Una start-up quiere conservar el cerebro de las personas, pero con una condición

Por Gene Marks (Especial para The Washington Post)

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Almacenar cerebros muertos no es un negocio nuevo. Hay una compañía en Arizona que, en este momento, tiene más de 150 cuerpos en nitrógeno líquido, incluyendo al gran Ted Williams, con la esperanza de despertar en un futuro. Pero ahora hay una start-up que dice que puede hacer todo esto y mucho mejor: puede hacer una copia de seguridad completa de tu mente. Sin embargo, solo hay una cosa: primero debes morir.

La compañía, llamada Nectome, dice que su solución química patentada puede mantener el cerebro intacto durante cientos, incluso miles de años. "Puedes pensar en lo que hacemos como una forma elegante de embalsamiento que preserva no solo los detalles externos sino también los detalles internos", dice Robert McIntyre, fundador de la compañía, a MIT Review.

Pero esta es la cuestión: el cerebro debe estar fresco y el paciente debe estar vivo para que sus productos químicos embalsamadores hagan su trabajo. Para que esto suceda, un paciente debe estar dispuesto a morir para que el proceso se complete. El proceso es "ciento por ciento fatal", admite McIntyre. "La experiencia del usuario será idéntica al suicidio asistido por un médico".

¿Quién se inscribiría para tal cosa? McIntyre cree que será el enfermo terminal y tiene los datos para respaldar su teoría. 25 personas ya le han otorgado un depósito reembolsable de USD 10,000 (el precio total para el procedimiento aún no se ha establecido) para que un día puedan hacer la copia de seguridad mental. Actualmente, la compañía no está vendiendo su servicio y puede que no lo haga en algunos años.

Aunque todavía hay muchas dudas sobre si los recuerdos pueden almacenarse incluso en un tejido (casi) muerto, la compañía ya ha recaudado USD 1 millón en fondos hasta la fecha y forma parte de la élite de nuevas empresas que pronto recibirá el apoyo de inversores en el acelerador de empresas Y Combinator's Demo Days. También recibió una subvención de USD 960,000 del Instituto Nacional de Salud Mental para sus trabajos de imágenes cerebrales.

Además de los desafíos éticos y científicos, el desafío más grande de McIntyre puede ser el de otra comunidad de escépticos: los abogados. Aunque la compañía está operando bajo la Ley de Opción de Fin de Vida en California y cree que sus servicios son legales, Ken Hayworth, un neurocientífico que es presidente de Brain Preservation Foundation, tiene sus preocupaciones. La compañía dijo a MIT Technology Review que están caminando en una "estrecha línea" al pedirle a la gente que pague para unirse a una lista de espera para, en efecto, suicidarse. De hecho, sostiene Hayworth, "esa línea ya podría haber sido cruzada".