
El gobierno de Donald Trump está proporcionando los nombres de todos los viajeros aéreos a los agentes de inmigración, ampliando de manera sustancial su uso del intercambio de datos para expulsar a las personas bajo órdenes de deportación.
Bajo el programa, que no había sido dado a conocer antes, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA por su sigla en inglés) proporciona una lista varias veces a la semana al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los viajeros que pasarán por los aeropuertos. El ICE puede cotejar la lista con su propia base de datos de personas sujetas a deportación y enviar agentes al aeropuerto para detener a esas personas.
No está claro cuántas detenciones se han realizado como resultado de esta colaboración. Pero los documentos obtenidos por The New York Times muestran que condujo a la detención de Any Lucía López Belloza, la estudiante universitaria detenida en el aeropuerto Logan de Boston el 20 de noviembre y deportada a Honduras dos días después. Un antiguo funcionario del ICE dijo que en el 75 por ciento de los casos en los que el programa señaló nombres, se produjeron detenciones.
Históricamente, el ICE ha evitado interferir en los viajes nacionales. Pero la asociación entre la seguridad aeroportuaria y la agencia de inmigración, que comenzó discretamente en marzo, es la última forma en que el gobierno de Trump está aumentando la cooperación y el intercambio de información entre las agencias federales al servicio del objetivo del presidente de llevar a cabo la mayor campaña de deportación en la historia de Estados Unidos.
"El mensaje para quienes están en el país de manera ilegal es claro: la única razón por la que deberías volar es para autodeportarte a casa", dijo Tricia McLaughlin, vocera del Departamento de Seguridad Nacional.
Desde hace tiempo, los pasajeros de las aerolíneas están sometidos a cierto escrutinio federal. Las aerolíneas suelen facilitar información sobre los pasajeros a la TSA después de reservar un vuelo. Esa información se compara con las bases de datos de seguridad nacional, incluido el Terrorist Screening Dataset, que incluye los nombres de las personas que figuran en una lista de vigilancia de terroristas conocidos o sospechosos.
Pero anteriormente la TSA no se involucraba en asuntos penales nacionales o de inmigración, dijo un antiguo integrante de la agencia, quien habló con la condición de mantener su anonimato para poder hablar del tema con libertad. Afirmó que, entre los motivos de preocupación, se encuentra el hecho de que las actividades de aplicación de la ley en los aeropuertos podrían distraer la atención de la seguridad aeroportuaria y contribuir a alargar los tiempos de espera de los pasajeros.
"Si hay más agentes realizando detenciones en los aeropuertos, se sobrecarga el sistema, los retrasos y las complicaciones pueden molestar y asustar a algunos viajeros, y quienes no estén seguros de su situación se alejarán del transporte aéreo", dijo Claire Trickler-McNulty, alta funcionaria del ICE durante el gobierno de Joe Biden. "Seguirá reduciéndose el espacio en el que la gente se siente segura haciendo sus cosas".
La presión para intensificar la aplicación de la ley es generalizada dentro del Departamento de Seguridad Nacional, que alberga tanto al ICE como a la TSA. A principios de este año, Stephen Miller, un alto funcionario de la Casa Blanca, propuso un objetivo de 3000 detenciones de inmigrantes al día y se reunió con altos representantes del ICE para ver cómo aumentar las deportaciones.
Algunos exfuncionarios del ICE dijeron que el programa sería una gran ayuda para una agencia que lucha por alcanzar las cifras de deportaciones que busca el gobierno de Trump.
"El gobierno ha convertido los viajes de rutina en un multiplicador de fuerza para las deportaciones, identificando potencialmente a miles de personas que pensaban que podían evadir la ley simplemente abordando un avión", dijo Scott Mechkowski, exjefe adjunto de la oficina del ICE en la ciudad de Nueva York. "No se trata de miedo; se trata de restablecer el orden y garantizar que todos los estadounidenses sepan que su gobierno hace cumplir sus leyes sin disculparse".
El aeropuerto tiene la ventaja añadida para las autoridades de ser un lugar en el que se han escaneado posibles objetivos en busca de armas. Y, como en el caso de López, las personas marcadas como parte del programa han podido ser detenidas y deportadas muy rápidamente.
López, de 19 años, tenía una orden de deportación previa. En 2018, según los registros internos, su caso había sido remitido al ICE para un posible arresto. A pesar de eso, ella dijo que no sabía de la orden y pudo seguir viviendo en el país sin problemas. Últimamente, asistía al Babson College, donde estudiaba el primer año de negocios.
Las cosas cambiaron el 20 de noviembre, cuando López llegó al aeropuerto Logan de Boston de camino a Texas. Dijo que había pasado el control de seguridad con su pasaporte hondureño sin incidentes y que había llegado a la puerta de embarque con tiempo suficiente para tomarse un café.
Sin embargo, a la hora de embarcar, su boleto de embarque no funcionaba.
La segunda vez que la escanearon, vio una X en la pantalla del ordenador delante del agente, quien le dijo que fuera al servicio de atención al cliente para averiguar qué estaba pasando, dijo.
"Ah, eres Any", le dijo uno de los agentes federales que la esperaban, según López. Los registros internos muestran que fue detenida inicialmente por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
"Él dijo como, bueno, vas a venir con nosotros. Vas a llenar un montón de papeles", recordó. "Yo le dije, bueno, tengo que subir al avión porque tengo que irme ahora mismo. Y él me dijo: bueno, no creo que siquiera vayas a subir a ese vuelo".
Los activistas denunciaron el programa de deportación de los aeropuertos como una medida destinada a atemorizar a los inmigrantes.
"Este es otro intento de aterrorizar y castigar a las comunidades y hará que la gente se aterrorice ante la posibilidad de salir de sus casas por miedo a ser detenidos injustamente y desaparecidos del país antes de que tengan la oportunidad de impugnar la detención", dijo Robyn Barnard, directora sénior de defensa de los refugiados en Human Rights First, una organización de defensa de los inmigrantes.
Documentos obtenidos por The New York Times muestran que la detención de López implicó a una oficina del ICE en California que desempeña un papel clave en el programa de aeropuertos. La oficina, denominada Pacific Enforcement Response Center, envía avisos a los funcionarios de inmigración de todo el país y solicitudes a las cárceles locales para que retengan a los inmigrantes. Los documentos muestran que la oficina envió la información del vuelo de López a los agentes del ICE en Boston.
El documento detalla cómo esto es parte de una colaboración "con la Administración de Seguridad en el Transporte para enviar pistas útiles en campo sobre extranjeros con una orden final de expulsión que parecen tener un vuelo inminente programado".
Un antiguo alto integrante del ICE con conocimiento del programa de aeropuertos dijo que la oficina de California a menudo enviaba varias pistas al día sobre posibles detenidos en los aeropuertos de la región en la que trabajaba. El exfuncionario, que habló bajo condición de anonimato para poder discutir asuntos internos de las fuerzas de seguridad, dijo que los agentes del ICE recibían el número de vuelo del pasajero y la hora de salida, así como una foto del objetivo, a veces apenas unas horas antes de que despegara el avión.
El programa es especialmente eficaz porque le permite al ICE deportar rápidamente a quienes son detenidos, dijo.
La detención de López no es la única del programa que ha llamado la atención de los medios de comunicación.
A finales de octubre, Marta Brizeyda Renderos Leiva, una mujer de El Salvador, fue detenida en el aeropuerto de Salt Lake City. Renderos Leiva también tenía una orden de deportación definitiva. El video de la detención muestra a la mujer gritando mientras los agentes la sacaban del aeropuerto.
Los registros internos obtenidos por el Times muestran que la información de vuelo de la salvadoreña también había sido compartida con los agentes locales por la oficina de California.
El gobierno de Trump ha tratado de aprovechar otras bases de datos para localizar a los inmigrantes que quiere detener o deportar, incluido el IRS, que a principios de este año acordó entregar las direcciones de los migrantes al ICE. Un tribunal federal bloqueó la iniciativa en noviembre.
El caso de López atrajo la atención pública en parte porque no tenía antecedentes penales. Había planeado volver a casa y pasar Acción de Gracias con su familia, lo que incluía ir a la iglesia y cenar juntos. Era un viaje sorpresa.
Pensaba: "Bien, esto es lo que voy a hacer con ellos", recuerda sobre los planes que tenía para pasar tiempo con sus parientes. "Este día voy a hacer esto. Este día voy a estar con amigos, familia y cosas así. Eso era lo que se me pasaba por la cabeza".
Ahora, en Honduras, intenta encontrar la manera de cambiar de universidad. Dice que extraña ir a la iglesia con su familia, ir a una cadena de supermercados en Texas y la comida de su madre.
Hamed Aleaziz cubre el Departamento de Seguridad Nacional y las políticas migratorias.
Últimas Noticias
El oficial que supervisó los ataques de EE. UU. frente a Venezuela se retira
Reportajes Especiales - News

EE. UU. emite nuevas sanciones contra la familia de Maduro y el sector petrolero
Reportajes Especiales - News

Así funciona el contrabando petrolero de la flota fantasma
Reportajes Especiales - Business

El descenso de las inversiones en China es cada vez mayor
Reportajes Especiales - Business

¿Cuánto tiempo se pueden tomar antidepresivos?
Reportajes Especiales - Lifestyle



