reales y poco conocidos les resultó un desafío distinto a los biopics convencionales. Hudson explicó: “Tuvimos la oportunidad de interpretar a personas que no son famosas. Craig no quería que hiciéramos imitaciones, lo cual es más difícil cuando el personaje es una figura pública. Nos permitió crear desde la autenticidad, siempre con el deseo de honrar a Claire y Mike”.
“El documental ayudó, pero Craig insistía en que confiáramos en nuestro instinto. Esa libertad fue clave para encontrar nuestro propio modo de interpretar a los personajes y aportó una honestidad especial a la experiencia”, agregó.
Jackman agregó: “Ambos somos cantantes, pero tuve que dejar de lado mi estilo personal, buscar a Mike y luego a Mike interpretando a Neil Diamond. Soy intérprete, no imitador. La grabación fue como un taller, un proceso de exploración”.
Sobre Patsy Cline, Hudson admitió: “No creo que mi voz sea el instrumento más depurado, pero sé adaptarla a lo que requiere el personaje. Lo difícil fue encontrar mi propia voz tras años de cantar en otros estilos. Interpretar canciones de Patsy Cline fue un placer. Me hubiera gustado incluir dos más en la película”.
El tributo a Neil Diamond y Patsy Cline
El homenaje a Neil Diamond y Patsy Cline se vivió con intensidad. Jackman relató: “Estuve en funciones donde el público reía, cantaba y lloraba. Eso no ocurre todos los días. La película incluyó 13 canciones de Neil Diamond y una vez él me llamó, emocionado, para decirme que le encantó”.
“Conocía la historia y el documental; nos dio los derechos de su música, lo que fue extraordinario porque uno de los homenajes principales es a Neil Diamond, a lo que significa como artista y compositor. Me dijo: ‘Soy de Brooklyn. Sí, terminé siendo Neil Diamond, pero igual seguiría cantando en un bar local’. Le entusiasmó”, agregó.
Hudson agregó: “Neil Diamond es un tesoro nacional. Sus canciones son himnos en celebraciones y eventos. No era asidua a su música antes de la película, porque crecí en los años 80 y 90, más cerca de Madonna y el grunge. Descubrir su catálogo fue revelador, es increíblemente prolífico. Que haya disfrutado nuestra interpretación fue un regalo”.
Reconocimientos, orgullo y reacciones familiares
La recepción entre familiares y amigos fue muy emotiva. Hudson contó: “En una proyección privada con mi familia y equipo, todos acabaron llorando y amaron la película. Me intrigaba cómo sería para mi madre verme en pantalla como una mujer de mediana edad, lejos del glamour. Les encantó. Aunque mis padres evitan la palabra ‘orgullo’, sé que disfrutaron mucho”.
Jackman resaltó dos reacciones especiales: “Mi agente, Patrick Whitesell, me pidió verla otra vez porque quedó conmovido. Y luego Neil Diamond me llamó, profundamente tocado por la película. Eso fue inolvidable”.
Tanto Hudson como Jackman coincidieron en que los premios o reconocimientos externos son secundarios. Hudson reflexionó: “El tema Oscar es como un torbellino. Recuerdo la primera vez, todo era viajar y celebrar el cine. Es una experiencia hermosa, pero lo central es sentirte orgulloso de tu trabajo”.
Jackman compartió una anécdota: “Cuando fui nominado por Les Misérables, mi publicista me dijo que no preparara discurso, porque Daniel Day-Lewis era favorito. En el almuerzo de los nominados, Norman Jewison dijo algo que no olvido: ‘Lo que perdura es el orgullo por la película hecha. Los premios pueden pasar, pero el orgullo permanece’. Ahora, a mis 57 años, valoro estar en una película que me llena de satisfacción”.