Durante la temporada de fin de año, más de la mitad de los colombianos experimenta alteraciones emocionales negativas, según una encuesta realizada por la Universidad Manuela Beltrán y citada por el investigador Hans Acero, en diálogo con Bienestar la FM.
Aunque diciembre suele asociarse con celebraciones y unión familiar, el estudio revela que este periodo también se caracteriza por un aumento de ansiedad, tristeza, irritabilidad y conflictos en el entorno doméstico, lo que convierte a las festividades en un desafío emocional para una parte significativa de la población.
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El análisis destaca que el 53% de los encuestados reportó que su estado emocional se ve afectado negativamente durante Navidad y Año Nuevo, mientras que solo el 47% aseguró no experimentar cambios.
Entre los principales detonantes de estas alteraciones, el estudio identificó el cansancio y el estrés acumulado, la presión económica y las diferencias ideológicas o personales.
En particular, la encuesta señala que el 49,4% atribuye los conflictos al cansancio y el estrés, el 34,5% a preocupaciones por el dinero y los gastos, el 29,3% a diferencias políticas o religiosas, el 24,1% a rencores antiguos y el 17,2% al consumo de alcohol.
En cuanto a la frecuencia de los conflictos familiares, el 42,5% de los participantes indicó que las discusiones ocurren pocas veces, el 7,5% las considera frecuentes y cerca del 1% afirmó que se repiten todos los años.
Solo el 42% manifestó no vivir este tipo de situaciones durante las festividades. El consumo de alcohol aparece como un factor relevante: el 44% considera que el licor influye bastante o totalmente en el inicio de discusiones familiares, y casi el 17% reconoció la presencia de gritos o insultos cuando hay consumo de bebidas alcohólicas.
El investigador Hans Acero explicó a Bienestar FM que la combinación de alcohol, estrés y ansiedad incrementa la probabilidad de conflictos, lo que convierte a diciembre en un periodo de riesgo emocional si no se gestionan adecuadamente las tensiones.
Además, el estudio resalta la presencia de soledad emocional en las celebraciones: el 47% de los encuestados afirmó sentir, a veces o casi siempre, una sensación de soledad interna incluso en reuniones familiares, y un 12% la experimenta de forma intensa o frecuente. Por otra parte, un 32% manifestó deseos de aislarse o evitar la interacción social durante estas fechas.
La presión económica también incide en el clima emocional de las fiestas. El 45% de los participantes señaló que las preocupaciones por los gastos generan irritabilidad que puede derivar en discusiones, mientras que el 35% reportó desacuerdos relacionados con la organización económica de las celebraciones.
Ante este panorama, los expertos consultados por la Universidad Manuela Beltrán recomiendan la preparación emocional, la validación de los sentimientos, la identificación de los detonantes de conflicto, la realización de acuerdos previos sobre el manejo del dinero y el consumo moderado de alcohol.
Para transitar de manera más tranquila estas fechas se recomienda escuchar las propias necesidades y establecer límites claros, esto es una estrategia fundamental para afrontar las emociones que surgen en diciembre.
Se debe priorizar el autocuidado y ajustar las celebraciones a las posibilidades económicas personales contribuye a evitar el estrés financiero, mientras que validar emociones como la tristeza o la nostalgia permite transitar este periodo sin forzar estados de ánimo artificiales.
Redefinir el éxito de las fiestas, es decir, priorizar la calidad de las relaciones sobre la cantidad de encuentros. Espacios pequeños y significativos, en compañía de personas que ofrecen apoyo social real, pueden resultar más protectores que una agenda saturada de compromisos.
La red de apoyo no necesariamente debe estar compuesta por personas con quienes se celebren reuniones, sino por quienes escuchan y sostienen durante estas fechas, reforzando así el bienestar emocional.