Cedió la caída de reservas por menor salida depósitos y el dólar se sostuvo con compras del Central

Los mercados se mueven en el día a día. Las reservas se defienden a capa y espada porque el destino del Gobierno y la confianza de los que tienen dólares en los bancos, están atadas a ellas

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Fachada del Banco Central (Maximiliano Luna)
Fachada del Banco Central (Maximiliano Luna)

Fue una rueda de alivio para el Banco Central. El dato más importante, el de las reservas, mostró una importante desaceleración de sus caídas (en los dos primeros días de la semana llegaron a casi USD 2 mil millones).

Esta vez se perdieron USD 395 millones y quedaron en 51.744 millones. Por supuesto que hubo factores que jugaron a favor de este mejor comportamiento. Por un lado, cedió considerablemente la salida de depósitos en dólares. Los más temerosos fueron los primeros en irse. Ahora quedan los más racionales. Por otra parte, el oro y el euro subieron y las reservas tienen un importante componente de estos activos.

De todas maneras, el dólar sigue muy demandado y eso le costó billetes al Central. Que siguió atendiendo la demanda de USD 10.000 que corresponden al cupo mensual de clientes de bancos. Además, la entidad monetaria debió intervenir en el mercado mayorista con alrededor de USD 60 millones para que no se escape el precio de la divisa que gracias a que fue aplastada por esas ventas tuvo una leve suba de 3 centavos a $56,02. La oferta de la mesa de dinero del Central se hizo en "ladrillos" de 10 y 20 millones de dólares. No se podían comprar parcialmente: era el ladrillo o nada.

En bancos y casas de cambio el dólar tuvo una baja importante de 43 centavos y cerró a $58,06.

También tuvo un buen día en cuanto a la absorción de pesos. En la licitación de Letras de Liquidez (Leliq) captó $ 227.483 millones por los que pagó una tasa de 85,80% que es 0,07 puntos superior a la del día anterior.

Como lo que captó superó en casi $27 mil millones a los vencimientos, quitó ese dinero de circulación y le restó demanda para el jueves al dólar.

El riesgo país subió porque hay un desembarco de fondos buitres que están comprando sumas importantes de bonos locales debido a su alta renta y baja paridad. Por eso, cedió 7,8% a 2.338 puntos básicos. En esta caída del riesgo influyó el alza del Bonar 2024, el título de referencia de la deuda, que aumentó 7,71%. Este título tiene un rendimiento de nada menos que 76%. El Bonar 2020, que vence en octubre del año que viene, aumentó 5,04% y ahora rinde 176,55%.

La Bolsa tuvo el rebote del gato muerto. No faltaron los compradores de oportunidades después de la debacle del día anterior cuando el S&P Merval perdió casi 12%. Esta vez el índice de las acciones líderes subió 6,87%. Por supuesto, los bancos que fueron los que más padecieron el derrumbe, fueron los de mejor performance. El monto de negocios de $ 1.316 millones indica que hubo una fuerte demanda de estos activos. Banco Supervielle (+19,65%) y Grupo Galicia (+13,67%) fueron lo mejor de la rueda. La bonanza no alcanzó a los papeles de las empresas energéticas porque el mercado presupone que tendrán problema con la suba de tarifas en el futuro y empeorarán sus balances. Transener, por caso, bajó 0,33%. Y Pampa Energía y Edenor que tuvieron un notorio derrumbe el martes, recuperaron apenas entre 2 y 3% de sus pérdidas.

En Wall Street, los ADR's argentinos -certificados de tenencia de acciones- también tuvieron importantes alas. Lo mejor fue Banco Supervielle con casi 19% y Grupo Financiero Galicia con 15,5%. Cabe destacar que la pérdida de valor de estos bancos fue de 85% en los últimos 4 años.

Fuente: Rava
Fuente: Rava

Hay un grupo de inversores que sigue teorías que desarrollaron en base a estadísticas históricas y comienzan a compra acciones y bonos cuando quiebran determinadas líneas de precios. No importa el momento económico, ellos creen que en algún momento recuperarán con creces las apuestas que en su momento parecieron absurdas.

Hoy el tema de los mercados es el día a día. Hay demasiada vulnerabilidad en el plan monetario y en el cambiario. Las reservas se defienden a capa y espada porque el destino del Gobierno y la confianza de los que tienen dólares en los bancos, están atadas a ellas.

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