“Legítima defensa” relata un laberinto de muerte y secretos, con una amenaza latente

Filmada en un pueblo de la pampa bonaerense, la ópera prima de Andrea Braga remite a uno de sus géneros favoritos. “Disfruto mucho del cine policial nórdico de autor”, revela el director italiano radicado en Argentina

Compartir
Compartir articulo
Trailer Legítima defensa, de Andrea Braga

El cine argentino está protagonizando un momento histórico. Numerosos directores y directoras son premiados en los reconocidos festivales internacionales y muchas de esas obras ocupan las carteleras nacionales. Este jueves se estrena Legítima defensa, la ópera prima de Andrea Braga, protagonizada por Alfonso Tort, Javier Drolas y Violeta Urtizberea. La película se presentó en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, dentro de la sección “Panorama Argentino”.

Se trata de un thriller que aborda las historias de tres personajes envueltos en un laberinto de muerte y secretos. Eduardo, el protagonista interpretado por Tort, es un fiscal que decide volver 20 años después a su pueblo natal para investigar una serie de asesinatos. Allí se reencontrará con una pareja de viejos amigos: Paula (Urtizberea) y Ramiro (Drolas), éste último actual comisario del lugar. Los tres descubrirán una trama de corrupción que tiene como eje el abuso de agroquímicos a costa de las precarias condiciones de vida de los lugareños. A su vez, Eduardo buscará resolver un antiguo trauma envuelto en la misma desgracia que padece su pueblo.

Te puede interesar: “Argentina, 1985 interpela al mundo de hoy, con una democracia endeble y discursos de odio”, dice Santiago Mitre

Alfonso Tort y Violeta Urtizberea protagonizan Legítima defensa

Infobae Cultura conversó con su director, Andrea Braga para hablar de las motivaciones que lo llevaron a encarar este ambicioso proyecto y cómo se desarrolló su filmación.

—¿Siempre supiste que tu ópera prima sería un thriller? ¿Cómo llegaste a que el abuso de los agroquímicos esté en el eje del film?

—Las ganas de hacer un policial siempre las tuve, quería que los personajes tuvieran muchas matices y que eso fuera el motor que hace avanzar la trama y no necesariamente un asesinato o una prueba de una investigación. Pero el tema de los agroquímicos fue algo casual. Hace cinco años, me llamó mi mamá desde Italia y con su espíritu materno me dijo “Andrea, ¿qué está pasando en la Argentina?” Ahí me pasa el link de un documental realizado por dos italianos en la zona de la Pampa húmeda donde investigaban qué ocurría en ese lugar con los agroquímicos y la población.

Empecé a investigar por dos cuestiones, básicamente una que está relacionada al oficio del guionista, si querés hablar de un tema tenés que saber en detalle y por otro lado, por un interés personal. Empecé a leer, a enterarse de cosas y la voracidad de querer saber fue cada vez más grande. Después hay una parte emotiva que fue escuchar de primera mano los testimonios de personas que lo estaban padeciendo, eso fue escalofriante. Me pareció interesante agarrar ese contexto y plasmarlo dentro de la estructura que estaba armando. Creo que el cine es una herramienta de comunicación y hay que saberlo aprovechar. De todos modos, desde el guión siempre tenía la idea que la información se tiene que sugerir, de hecho en la película no se habla nunca de agroquímicos, agrotóxico o glifosato. Me gustaba esa idea de una amenaza que no es explícita y sin embargo genera consecuencias en la vida de los ciudadanos de ese pueblo.

Andrea Braga, director del film, es italiano y hace 12 años está radicado en la Argentina

—¿Cómo se fue creando ese clima sombrío que envuelve todo el film?

—Me basé en el cine policial de autor nórdico, un género que disfruto mucho. Creo que un poco por mi cultura ya que soy italiano del norte y siempre coqueteamos bastante con las cuestiones idiosincráticas de Europa del Norte. Esa sequedad, sobriedad y hasta elegancia. En cuanto a la estética, buscamos algo frío, una paleta más cercana a la muerte. Por esa razón, evitamos filmar en campos muy verdes.

—¿Las características de los protagonistas las tenías fijas o las fuiste charlando con los actores?

—Tenía una idea y una propuesta en la cabeza que era lo que estaba escrito, pero no soy de los directores que no pueden cambiar los textos o los diálogos. Es importante que los actores se sientan cómodos con el personaje, sí lo dice de una manera o de la otra no me importa. Tanto con Alfonso, como con Violeta y con Javier, tenía una propuesta, pero tuvimos varios feedbacks y devoluciones por parte de los tres y llegamos a un buen puerto. Fue todo muy fluído, hay que darle el espacio a los actores a que aporten y que se sientan cómodos. Por otra parte, me gustaba que las presencias femeninas en el relato fueran un poco el contrapunto más allá de los contextos. Tanto Violeta como Sofía Saborido Lievendag son como instigadoras de los otros personajes masculinos, funcionan como un binomio. Por ejemplo, el personaje de Sofía y ese vínculo con el padre o con Violeta que, dentro del drama que tiene que transitar, tiene momentos de mucha frescura.

Javier Drolas interpreta a un comisario que deberá dejar de hacer la vista gorda y comprometerse con su pueblo

—¿Fue muy complicado filmar en la pandemia?

—El rodaje fue de cuatro semanas y unos días en plena pandemia entre burbujas e hisopados. Filmamos una parte en Buenos Aires y después viajamos a Leones, un pueblo de Córdoba, donde estuvimos recluidos todo el tiempo en un hotel y por suerte no tuvimos contagiados gracias a esta estrategia de producción. En cuanto al casting, tuve suerte con los personajes principales ya que eran todos mi primera opción. Lo más complicado fueron los actores secundarios, que en su mayoría eran de Rosario, ya que era la ciudad más cercana a donde íbamos a filmar. Los casting los tuvimos que hacer por videollamada o utilizando el auto casting.

El rodaje de "Legitima defensa" se desarrolló durante la pandemia, bajo un extricto protocolo

—¿Cómo fue la recepción del público cuando se vio por primera vez en el Festival de Mar del Plata?

—Hubo tres funciones a sala llena y con una gran convocatoria. Fueron muy variadas las devoluciones: personas que se enteraban por primera vez que ocurre con los agroquímicos u otras que se enganchaban más con el trauma del protagonista. Ahí vi reflejado mi planteo como guionista donde no quería hacer una película unilateral, sino tratar de abrir varias puertas y sugerir cómo cerrarlas, sin dar una respuesta concreta sino las herramientas para que el público pueda cerrar esas puertas

*Legítima defensa se estrena en el Complejo Gaumont Incaa, Avenida Rivadavia 1635, y tendrá tres funciones diarias durante una semana, a las 12:10, 16:10 y 20:20 hs. Además podrá verse gratis en Cinear Play, y tendrá dos emisiones en Cinear TV (Jueves 23 y Sábado 25).

Seguir leyendo