El BCRA cambió la estrategia para contener al dólar y hay más presión sobre los operadores: ¿endurecerá los controles de cambio?

La pausa del viernes llega en buen momento para el Gobierno. La presión sobre el dólar seguirá, pero la gran incógnita es cuándo volverá la Bolsa por sus fueros

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Vista del Banco Central (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)
Vista del Banco Central (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)

El mercado estuvo artificialmente calmo por las “recomendaciones” del Banco Central a los agentes de Bolsa de que utilicen lo menos posible el bono AL30, el que utilizan para controlar al dólar. Por supuesto, no se pudo evitar que la autoridad monetaria intervenga porque la demanda de dólares es constante.

El primer efecto de las conversaciones disuasorias fue que bajara el monto de negocios en AL30C a USD 21 millones que equivalen a USD 7 millones cash que salieron de las reservas del Banco Central porque ese bono se lo compran a los operadores en dólares. Si bien el monto de intervención es la mitad de lo que se venía operando, sigue siendo elevado; por eso se cree que como con el teléfono y las conversaciones no alcanza, porque los agentes pronto perderán el temor, podrían aparecer nuevas medidas de endurecimiento del “cepo”.

El Central se dio cuenta del fracaso de su estrategia de intervención, a la que los operadores le habían tomado la mano, y la cambió. “Estábamos acostumbrados a que a las 15:15 o 15:30, el Central comenzara a vender a lo pavote bonos contra pesos y lograba bajar el precio del dólar hasta 1,5% y llevarlo a un lugar cercano al que quería. Ayer y hoy todo fue distinto. Si bien vendía contra pesos, pero moderadamente, se puso a pagar con dólar MEP el AL30D (dólar) en la última hora de la rueda para bajarlo”, señaló un operador.

De esta manera los dólares financieros en la plaza oficial, donde se utiliza el AL30, y en la de las mesas de dinero que operan con el GD30, no variaron de precio.

El libre, por su parte, aumentó $2 a $174 y quedó firme para el lunes.

En la plaza mayorista, donde el Central no compró dólares, la divisa norteamericana aumentó 4 centavos a $ 95,99.

Las reservas, por la intervención y la falta de compras, cayeron USD 4 millones a 42.755 millones.

Los bonos de la deuda tuvieron un mal día que, sumado al aumento de los títulos del Tesoro de Estados Unidos que hicieron que su renta bajara a 1,28%, un nivel que no tocaba desde febrero pasado, hicieron que el riesgo país aumentara 8 unidades (+0,50%) a 1.612 puntos básicos, el nivel más alto desde que la Argentina salió del default. Definitivamente, los fondos del exterior se están deshaciendo de los bonos argentinos.

Los bonos en pesos también cambiaron su tendencia. La atracción que había por los títulos que indexaban por el costo de vida, mutó por los títulos de tasa fija porque se espera menor inflación para los próximos meses. “Creo que en junio la inflación va a ser de 3% y si se mantiene la tendencia descendente va a provocar que las tasas de interés dejen de ser negativas. Por caso la Badlar (la que se paga por plazos fijos a 30 días de más de $1 millón) rinde 2,8% mensual y en el futuro le puede ganar a la inflación”, señaló Nicolás Rivas, trader de Buenos Aires Valores (BAVSA).

“Los únicos títulos demandados son los bonos corporativos. Desde el extranjero hay una demanda destacada porque son confiables” (Rivas)

Este es un dato clave para las próximas licitaciones porque se vienen tres vencimientos grandes a fin de mes y también en agosto. Ahora vence el TC21, una Lepas y una Ledes por $281 mil millones y el mes que viene vencen $510 mil millones del TX21, entre otros bonos. Son montos grandes que hay que cubrir y seguramente habrá un nuevo canje. En setiembre, la deuda a vencer suma $338 mil millones.

“Los únicos títulos demandados son los bonos corporativos. Desde el extranjero hay una demanda destacada porque son confiables. Durante mayo y junio subieron de precios junto con los bonos soberanos. Luego los bonos soberanos comenzaron a bajar, pero los títulos de las empresas siguieron arriba”, agregó Rivas.

En tanto en la Bolsa operó un monto reducido de $684 millones que se tomó como una buena señal ante la baja de las acciones. “La falta de negocios es porque los tenedores no quieren vender a estos precios”, dijo un operador.

El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 1,59%. Es la tercera rueda consecutiva de baja. Las mayores caídas fueron las de Central Puerto (-4,15%), Transportadora Gas del Norte (-3,57%) y Banco Supervielle (-3,24%).

Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron $1.958 millones y se siguieron utilizando para hacer operaciones de contado con liquidación. Los certificados argentinos siguieron la tendencia de la Bolsa local y el rojo predominó en las pantallas. Central Puerto (-5,20%) lideró las bajas y fue escoltado por Globant (-3,09%) y Edenor (-2,97%).

La pausa del viernes llega en buen momento para el Gobierno. La presión sobre el dólar seguirá, pero la gran incógnita es cuándo volverá la Bolsa por sus fueros. Hay fieles creyentes de que estos precios son el piso. Las empresas tienen valores absurdos si se toma el valor libros, por eso algunas recompran sus propios títulos.

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