En pleno Palermo SoHo, los pasajes Russel, Santa Rosa, Soria y Coronel Cabrer son un rincón único de la ciudad de Buenos Aires. Estas pequeñas calles, trazadas a fines del siglo XIX como parte de Villa Alvear, se destacan por su encanto barrial y captan el interés de quienes buscan comprar o alquilar en esta zona del multifacético barrio porteño.
Ubicados cerca de Plaza Julio Cortázar (ex Serrano), los pasajes se destacan por viviendas tipo PH, lofts y locales vinculados a la gastronomía y el arte. Su propuesta atrae a un público joven que privilegia vivir en un radio delimitado por calles como Honduras, El Salvador, Guatemala, Thames, Serrano y Gurruchaga, entre otras.
Lo que en su origen era un trazado modesto, diseñado por el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, se convirtió en un símbolo del cambio y la renovación urbana. Este profesional (nacido en Italia en 1845 y fallecido en Buenos Aires en 1917), en 1880 fue nombrado por el intendente Torcuato de Alvear como director del Departamento de Obras Públicas de la Municipalidad, cargo que ocupó hasta 1887. Durante su gestión, lideró proyectos como la apertura de la Avenida de Mayo —que incluyó la modificación del Cabildo—, la demolición de la Vieja Recova y la remodelación del Cementerio de la Recoleta.
Villa Alvear, como se denominó inicialmente a la zona palermitana, surgió con la intención de ser un espacio para trabajadores. Con calles delimitadas por avenidas como Santa Fe y Scalabrini Ortiz y un diseño que incluía plazoletas y estos emblemáticos pasajes, el barrio buscaba responder a las necesidades de una ciudad en expansión.
“En los años ‘80, cronistas como León Tenenbaum (quien escribió libros y artículos de arquitectura, entre otros temas) describieron este lugar como un espacio con movimientos de cintura en sus estrechas calles, casas bajas y un sabor a tango que evocaba un pequeño Montmartre porteño”, resaltó a Infobae Pablo R. Bedrossian, experto en patrimonio urbano que además hace su blog sobre la ciudad.
Sin embargo, la modernidad llegó a este enclave con un giro inesperado: arte urbano, tiendas innovadoras y una identidad posmoderna que lo conectaron con el presente sin perder su esencia.
Recorrida
El Pasaje Russel, con su estrechez y curvas, cuenta con fachadas decoradas con murales y casas bajas que mezclan la nostalgia del barrio con la creatividad actual.
El Pasaje Santa Rosa, con su microclima único, alterna viviendas con coloridas intervenciones artísticas y un legado cultural que incluye haber sido residencia de figuras como Natalia Oreiro”, acotó Bedrossian.
El Pasaje Soria impresiona por su carácter apacible y varios graffitis, mientras que Coronel Cabrer conserva un aire íntimo, con murales de personajes de historietas que contrastan con la serenidad de sus fachadas.
La plaza Julio Cortázar, conecta estos pasajes con la vida cultural de Palermo SoHo. Su feria de artesanos, sus bares al aire libre y la vibrante atmósfera de la calle Borges —antigua Serrano— completan un escenario que conjuga el pasado literario con la actualidad artística.
“No es casual que Borges mencionara al Pasaje Russel en su cuento Juan Muraña, ni que este lugar inspire a nuevas generaciones de artistas y escritores”, explicó Bedrossian.
Angosto y cotizado
El Pasaje Soria, una de las joyas escondidas de Palermo SoHo, combina historia, arte y modernidad. Angosto y empedrado, sus casas bajas y murales combinan la energía bohemia de la zona y la tranquilidad de un entorno residencial.
El lugar atrae a quienes buscan vivir rodeados de arte y cultura, sin renunciar a la calma de un espacio aislado del bullicio.
Martín Pinus, de Martín Pinus Real Estate, destacó una propiedad singular dentro del pasaje: un loft de 180 metros cuadrados en planta baja, con diseño moderno y elementos naturales. “Es un verdadero oasis en la ciudad. La unidad cuenta con un gran deck exterior adornado con enredaderas y un espejo de agua que conecta visualmente con el interior a través de ventanales de pared completa. Esto no solo aporta luz natural, sino también un entorno relajante que combina perfectamente con la energía de Palermo SoHo”.
El edificio bajo donde se encuentra esta propiedad mantiene su estilo original, con un acceso que refleja el carácter artístico del barrio. La puerta principal, rodeada de un revestimiento de chapa decorado con graffitis, sorprende a turistas y locales que recorren los pasajes de la zona.
Estos detalles, junto con los murales del cul-de-sac, como los de Flavio Valente, consolidan al pasaje como un punto cultural destacado. Según Pinus, este entorno, más que una vivienda, ofrece una experiencia única en un espacio que combina privacidad y arte urbano.
El loft, distribuido en dos niveles, ofrece amplitud y funcionalidad. En la planta baja, incluye un área integrada con cocina abierta, living y comedor, además de un toilette y un lavadero cubierto. En el entrepiso, dos dormitorios comparten un baño completo.
Pinus señaló que, pese a conservar su estado original, la propiedad se encuentra en excelentes condiciones y resulta versátil para adaptarse a las necesidades de sus futuros propietarios. “Es ideal para parejas, artistas o profesionales jóvenes que buscan un equilibrio entre diseño, comodidad y ubicación estratégica”, indicó.
Con un valor actual de USD 400.000, esta propiedad se presenta como una inversión atractiva para quienes desean formar parte de uno de los barrios más dinámicos y exclusivos de la ciudad.
Vanesa Sasso, de Century 21 Medeot Minujen Palermo, señaló que las propiedades en estos pasajes son muy exclusivas debido a las características que ofrecen: espacios abiertos, poco tránsito y mayor seguridad, a la vez que mantienen cercanía con bares y restaurantes reconocidos de la zona. “En general, estas casas y PH son buscadas para vivienda permanente más que como inversión, lo que refuerza su perfil residencial y exclusivo”, comentó.
Los valores de las propiedades en estos pasajes suelen estar por encima del promedio del barrio. Una casa de 5 ambientes y 157 m2 cubiertos, por ejemplo, tiene un precio de publicación de USD 490.000; estas construcciones, que en su mayoría tienen más de 90 años, fueron recicladas completamente para adaptarse a las demandas actuales.
En casos recientes, como en el Pasaje Soria, se construyeron edificios bajos donde un monoambiente para alquiler temporario cuesta USD 55 por día, mientras que un departamento de 2 ambientes y 117 m2 está en venta por 480.000 dólares.
Los pasajes, con su carácter bohemio y tranquilidad, aportan un valor único a Palermo SoHo. “Quienes eligen vivir aquí buscan más que una propiedad, buscan una experiencia diferente”, concluyó Sasso.