Andrés Oppenheimer: "Los países que viven mirándose el ombligo se quedan atrás"

El periodista argentino aseguró que los empresarios deben mirar lo que están haciendo otros países e invertir en educación, porque los gobiernos no lo harán

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El periodista y escritor argentino Andrés Oppenheimer. (Foto de archivo)
El periodista y escritor argentino Andrés Oppenheimer. (Foto de archivo)

La frase de Confucio rebota, una y otra vez, en el auditorio. "Si quieres progresar 100 años, educa a tus hijos". Y quien repite esa frase del pensador chino insiste, una y otra vez, que solo se pasa de las palabras a la realidad si los países se concentran en dos pilares básicos aunque desafiantes para hacer crecer sus economías: la educación y la innovación.

El reconocido escritor y periodista argentino, Andrés Oppenheimer, llegó a Buenos Aires en el marco de lo que él mismo bautiza en broma como un "Latin American Tour", y en su pasada por diversas ciudades de la región, insiste con el tema central de su último libro Crear o morir: la esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación. "La educación es demasiado importante para ser dejada a las gobiernos: no van a hacer nada si no hay presión social, porque eso no sale en las fotos", aseguró en el marco del evento organizado por CMR Falabaella en Puerto Madero.

Eso sí: no se fue de la Ciudad sin antes entrevistar al presidente Mauricio Macri. Según contó Oppenheimer a Infobae, hablaron de política argentina, de la situación de Venezuela y sobre el cambio climático. Se transmitirá el domingo por la noche en CNN, cuando los votos por las PASO empiecen a mostrar un escenario con números claros.

Oppenheimer vive en los Estados Unidos, y viaja alrededor del mundo para ver qué están haciendo los países para educar a los niños y adolescentes en los que serán los empleos del futuro en la economía del conocimiento, donde pensar y ser creativo vale más que construir y producir. "Los datos son el petróleo del siglo XXI", enfatizó.

Visita tres veces por año Silicon Valley, la cuna de emprendedores e innovadores del mundo, para ver cuál será el próximo gran éxito, pero fue en su recorrido por países de Asia donde realmente percibió una mirada distinta sobre la educación. "Singapur y Corea del Sur tienen un producto per cápita más alto que el de Estados Unidos. Los países que viven mirándose el ombligo se quedan atrás. Los que tienen visión periférica y observan lo que hacen otros son los que avanzan. Hay que abrir la ventana y mirar".

En esta acción de "abrir y mirar" es cuando el periodista argentino vio en estos países, y también en China y Japón, una cultura familiar en torno a la educación, porque los padres y abuelos están enfocados en que sus hijos estudien. "No es casual que Venezuela está en la lona y los que no tienen recursos naturales estén entre los más ricos del mundo. Bill Gates (Microsoft) o Jeff Bezos (Amazon) no producen petróleo ni cereales", insistió.

Empresarios, es hora de hacer

Como "el trabajo mental vale cada vez más y las materias primas cada vez menos", los empleos del futuro solo podrán responder a una educación de calidad que se construya con innovación.

En un bar de sushi en Tokio, no hay chefs ni meseros. Solo hay una cajera. El sushi lo corta, lo prepara, lo traslada y lo sirve una serie de manos de robots programadas a la perfección. La automatización de la economía y cómo afecta a los empleos es un debate que hoy se da no solo en los países desarrollados, sino que también es un dolor de cabeza para los empresarios y empleados de varias industrias en América Latina.

“No es casual que Venezuela está en la lona y los que no tienen recursos naturales estén entre los más ricos del mundo”.

El corazón del problema es que a ese robot lo creó un humano cuyo empleo ya está preparado para el nuevo mundo. Y si los gobiernos no hacen nada por lo que vendrá, ¿quiénes serán los responsables? Para Oppenheimer, es el turno de los empresarios. 

"Tienen que dejar atrás sus egos, dejar de poner su nombre en fundaciones y juntar el dinero entre 50 empresarios para crear una ONG sin fines de lucro enfocada en la educación", explicó. Y aclaró: "Los empresarios argentinos no querían por miedo a represalias, tal vez ahora sea el momento".

No sería el primer país que lo haga: en otros, el plan ya está en marcha. El escritor aseguró que en Brasil contrataron a un equipo de docentes, expertos y una agencia de publicidad. "Se pusieron metas y objetivos medibles: que haya más ingenieros, subir en las pruebas PISA. Y lo fueron logrando".

Pero uno de los puntos más importantes fue que la campaña generó conciencia social. "Durante el gobierno de Lula Da Silva, bombardearon a la opinión pública con mensajes. Y la educación pasó de ser el tema número 12 en importancia para la sociedad, al segundo puesto. Ahí el gobierno se interesó". Los empresarios mexicanos replicaron la experiencia con "Mexicanos primero".

"Sería buenísimo que los empresarios argentinos se junten. Hay que dejar atrás los grandes egos: la fundación no tiene que ser de ninguno, todos contribuyen y nadie se lo puede atribuir. Tienen que poner a la educación y a la innovación en el centro de la agenda política", concluyó.

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