Sin neumáticos: para el dueño de Fate existe “una situación de neo-anarquismo que impide producir”

Javier Madanes Quintanilla explicó que el paro que afecta a su actividad restringe al mínimo la posibilidad de abastecer al mercado. Se queja del rol pasivo de las autoridades y dice que el gremio quiere decidir cómo funciona la planta: “Ya no es una cuestión ideológica, es una cuestión de racionalidad”

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Javier Madanes Quintanilla, presidente de Fate 
REUTERS/Enrique Marcarian
Javier Madanes Quintanilla, presidente de Fate REUTERS/Enrique Marcarian

El nuevo paro de actividades por tres días que afecta a la producción de neumáticos anunciado ayer promete agudizar la escasez y los aumentos de precios, a menudo a niveles exorbitantes. Para el dueño de Fate, Javier Madanes Quintanilla, el panorama no parece encontrar un cauce y existe “una situación de neo-anarquismo” en el que la producción se vuelve inviable, al menos para reactivar su planta industrial de San Fernando, que produce solamente al 40% de su capacidad total.

Mientras habla con Infobae, el empresario testea si el gremio cumple con la promesa de levantar el bloqueo de su fábrica, algo que finalmente ocurrió a última hora de ayer. al cabo de una jornada en que se hizo evidente la caída de adhesión a un nuevo paro, por el desgaste al cabo de cerca de 120 días de conflicto. La declaración de feriado nacional por parte del Gobierno, a raíz del fallido atentado contra Cristina Kirchner, volvió abstracta la cuestión del paro en la jornada del viernes.

Ello no quita que el conflicto está lejos de ser solucionado. Y las otras dos grandes empresas del sector, Pirelli y Bridgestone, enfrentan un panorama similar. El reclamo sindical, por cuestiones salariales y el régimen de trabajo en el sector, se inició en mayo y en las últimas semanas el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (Sutna) lo escaló con bloqueos a las plantas de neumáticos de Fate, Pirelli y Bridgestone.

La vía judicial no parece haber tenido efecto. “Ante el bloqueo, hicimos la denuncia en una fiscalía. Pero para las autoridades, bloquear el ingreso de una planta industrial durante meses no es cuestionable ni, mucho menos, reprimible. Es solamente una manifestación popular”, ironizó Madanes Quintanilla.

También explicó que el Ministerio de Trabajo “convocó a muchas reuniones, probablemente inútiles para evitar los excesos que estamos sufriendo y nos impiden producir”. Ayer, una audiencia de negociación entre el sindicato y las tres plantas que producen en el país fracasó y derivó en nuevas medidas de fuerza. Las automotrices aseguran que están produciendo al límite.

Estamos en una situación de neo-anarquismo que nos impide producir. Hay asambleas de 3 o 4 horas de duración, hay turnos completos que no trabajan, hay días de paro. El gremio se considera a sí mismo encargado de definir cómo se maneja la actividad industrial y cómo funciona una planta. No acepta que el modo de producir tiene que ser decidido por la empresa. Y esto no tiene nada que ver con el respeto o no de los derechos laborales”, enfatizó el empresario.

Madanes Quintanilla asegura que si los trabajadores de su planta hubieran aceptado la propuesta empresarial, que incluía premios por productividad y no hubieran realizado medidas de fuerza, el salario promedio bruto que cobrarían en la actualidad sería de 350.000 pesos. El esquema de su planta es “6 x 2″, lo que significa que la labor se realiza 6 días consecutivos seguidos interrumpidos por 2 de descanso. “Los sábados y domingos, cada hora se paga el doble de lo normal, pero el gremio nos pide el triple”, señaló.

Según el empresario, el nudo de la discusión es la posibilidad de empalmar un turno de producción con el siguiente, para asegurar el “proceso continuo” que requiere su planta de la localidad de San Fernando, que en una situación normal debiera destinar el 30% de su producción a mercados externos. Hoy, Fate deja de lado ese objetivo exportador ya que prioriza el abastecimiento de su red nacional de proveedores.

“Tenemos que trabajar de manera eficiente y en las últimas semanas están apareciendo alarmantes factores de ineficiencia. Y esto ni siquiera es una cuestión ideológica o política. Es una cuestión de racionalidad”, señaló.

“Sin esa posibilidad de lograr la eficiencia de ese proceso continuo de producción, la empresa se vuelve menos competitiva, queda en una situación vulnerable frente a los competidores externos, a merced de necesitar una eventual protección del Estado y por supuesto que el consumidor debe pagar mucho más por el producto”, concluyó Madanes Quintanilla.

Las reuniones con escasos frutos convocadas por el ministerio de Trabajo a las que aludió el dueño de Fate tuvieron ayer otro capítulo. Tras 19 audiencias consecutivas entre las partes sin resultados, se pararán turnos completos en cada planta, aunque no se frenará totalmente la producción. También va a haber acciones para visibilizar el conflicto, adviertieron fuentes gremiales.

En la industria del neumático advierten que el desabastecimiento y la suba de precios podrían agravarse. Un 60% del mercado es cubierto por la importación, que no se ve afectada por los conflictos gremiales pero sí por la falta de dólares para acceder a insumos, tal como sucede en muchas otros sectores de la economía.

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