Investigadores aseguran que la soja puede rendir un 33% más

Un estudio de FAUBA y la UNR revela cuáles son las principales variables que inciden en la brecha de rendimiento del cultivo

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La soja puede rendir un 33% más en la zona núcleo
La soja puede rendir un 33% más en la zona núcleo

Una investigación realizada en conjunto por las facultades de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), demostró que es posible aumentar la productividad del cultivo hasta un 29% en la soja de primera y un 33% en la soja de segunda en la región centro del país. Muy oportuno el dato, teniendo en cuenta que para la próxima campaña la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó que la producción de la oleaginosa alcanzaría 53 millones de toneladas en una superficie de 17,9 millones de hectáreas.

El productor argentino es ambicioso, se caracteriza por perfeccionar y contar con la última tecnología agropecuaria. Ante este perfil, y considerando que el país quiere ser el supermercado del mundo, el agricultor deberá mejorar su productividad frente a mercados que cada vez son más exigentes.

La inquietud de los productores

Pablo Cipriotti, profesor Adjunto del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la FAUBA, uno de los investigadores que llevó adelante el estudio, en diálogo con Infobae, comentó: "La motivación del trabajo tuvo mucha vinculación con asesores del grupo CREA del sur de Santa Fe. Hace un tiempo que en diferentes cultivos se ha empezado hablar de la brecha de rendimiento, es decir, la diferencia entre el rendimiento real que alcanzan los productores y el rendimiento potencial que se podría llegar a obtener de ese cultivo".

Cipriotti comentó que el trabajo surgió a raíz de una inquietud de asesores por conocer el valor de la brecha de rendimiento en la soja
Cipriotti comentó que el trabajo surgió a raíz de una inquietud de asesores por conocer el valor de la brecha de rendimiento en la soja

La motivación fue de los productores hacia los investigadores. La región estudiada comprende la conocida zona núcleo, una de las más productivas y con mayores rindes, la cual abarca la zona sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires, sureste de Córdoba y el noreste de La Pampa. Según el técnico, había una idea a priori que quizás ya se había alcanzado el techo de rendimiento en soja. Sin embargo, la investigación realizada en base a 22.500 registros para soja de primera y segunda desde el año 2003 a 2015 demuestra lo contrario.

"Todavía hay mucho por hacer, en algunos casos las brecha puede llegar hasta más del 50%. En promedio, la brecha para soja de primera tiene un valor cercano al 30%, mientras que la soja de segunda se aproxima al 33%. Esa es la magnitud de la brecha expresada porcentualmente respecto del rendimiento potencial en secano", enfatizó Cipriotti.

De acuerdo al análisis que realizaron en la zona, los rindes promedio en soja de primera eran de 3.800 kg/ha, mientras que los rendimientos más altos alcanzaban los 5000 kg/ha. En tanto, el promedio para soja de segunda estaba en 2.900 kg/ha contra rendimientos de más de 4.400 kg/ha.

¿Cómo se cierra la brecha?

Considerando que la soja de primera y de segunda puede rendir más, Infobae consultó sobre cuáles son las variables que influyen en la brecha. En este sentido, el técnico respondió: "Tanto en la soja de primera como de segunda había una proporción importante, más del 60% de la brecha que se relacionaba con cuestiones de manejo".

"Fundamentalmente en el caso de la soja de primera, influía la fecha de siembra ya que los lotes sembrados más temprano (antes del 25 de noviembre) habían favorecido a cerrar la brecha, después lo que tenía que ver con el cultivo antecesor, aquellos lotes que venían de maíz rendían más que los que venían de otros cultivos de verano y luego entraban en juego otras cuestiones que tenían que ver con el uso de fertilización".

En el caso de la soja de segunda, resaltó que la influencia de las variables estaba más repartida, aunque la mayor incidencia correspondía al uso de fungicidas y en segundo y tercer lugar entraba en juego la fertilización y la fecha de siembra.

Por último, Cipriotti anticipó que junto a otras instituciones está participando de una actividad de investigación similar, pero con mayor alcance a nivel nacional en el cultivo de girasol, con el fin de conocer las causas de la brecha.