En una réplica del Air Force One, los visitantes ven cómo viaja el inquilino de la Casa Blanca

Por Ann Cameron (Especial para The Washington Post)

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La oficina presidencial en el Air Force One cuenta con cinturones de seguridad en los asientos (Ann Cameron Siegal)
La oficina presidencial en el Air Force One cuenta con cinturones de seguridad en los asientos (Ann Cameron Siegal)

No encontrarás al presidente de los Estados Unidos esperando en el aeropuerto para tomar un vuelo. Él tiene su propio avión, denominado Air Force One. Una reproducción de esta aeronave en el National Harbor de Maryland permite ahora una mirada más detallada a cómo viaja el jefe del ejecutivo.

Los viajes aéreos son tan comunes hoy en día que es difícil imaginar a los principales líderes de nuestro país utilizando otros medios de transporte.

George Washington, quien fue presidente desde 1789 hasta 1797, viajó a caballo y en carruaje a una velocidad máxima de 8 kilómetros por hora. Andrew Jackson (1829-1837) fue el primer presidente que viajó en tren mientras estaba en el cargo. William McKinley (1897-1901) fue el primero que viajó en automóvil. Franklin D. Roosevelt (1933-1945) fue el primer mandatario en funciones que viajó por aire para asuntos oficiales, cuando se trasladó a una conferencia sobre la Segunda Guerra Mundial en enero de 1943.

La insignia presidencial se coloca en el exterior de la aeronave que cumpla la función de Air Force One. (Ann Cameron Siegal)
La insignia presidencial se coloca en el exterior de la aeronave que cumpla la función de Air Force One. (Ann Cameron Siegal)

En 1953 la Fuerza Aérea designó a cualquier aeronave que llevara al presidente con la señal de llamada Air Force One, para evitar confusiones en la comunicación. El primer Boeing VC-25 A (la versión militar de un avión comercial Boeing 747) fue utilizado por primera vez por George H.W. Bush en 1990.

Cuanto más te acerques al enorme avión en el National Harbor, más pequeño te sentirás. Este avión retirado, reacondicionado para parecerse al verdadero Air Force One, es tan alto como un edificio de seis pisos y su longitud es más de dos tercios que un campo de fútbol (19,2 metros de alto, 70,4 metros de longitud). Cuando está lleno de combustible, su peso es equivalente al de 65 elefantes africanos machos (272,16 toneladas).

Una acogedora alfombra roja conduce a la escalera principal, que el presidente usaba. Los visitantes pueden caminar bajo las alas, tocar un capó del motor y ver los trenes de aterrizaje. Las palabras "Estados Unidos de América" en el costado del avión están escritas con el mismo estilo de letra o fuente que la Declaración de Independencia original.

Los visitantes ingresan al avión desde la escalera trasera para ver las copias de la oficina del presidente, la sala de conferencias y los dormitorios. Pero no verán la cabina del piloto ni los equipos de navegación y electrónicos que son considerados altamente secretos. Estos ocupan la parte superior del Air Force One real, que tiene tres niveles.

La copia del Air Force One se puede visitar en el National Harbor de Maryland (Ann Cameron Siegal)
La copia del Air Force One se puede visitar en el National Harbor de Maryland (Ann Cameron Siegal)

El Air Force One cuenta con una tripulación rotativa de 30 asistentes de vuelo que compran alimentos y preparan comidas. Son competentes en técnicas de seguridad y rescate y mantienen un ambiente profesional para el presidente.

Howie Franklin trabajó a bordo del avión durante 18 años, cubriendo a cinco presidentes desde Gerald Ford hasta Bill Clinton. "No hay estrellas entre los miembros de la tripulación. Se trata de un trabajo en equipo", relata.

En 1986, Becky Schulz, de 29 años, se convirtió en la primera aeromoza del Air Force One. Fue un cambio de ritmo para una tímida granjera de Dakota del Norte que ganó dinero por primera vez a los 11 años cuidando niños y planchando ropa. "Los presidentes nos trataron como a una familia", dijo ella haciéndose eco de los sentimientos de sus compañeros de equipo.

Henry Brown creció trabajando en la granja de tabaco de su familia en Georgia. El uniforme de la Fuerza Aérea le "abrió el mundo" a los 26 años. El trabajo duro lo llevó a ser elegido para el equipo del Air Force One en 1980. "Siempre haz lo mejor que puedas", dijo. "La gente se dará cuenta. Nunca pensé que me iría de la granja y que algún día viajaría con el presidente de Estados Unidos".