Gita Gopinath, la número dos del FMI, llega hoy al país para supervisar la marcha del plan Caputo

El Gobierno puede mostrar al organismo que tiene sobre ruedas los objetivos del primer trimestre en reservas y ajuste fiscal. Preocupación del Fondo por el impacto social del programa económico y el atraso cambiario

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El FMI expresó preocupación del Fondo por el impacto social del programa económico y el atraso cambiario. REUTERS
El FMI expresó preocupación del Fondo por el impacto social del programa económico y el atraso cambiario. REUTERS

La número 2 del Fondo Monetario Internacional Gita Gopinath llegará a Buenos Aires hoy, tal como anticipó Infobae, para tener reuniones con el presidente Javier Milei y con integrantes del equipo económico, tres semanas después del último desembolso que el organismo liberó hacia el Banco Central tras la última revisión técnica. La misión se dará en un contexto en el que el plan económico de Luis Caputo, apoyado por el FMI, comienza a mostrar los primeros números en línea con las metas acordadas pero también un impacto en salarios y en la actividad económica.

La vicedirectora gerente del Fondo Monetario tendrá una agenda desde este miércoles que además del Poder Ejecutivo incluirá otros dirigentes políticos, empresarios, economistas y, según mencionaron desde el organismo, miembros de la sociedad civil y académicos, aunque los detalles no fueron aún comentados por voceros de la institución. Típicamente, los enviados del FMI suelen reunirse, por ejemplo, con dirigentes gremiales. Se tratará de la primera visita de un alto funcionario del FMI a Buenos Aires desde que a fines de 2018 la entonces directora gerente Christine Lagarde participó de la Cumbre de jefes de Estado del G20.

La portavoz del Fondo Monetario Julie Kozack dio alguna pista sobre las motivaciones que tendrá la llegada de una funcionaria del rango de Gopinath a la Argentina e indicó que “viajará a Argentina esta semana para reunirse con funcionarios gubernamentales y otras personas para conocer los difíciles desafíos económicos y sociales de Argentina, así como su vasto potencial”. “Con muchas ganas”, respondió brevemente la subdirectora, también en su cuenta de X.

El FMI espera conocer de primera mano cómo continúa la implementación del programa económico del gobierno libertario, justo en momentos en que atraviesa el peor momento en términos de impacto en la actividad y en los salarios, y con un nivel de conflictividad gremial y de tensión social que amenaza con agudizarse. La llegada de Gopinath se dará ante los primeros números claros sobre el efecto del plan Caputo.

Gopinath “viajará a Argentina esta semana para reunirse con funcionarios gubernamentales y otras personas para conocer los difíciles desafíos económicos y sociales de Argentina, así como su vasto potencial”, anunció el FMI

Hay, por un lado, un impacto pronunciado sobre los ingresos y las jubilaciones por el efecto de la aceleración inflacionaria. Los salarios tuvieron en diciembre la mayor caída mensual en al menos 30 años y es muy probable que en enero los sueldos hayan alcanzado un nivel más bajo que el de la crisis de 2001, estimó la consultora 1816.

Respecto a los haberes, un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino había estimado hace algunos días que las jubilaciones mínimas “ya se ubican cerca del menor valor que tuvo en el siglo que fue el del 2002″. “Dado que las jubilaciones se ajustarán recién en marzo del 2024, suponiendo que la inflación en enero sea aproximadamente del 20%, el valor real de las jubilaciones en enero 2024 será el equivalente a $88.094 a precios de diciembre 2023″, calcularon.

La actividad económica también muestra signos de una profunda recesión. Los datos oficiales llegan solamente hasta diciembre y reflejaron una caída de 12,8% para la industria y de 12,2% para la construcción. En enero datos privados exhiben otro desplome de 29,2% en enero para la actividad constructora (Índice Construya), de 16,7% en la producción automotriz (Adefa) y de 28,4% en las ventas minoristas (CAME). El Gobierno estima que la peor parte de la caída económica llegará entre marzo y abril.

El impacto y la viabilidad social del plan de ajuste forma parte de las preocupaciones principales de las autoridades del Fondo Monetario sobre el devenir del programa de Gobierno. En Washington temen que pueda haber una tensión social mucho mayor e insistieron ante los funcionarios argentinos que deberán reforzar las partidas de asistencia social para mitigarla.

Luis Caputo y Nicolás Posse con Gita Gopinath, en noviembre pasado (@GitaGopinath)
Luis Caputo y Nicolás Posse con Gita Gopinath, en noviembre pasado (@GitaGopinath)

Otros datos son más alentadores para el equipo económico y para el FMI, que indican que el Extended Fund Facility (EFF) volvió a estar sobre sus carriles, tras los desvíos durante 2023 que desengancharon al programa de sus metas. La recalibración que hicieron entre el staff técnico y el Ministerio de Economía junto con el Banco Central movió los objetivos hacia un marcado superávit primario que permita, luego del pago de intereses, mostrar un equilibrio financiero.

Esos números son vistos con buenos ojos en Washington. La acumulación de reservas en lo que va del mandato de Milei hizo crecer las reservas brutas desde los USD 21.200 millones en el momento del cambio de Gobierno a superar, este martes, los USD 27.000 millones. El acopio de divisas en las arcas del BCRA es, precisamente, uno de los objetivos centrales del acuerdo renovado.

Además de la meta anual, hay trimestrales: el Banco Central debería haber acumulado unos USD 6.000 millones a fines de marzo en comparación con el nivel de divisas que tenían sus arcas cuando Milei asumió el mando de la Casa Rosada. Las metas trimestrales de acumulación de reservas incluyen en la cuenta los desembolsos que el Fondo Monetario habilite a lo largo del año para el gobierno a medida que cumpla las metas.

Tamaño del ajuste fiscal de enero en relación con la meta con el FMI (Fuente: PxQ)
Tamaño del ajuste fiscal de enero en relación con la meta con el FMI (Fuente: PxQ)

Según el cálculo del economista Amilcar Collante, con la seguidilla de compras de divisas que hilvanó el Banco Central ese primer objetivo intermedio de USD 6.000 millones netos ya habría sido cumplido. La consultora LCG ya había marcado, en rigor, que ese umbral había sido superado a principios de febrero cuando el BCRA recibió el desembolso USD 4.700 millones, aunque una parte relevante (USD 2.800 millones) se utilizó para el pago de vencimientos al propio Fondo e hizo retroceder el monto acumulado de reservas. Ahora deberá, la autoridad monetaria que conduce Santiago Bausili, sostener ese piso durante las próximas seis semanas y media hasta que sea la fecha de corte trimestral del acuerdo con el Fondo.

El Gobierno podrá mostrar ante el FMI que tiene encaminados los dos objetivos centrales del acuerdo que son el superávit primario y la acumulación de reservas, aunque con un fuerte impacto recesivo

Las próximas semanas estarán marcadas por cierto consenso que circula en el mercado respecto a un atraso cambiario por el 25,5% de inflación de diciembre y el 20,6% de enero, producto del crawling peg de 2% mensual que estableció el equipo económico tras la devaluación inicial. El FMI alertó sobre lo imperativo, para el Gobierno, de evitar un nuevo salto cambiario brusco y de que el tipo de cambio no pierda competitividad.

La otra meta que el Ministerio de Economía puede mostrar ante Gopinath es la de la marcha del ajuste fiscal. Es, para los cálculos de los técnicos del organismo, uno de las correcciones fiscales más agresivas a nivel global en los últimos treinta años. En Washington consideran que el Gobierno necesitará plafón político para llevarlo adelante con continuidad a lo largo del año, y tiene un ojo puesto en las consecuencias sociales.

En enero, el superávit no fue solo primario para cubrir los intereses de deuda sino que se trató directamente de resultado positivo financiero. Es decir, el ajuste en las cuentas fue tan pronunciado que hubiese tenido un margen de más de $500.000 millones y aún así conseguir el equilibrio presupuestario en el primer mes del año.

De todas formas, el FMI solo mira el resultado primario para establecer sus metas, las trimestrales y la anual. El 2024 debería terminar con un saldo favorable de 2,8 billones de pesos. Solo en enero la Secretaría de Hacienda ya consiguió mostrar 2 billones de superávit antes del pago de intereses de deuda. Esto implicaría, tal como mostró un cálculo de la consultora PxQ, que hasta tendría margen para achicar el superávit algo más de 1 billón de pesos sin alejarse de la meta.

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