Una luz amarilla se encendió para Argentina por un recorte en las previsiones de crecimiento de la economía brasileña, ahora hasta un 2%, en un año en que se espera que el repunte del principal socio comercial del país ayude a superar otro año recesivo por medio de un aumento de las exportaciones.
La pérdida de ritmo de la economía brasileña, menor a 1 punto, no es dramática, pero obliga a estar monitoreando la evolución del país vecino, que puede ser afectado positiva o negativamente por la crisis política en el seno de su gobierno y la aprobación de la reforma previsional que se presentará mañana en el Congreso.
El relevamiento que realiza el Banco Central de Brasil rebajó a 2,48%, desde 2,53% las previsiones de crecimiento del PBI para este año en la última semana. Pero los bancos con inversiones en el país vecino ya incorporaron un cúmulo de malos datos datos económicos y realizaron recortes más profundos.
El Banco Itaú, por ejemplo, redujo su previsión a 2% desde un 2,5%, tras recortar el crecimiento de 2018 a 1,1% desde 1,3% por un crecimiento más débil en el cuarto trimestre del año pasado.
Además del menor arrastre estadístico, el Itaú explica que el recorte en la previsión de crecimiento en "una expansión menor en el PBI agrícola luego de estimaciones más bajas para la cosecha de soja", también en "una utilización más intensa de las centrales térmicas durante todo el año debido a la escasez de lluvias en enero" y finalmente por un "crecimiento global más lento".
Para 2020 ahora espera un 2,7% de crecimiento desde 3 por ciento.
Impacto en el país
Para Argentina se trata de un dato clave, en un año en que el gobierno espera que el crecimiento y la recaudación estarán atados al alza de las exportaciones: Brasil es el receptor de un 20% de las exportaciones totales del país y de un 35% de las de origen manufacturero.
En tanto, la apreciación del real brasileño (ahora Itaú espera que 3,8 reales por dólar a fin de 2019, en vezde 3,9), debido al resultado electoral, estuvo ayudando a que el tipo de cambio multilateral argentino no se perdiera más competitividad a pesar de que la inflación no cede. La inflación caería a 3,6%, según el banco.
Brasil es el receptor de un 20% de las exportaciones totales de Argentina y de un 35% de las de origen manufacturero
"Hay que monitorearlo de cerca, porque Brasil es importante. En un contexto en que no estamos creciendo, cuanto más viento a favor venga de allá, mejor. Es una luz amarilla que se encendió por una serie de malas noticias que no se esperaban", dijo Elisabet Bacigalupo, economista de Abeceb, que redujo la previsión de crecimiento de Brasil a un 2,3% desde 2,7%.
"No hay que subestimarlo, pero todavía Brasil ayuda", agregó Bacigalupo, quien recordó que cada punto que crece Brasil apuntala 0,25 puntos de Argentina.
Para el economista, Federico Cohen, si bien bancos y consultoras han recortado sus proyecciones de crecimiento de la economía brasileña crecerá por encima de 2018: "Traerá aparejado un aumento en la demanda de productos industriales argentinos, principalmente vinculado al sector automotriz, metalmecánica y productos plásticos y químicos".
También previó una mayor llegada de turistas brasileños debido a la diferencia cambiaria, superior a los 10 pesos por real.
Ambos expertos coincidieron en que la dinámica de la economía brasileña estará atada a que se apruebe la reforma previsional, para reducir el rojo previsional superior al 4% del PBI, clave para hacer sustentable el sendero de la deuda pública.
"Lo que termine sucediendo en materia de actividad en Brasil va a estar sujeto a las reformas (previsional primero y luego fiscal y laboral) y demás medidas que tome el Gobierno para afrontar los principales desafíos que tiene por delante (déficit fiscal elevado, tasa de desempleo del 12,3% y baja apertura comercial)", dijo Cohen. Así como la relación de Brasil con sus socios del Mercosur.
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