Pensamiento contemporáneo: tres días en un festival de ideas anfibio y transformador

Durante tres días se reunieron en Rosario cuarenta referentes del arte, la literatura, el teatro, la poesía, el activismo de género, la música, la performance, el periodismo y la física para reflexionar sobre diversos temas, en paneles con formatos novedosos. El evento fue organizado por la Revista Anfibia en conjunto con el gobierno de Santa Fe y otros organismos

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Gaby De Cicco tuvo la tarea de “provocar” a los participantes del panel de Amores
Gaby De Cicco tuvo la tarea de “provocar” a los participantes del panel de Amores

Si algo caracteriza a los seres anfibios, además de que pueden vivir en el agua y en la tierra, es que se transforman. Por eso, una forma de pensar el evento "Pensamiento contemporáneo, un festival anfibio", es en término de transformaciones. Es decir, un festival que se transformaba mientras estaba ocurriendo, pero también que transformaba a las personas que exponían, las que coordinaban charlas y performances, al público y hasta a las periodistas que cubrimos el evento.

Porque no somos las mismas personas hoy que las que éramos el jueves 16 a las 18, cuando todo empezó.

Unas tres mil personas pasaron por el festival
Unas tres mil personas pasaron por el festival

Si no, cómo explicar que el poeta Arturo Carrera bailara sobre el escenario o que la poeta Gabby De Cicco descubrió que era capaz de improvisar un stand up y hacer que más de quinientas personas estallaran en carcajadas. Eso, por citar solo dos ejemplos. Tal vez, como lo anfibio se presenta líquido e inapresable, mejor sea ir por orden y ver si esta hipótesis, la de la transformación, se justifica al final.

Primero, entonces, los datos duros: el evento que se llevó a cabo del 14 al 18 de mayo en el Centro Cultural Parque España, en Sarmiento y el río, en la ciudad de Rosario, se trató de un encuentro iberoamericano organizado por el gobierno de Santa Fe -con el patrocino del Consejo Federal de Inversiones- junto a la Revista Anfibia (que cumple siete años), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Universidad de Rosario y el propio Centro Cultural Parque España.

La iniciativa surgió del diálogo entre la curadora directora de Comunicación Estratégica del Gobierno de Santa Fe, Lila Siegrist y el director de Anfibia, Cristian Alarcón, después de una serie de entrevistas realizadas en el teatro El Círculo durante 2018. El festival, primero en su tipo, concentró durante tres días a cuarenta referentes del mundo del arte, la literatura, el teatro, la poesía, el activismo de género, la música, la performance y el periodismo, y hasta un físico, Carlos Stia, que se ocupa de cosas tan difíciles como la ionización múltiple y la fragmentación de moléculas de interés biológico en fases gaseosa y líquida. Algo tan difícil como anfibio, por cierto.

Foto de familia final del festival, en el Centro Cultural Parque España
Foto de familia final del festival, en el Centro Cultural Parque España

Según la organización, 3000 personas asistieron a los debates que tuvieron ejes temáticos (cuerpo, amores, pantallas, paisajes, tiempo y trabajo) en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque España. Mientras, ocurrían una serie de performances bajo el título "Sinfonía Big Data". Y un grupo de 16 periodistas aprendían a "Contar la ciudad", en un taller dirigido por la escritora y periodista española Cristina Fallarás.

El proceso de transformación anfibia comenzó el jueves 16 a las 18. Aquí, un punteo con los momentos sobresalientes de las distintas conversaciones donde no hubo coordinadoras ni coordinadores sino personas que provocaban y otras que conversaban. Una dinámica común a todas las mesas fue una participación guionada de quienes provocaban (a cargo de Julián Gorodischer para los paneles de Tiempo y Paisaje, Sebastián Hacher, Pantallas; Tamara Tenenbaum para Cuerpo, Ezequiel Fernández Bravo para Trabajo y Matías Máximo, Amor) y la proyección de fotos, cuadros o frases como disparadores.

María Moreno, uno de los grandes nombres del festival. Participó del panel Cuerpo
María Moreno, uno de los grandes nombres del festival. Participó del panel Cuerpo

Cuerpo. La provocadora fue la periodista y escritora Tamara Tenenbaum. Y la primera foto proyectada mostraba a Topacio Fresh, rosarina trans residente en España, galerista de arte contemporáneo, antes de la transformación, vestida de niña en un pesebre. "Me fui con un cuerpo y volví con otro cuerpo", dijo. Cuando le tocó el turno a la filósofa Diana Maffia, la foto elegida era familiar, y el relato se remontaba a la infancia, cuando una pequeña Diana tuvo que cubrir su torso a pedido del padre para jugar a la pelota, mientras que su hermano, no. "Ahí descubrí con asombro que había algo en mi cuerpo que debía ser escondido", dijo Maffía. La segunda foto elegida la mostró con Lohana Berkins, activista trans que murió en 2016. "Lohana Berkins me iluminó cuando dijo que el cuerpo es el lugar donde se dan las condiciones que nos hacen diversas. Y todo lo diverso es abyecto". Y las 500 personas del público sostuvieron un aplauso.

"La pregunta por el cuerpo me acompañó desde muy pequeño de manera intuitiva", dijo Nicolás Cuello cuando le tocó el turno y habló sobre su lucha para la "despatologización de la gordura".

Nicola Costantino y Diana Maffia
Nicola Costantino y Diana Maffia

Mientras la artista plástica Nicola Costantino hablaba de conceptos como el "fascismo de la belleza" o el cuerpo como objeto de consumo y contaba la experiencia revulsiva que la llevó a extraer grasa corporal a través de una lipoaspiración para fabricar jabones que vendió como objetos de lujo y que provocó un escándalo en los 90, sentada a su lado en un sillón, Topacio Fresh descubría su escote y posaba para los fotógrafos que captaban el momento agachados debajo del escenario.

La periodista Paula Rodríguez mostró fotos de su experiencia en el fútbol. "Vengo de hacer un trabajo con mujeres futbolistas que escribieron sus historias y decidí ponerme a jugar. Probar en mi cuerpo lo masculino y la diferencia", dijo.

La escritora y cronista María Moreno leyó un texto muy anfibio en el que reclamó un "nombraderal de mujeres" y reivindicó la importancia de la presencialidad, "la enseñanza cuerpo a cuerpo, porque la transmisión no sólo está hecha de palabras sino de fluidos afectivos, ánimos combustibles, incluso de lo que no se comprende pero que cobrará sentido en el futuro del pensamiento".

Topacio Fresh
Topacio Fresh

Amores. Más tarde ese mismo día y provocadas por la poeta feminista lesbiana Gabby De Cicco, cinco personas hablaron de nuevas formas de amar, de diversidades, de poliamor y de sexualidades libres o reguladas. De Cicco provocó al público cuando pidió que levantaran la mano las personas que usaban aplicaciones de citas como Tinder o Grindr. De los relatos de la poeta lesbiana Alejandra Benz o el académico gay Santiago Venturini (que eligió una foto de ropa desparramada en el piso de dos hombres) se desprendió un dato curioso: en esos sitios, lesbianas y gays reproducían modelos heteronormados.

Gabriela Wiener
Gabriela Wiener
Camila Sosa Villada y Margarita García Robayo
Camila Sosa Villada y Margarita García Robayo

La escritora y cronista peruana residente en España Gabriela Wiener, que convive con una mujer y con un varón y lo ha contado en sus crónicas del yo, dijo: "Me puse la camiseta del poliamor", en tanto que la escritora y actriz cordobesa transgénero Camila Sosa Villada le dio una doble vuelta de tuerca al asunto: "La diversidad física, corporal, no tiene que ver con lo que nos gusta en una cama. Yo diría que soy una mujer muy heterosexual". Y Margarita García Robayo, autora colombiana radicada en Buenos Aires, que reconoció cierta incomodidad por ser "la única heterosexual" de la charla, definió el amor como "ese lugar tan lleno de incertidumbre".

Paulina Cocina y Rafael Cipollini
Paulina Cocina y Rafael Cipollini
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Pantallas. ¿Hay vida detrás de las pantallas? Con la provocación de Juan Manuel Fontana, las personas convocadas a la primera charla del viernes reflexionaron sobre ese tema que es una obsesión habitual. El "uso" de las pantallas en sus diferentes versiones y tamaños, la notebook, la tablet, el celular, dónde se lee, qué es leer en una pantalla, las redes, lo que ya dejó de llamarse "nuevas tecnologías", el pasado de la blogósfera y el tiempo que transcurre sin que estemos mirando virtualidades, los algoritmos que manejan nuestras vidas, los miedos, lo nuevo que se superpone con lo viejo. Participaron una académica experta, Eugenia Mitchelstein; una cocinera inflencer, Paulina Cocina; los escritores Pablo Makovsky, Rafael Cipollini y Cristian Molina, que llevó consigo a una muñeca Bellota (una de Las chicas superpoderosas) que preguntaba: "¿Qué quieres saber?" Las respuestas no fueron definitivas, pero la convivencia entre los distintos formatos fue acaso una pista posible.

Panel de Paisaje
Panel de Paisaje
Cristian Alarcón, director de Anfibia y uno de los creadores del festival
Cristian Alarcón, director de Anfibia y uno de los creadores del festival

Paisaje. Entraron en fila y bailando. Se sentaron los cinco participantes en un sillón, dos en los apoyabrazos. El escritor Cristian Alarcón, director de Revista Anfibia y uno de los organizadores del Festival, hizo por momentos de psicoanalista, por momentos provocó o interpeló. Y todo se trató de contrastes: claro y oscuro, el adentro y el afuera, el ayer y el hoy. La autora teatral rosarina Paula Marull había elegido la foto de un paisaje entrañable que, paradojalmente, consistía en una ausencia de paisaje: la familia en una pequeña pileta rodeada de paredes. A la académica, también rosarina, Mónica Bernabé, le tocó "leer" un cuadro de la conquista sobre el desembarco de Colón y eligió un costado oscuro, en donde un grupo de pobladores originarios observan desde un rincón.

El poeta Arturo Carrera habló de puntos luminosos raspando en la oscuridad como metáforas del poema y de su Coronel Pringles natal como el paisaje deseado. La periodista y escritora Hinde Pomeraniec, autora del libro de crónica Rusos, recordó una imagen de infancia: ella y su hermana escondidas a oscuras debajo de la frazada para representar el alunizaje, y eligió una foto más actual: ella misma en el mar Báltico congelado, otro paisaje lunar, pero esta vez frío y muy blanco, que la remontaba a sus antepasados. Dos paisajes opuestos y al mismo tiempo extrañamente familiares. Y Roberto Jacoby, artista plástico, poeta y letrista del grupo Virus, recordó la casa familiar en lo que había sido un palacete de una familia austrohúngara en la zona de Plaza San Martín, en oposición a los sótanos de la cultura de los márgenes de los 70 y principios de los 80.

Reynaldo Sietecase
Reynaldo Sietecase
Litto Nebbia
Litto Nebbia

Tiempo. El sábado 18, el periodista y escritor Reynaldo Sietecase hizo conversar a la poeta y escritora Beatriz Vignoli, al doctor en filosofía y poeta Lucas Soares, al físico Carlos Stia y al músico Litto Nebbia sobre aquel concepto tan inapresable. Stia y Soares coincidieron en la imposibilidad de definir al tiempo ("En física usamos el tiempo pero no lo definimos", dijo Stia). Beatriz Vignoli les discutió haciendo hablar a sus personajes de ficción y reivindicó los "tiempos muertos" en los que ocurren las cosas de la creación. Litto Nebbia rescató el tiempo de los artistas que siempre están produciendo. Se las vieron más difícil cuando Sietecase les "regaló" un minuto de tiempo para decir lo que quisieran, graficado en un reloj de arena. No pudieron soslayar la cuestión del pasado, el presente y el futuro. Se preguntaron si el presente existe. Y cada uno tuvo que desarmar una frase de las tantas que contienen esa palabra aparentemente indefinible, a veces como mandatos: aprovechar el tiempo, matar el tiempo, todo tiempo pasado fue mejor.

Florencia Balestra y Gabriel Baggio
Florencia Balestra y Gabriel Baggio
Boris Muñoz, Cristina Fallarás y Francisco Garamona
Boris Muñoz, Cristina Fallarás y Francisco Garamona

Trabajo. Sábado a la noche. Son las 20 y la mesa que cierra las jornadas se ocupa de un tema casi contradictorio con el día y el horario. La discusión se acalora. La periodista y escritora española Cristina Fallarás está dispuesta a discutir con todos los que separan la tarea artística o la escritura del trabajo rentado, o no reconocen diferencias de clase y de género en el ámbito laboral. Así lo hará con la artista plástica e historietista Florencia Balestra, con el librero y editor Francisco Garamona, con el artista plástico Gabriel Baggio o con el editor de Opinión de la versión en español de The New York Times, el venezolano residente en Estados Unidos Boris Muñoz. Las preguntas las ha disparado la periodista Noelia Barral Grigera. Cada cual elige determinado recorte de su experiencia en el ámbito laboral. Fallarás, que fue arrojada fuera del sistema durante la crisis financiera europea, diez años atrás, y vivió en la calle con sus hijos durante un año, y lo cuenta en un libro, toma el guante de la polémica.

Experimentación e innovación en el festival
Experimentación e innovación en el festival

Son las 21.30 del sábado 18 de mayo y así, bien arriba, termina la primera edición del festival anfibio Pensamiento Contemporáneo. Algo acaba de abrirse en Rosario, ese lugar de la tierra tan cerca del río.

 

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