Violencia entre fanáticos antes del último partido de Mbappé en el PSG: una batalla campal que terminó con un micro incendiado y 20 heridos

Los simpatizantes se cruzaron de camino al estadio donde se disputó la final de la Copa de Francia, que terminó con triunfo del campeón de la Ligue 1 en la despedida de Kylian

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Los simpatizantes se cruzaron en medio del viaje a Lille para presenciar el encuentro

La final de la Copa de Francia tenía el atractivo de ser el último partido de Kylian Mbappé en el París Saint-Germain (PSG), pero la victoria 2-1 ante Olympique de Lyon en el Estadio Pierre-Mauroy terminó marcada por una serie de hechos violentos bochornosos entre las hinchadas de ambos equipos durante su camino hasta la ciudad de Lille para presenciar el compromiso, y que incluyeron 20 heridos leves sumado a daños materiales de distinta índole.

Según informó el portal francés RMC Sport, el operativo de seguridad estaba diseñado en base a un partido catalogado como de “muy alto riesgo”. La violencia se hizo presente a las 17 (hora local) en una zona de descanso de la autopista, en las cercanías al peaje de la comuna gala de Fresnes. Un micro que trasladaba a los fanáticos del Lyon se detuvo en ese sector, a la espera de la escolta policial que los iba a guiar los más de 250 kilómetros restantes hasta Lille. En ese momento, se dio una pelea con los simpatizantes del PSG, que coincidieron en el lugar: “Un seguidor del OL fue golpeado por numerosos aficionados parisinos, la mayoría de ellos encapuchados”.

La llegada de 200 oficiales ayudó a disipar las agresiones de los hinchas de la entidad capitalina, pero se vieron obligados a usar gases lacrimógenos. “Había un total de 500 aficionados y 15 autobuses”, precisaron. Una de las escenas más preocupantes en la jornada se pudo ver a través de un video que grabó una persona que estaba en el lugar: uno de los micros que trasladaba a los fanáticos del Lyon se incendió bajo el techo del peaje. Esto generó una intensa nube de humo negro que se distinguió a varios kilómetros de distancia. El caos provocó el cierre de la carretera en ambos sentidos durante unos minutos.

Las filmaciones son elocuentes en cuanto a los graves daños sufridos por los vehículos, que lograron salir de la escena en malas condiciones: algunos tenían las ventanas rotas o no poseían la escolta policial prevista para todos los ómnibus. Debido a esto, la prefectura recomendó evitar la zona y se abrió una unidad de crisis. Una fuente de ese ámbito le indicó al medio francés que nunca se previó la cancelación de la final como una medida cierta.

El prefecto del departamento del Norte, Bertrand Gaume, detalló el origen del conflicto: “La policía estaba presente. Iban a escoltar a los hinchas del París con una unidad de CRS y, en segundo lugar, a los del Lyon. Uno de los dos equipos fue puntual y llegó al lugar designado. El otro equipo llegó al lugar equivocado en el momento equivocado y vio a los hinchas contrarios. Salieron a atacarles. Se produjeron peleas muy violentas, que obligaron a intervenir a la policía. Al menos ocho policías resultaron heridos y se dispararon varias granadas de gas lacrimógeno. El orden se restableció rápidamente a pesar de que uno de los equipos disparó granadas de humo contra el autobús contrario. El balance fue elevado, con un autobús incendiado y cuatro dañados, todos los cuales tendrán que ser sustituidos para garantizar el regreso de los seguidores de uno de los dos equipos”.

Se buscó rodear a los hinchas del Lyon en un campo para separar a los dos bandos después de que se hayan registrado robos. Además, muchas familias se agruparon para evitar enfrentamientos. “Sabíamos que recibir a dos equipos de este calibre puede ser complejo. Tanto más cuanto que hay disputas. La división nacional de lucha contra el vandalismo clasificó este partido como de muy alto riesgo. Hubo riesgos, hubo una reyerta. El centro de Lille estaba muy tranquilo. Los seguidores del Lyon llegaron tarde y a destiempo”, manifestó Gaume.

Un comunicado de la prefectura de Paso de Calais afirmó la existencia de una veintena de heridos leves hasta el momento y el prefecto clamó por la paz: “Deseo que la final salga bien, y el partido se ha preparado con mucha calma con los dos clubes. Quiero rendir homenaje a la FFF (Federación Francesa de Fútbol), que se ha tomado muy en serio los preparativos. Pido que el partido salga bien esta noche, es esencial. El partido tiene que salir bien, es una fiesta del fútbol. Un gran jugador francés va a jugar su último partido con su equipo. Es una fiesta del fútbol, no de la violencia”.

Ahora, el asunto estará en manos del fiscal, según arrojó Bertrand Gaume: “Se ha alterado el orden público. Las grabaciones y las cámaras de los policías serán entregadas a las autoridades judiciales y corresponderá al fiscal de Arras abrir una investigación. Esa es su responsabilidad, no la mía”.

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