El planeta necesita energía solar, pero, ¿podremos construirla sin dañar la naturaleza?

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FLAGSTAFF, Arizona-- Para los berrendos, esas criaturas parecidas a antílopes del oeste estadounidense, los pastizales al norte de Flagstaff, Arizona, son su hábitat principal. Les proporciona a los animales el alimento y las condiciones que necesitan para sobrevivir el otoño y el invierno.‌Pero para una nación que se apresura cada vez más a adoptar energías renovables, esas tierras son ideales para otra cosa: paneles solares. El sol brilla fuerte, el terreno es llano y hay líneas de alta tensión instaladas desde una planta de carbón fuera de servicio. La energía recolectada aquí podría llegar rápidamente a las principales regiones metropolitanas del occidente del país, como parte de una ola colosal de energía limpia necesaria para evitar los peores efectos del calentamiento global.‌Los animales necesitan que los humanos solucionen el cambio climático. Pero también necesitan lugares dónde vivir. La pérdida de hábitat es el principal impulsor de una impactante disminución global de la biodiversidad, la variedad de vida en la Tierra. Se prevé que el auge de la energía solar, destinada a ser la fuente de energía de más rápido crecimiento en Estados Unidos, cercará millones de hectáreas en todo el país, cubriéndolas con hileras de cuadrados vítreos.‌La buena noticia para la vida silvestre es que los desarrolladores de energía solar tienen maneras de hacer que las instalaciones sean menos dañinas e incluso beneficiosas para muchas especies, incluidas cercas que permiten el paso a algunos animales, corredores de vida silvestre, plantas nativas que nutren a los polinizadores y más.‌Pero en este momento crucial, en el que están surgiendo granjas solares en todo el país, esas medidas no suelen utilizarse. Entre las razones: un mosaico de regulaciones locales y estatales que rigen la energía solar a gran escala, falta de investigación sobre cómo interactúan los animales con ella y la ausencia de pautas federales sobre ubicación o diseño.‌"Nos enfrentamos a dos verdades: tenemos una crisis de cambio climático, pero también tenemos una crisis de biodiversidad", dijo Meaghan Gade, directora de programas de la Asociación de Agencias de Pesca y Vida Silvestre. "Tenemos que ser conscientes de que hay vida silvestre que depende de estos hábitats y tenemos que ser inteligentes y cuidadosos sobre cómo estamos haciendo este despliegue para que podamos enfrentar ambas crisis al mismo tiempo".‌Según la asociación, el 80 por ciento de los estados dependen de enfoques voluntarios para minimizar los impactos en las especies y el hábitat. A medida que los desarrolladores avancen, las decisiones que tomen hoy repercutirán durante décadas.‌En los pastizales al norte de Flagstaff, una familia de ganaderos, desarrolladores de energía solar y biólogos estatales de vida silvestre se han unido para probar soluciones sobre la marcha. Un día soleado del otoño pasado, un helicóptero descendió sobre una manada de berrendos que avanzaba a través de pastizales arbustivos cerca del lugar donde se tenía planificada la construcción de una planta solar.‌Los berrendos son excepcionales por su combinación de velocidad y resistencia. Si existiera un maratón mundial de mamíferos, probablemente lo ganaría un berrendo.‌Aunque parecen antílopes, están más estrechamente relacionados con las jirafas. Si bien la población de berrendos de Arizona es estable, representan solo una pequeña fracción de las cifras históricas de la especie.‌Ese día, se disparó una red desde el helicóptero, un ciervo cayó y un vaquero saltó de la aeronave. Este ató las patas del ciervo y un biólogo le vendó los ojos al animal, buscando calmarlo. Monitoreando su temperatura en busca de signos de angustia peligrosa, trabajaron con rapidez para colocarle una etiqueta en la oreja y un collar GPS alrededor de su cuello.‌El collar rastreará cómo responderá al parque solar, el cual se dividirá en varias secciones. Quince corredores que van desde 400 metros hasta más de 800 metros ofrecerán hábitat y paso para berrendos, venados mulo y uapitís.‌Acto seguido, el berrendo se alejó al galope, convirtiéndose sin saberlo en un participante de un experimento de coexistencia.‌ Intereses contrapuestos en juego ‌A primera vista, la práctica más amigable con la vida silvestre puede parecer obvia.‌"Si comienzas con un sitio que en realidad no tiene valor de preservación (está talado, degradado, lo que sea), todo lo que hagas en ese punto será ganancia", afirmó Liz Kalies, una ecologista que estudia energía limpia para Nature Conservancy y trabaja en Carolina del Norte, donde se han talado bosques para dar paso a la energía solar.‌Los polinizadores como, por ejemplo, las abejas pueden beneficiarse de las instalaciones solares que remplazan los cultivos tratados con pesticidas, en especial cuando las nuevas instalaciones incluyen especies nativas (los cultivos cercanos también pueden beneficiarse). En Kentucky, se está construyendo una granja solar en el lugar de una antigua mina de carbón.‌Pero para los desarrolladores no es tan fácil. Obtener permisos y financiación para trabajar en antiguos emplazamientos industriales puede resultar complicado debido a los riesgos, incluida la presencia de residuos tóxicos. Las comunidades rurales a veces se oponen a la conversión de áreas agrícolas a energía solar, argumentando que las tierras cultivables deben protegerse para la seguridad alimentaria y para mantener la salud económica de los pueblos agrícolas.‌Y, lo que es más importante, los desarrolladores deben poder mover la electricidad, lo que hace que la disponibilidad de infraestructura de transmisión sea primordial para cualquier sitio.

"Si bien es bonito pensar que existen muchas áreas de bajo conflicto en las que los desarrolladores pueden simplemente construir y todos los dejan en paz, la realidad es que no es así como funcionan las cosas", afirmó Tom Vinson, vicepresidente de políticas y asuntos de regulación en la Asociación Estadounidense de Energía Limpia, que representa a los desarrolladores solares a escala de servicios públicos. "Siempre hay intereses contrapuestos".‌Los posibles sitios para desarrollar energía solar son tan variados ecológicamente que las directrices federales sobre vida silvestre y hábitat no serían apropiadas, dijo. Además, los desarrolladores de energía solar ya toman precauciones para los animales y las plantas que están protegidos por la Ley de Especies en Peligro de Extinción, que es algo así como la unidad de cuidados intensivos para la vida silvestre.‌ Las cercas generan buenos vecinos

Según un estudio, hasta un tercio del potencial desarrollo solar en Estados Unidos podría superponerse con zonas que tienen un alto valor para el movimiento de la vida silvestre, en un momento en el que los animales se desplazan para adaptarse al cambio climático. (La energía solar en tejados y otras tecnologías de pequeña escala pueden contribuir en gran medida a aliviar la presión sobre las grandes instalaciones, pero la demanda de energía de Estados Unidos aún requeriría un incremento de los proyectos a gran escala).‌Una forma de reducir el impacto del desarrollo de la energía solar son las cercas amigables con la vida silvestre.‌Los códigos eléctricos nacionales exigen cercas para proteger a las personas de los peligros eléctricos y a la infraestructura de los daños. Simplemente remplazando la versión convencional de tela metálica con cercas que tengan espacios más amplios permitirá que criaturas como los zorros corran a través de ellas. Elevar la parte inferior de una cerca del suelo para ofrecer unos cuantos centímetros de paso, logra el mismo objetivo.‌En Florida, una combinación de cercas de 1,2 y 1,8 metros permite que panteras y ciervos salten a muchas de las instalaciones solares de Florida Power and Light, dijo Jack Eble, portavoz de la compañía. Los soportes de madera que apuntalan las cercas permiten el paso de animales de tamaño mediano y las aberturas más grandes en la parte inferior dan acceso a los animales pequeños.‌"Hasta el momento, no hemos experimentado ningún problema en el que la vida silvestre dañe paneles solares u otra infraestructura relacionada con la energía solar", dijo Eble.‌Pero hasta ahora, las cercas amigables con la vida silvestre no se utilizan comúnmente, según Josh Ennen, científico principal del Instituto de Vida Silvestre de Energía Renovable, una colaboración sin fines de lucro que busca encontrar soluciones a los conflictos con la vida silvestre y está financiada principalmente por la industria.‌Los desarrolladores a menudo no están familiarizados con las opciones de cercados amigables con la vida silvestre y es posible que estas además no estén fácilmente disponibles.‌Además, a muchos les preocupa que sea contraproducente si los animales protegidos por el gobierno federal usan el cercado permeable para deambular por el sitio. De repente, los desarrolladores tendrían que preocuparse por las multas por atropellar, por ejemplo, a una cría de una tortuga del desierto de Mojave.‌Las regulaciones también pueden obstaculizar el camino. En todo el país, las instalaciones solares están sujetas a un conjunto dispar de normas locales y estatales, algunas de las cuales requieren tipos específicos de cercas.

Una concesión para el futuro ‌En Babbitt Ranches en Arizona, la cerca de la granja solar se elevará del suelo para el paso de animales más pequeños como conejos. No se le permitirá el paso a berrendos, venados mulo y uapitís debido a la preocupación del desarrollador de que puedan dañar el equipo o lastimarse a sí mismos. Para esos animales, están planificando unos pasillos.‌Babbitt Ranches, conocido desde hace mucho tiempo por la raza bovina Hereford y los caballos cuarto de milla, se extiende sobre más de 280.000 hectáreas de terrenos privados y públicos arrendados. Las líneas de transmisión han atraído a una multitud de desarrolladores de energía limpia y las primeras turbinas eólicas ya están instaladas.‌Clenera, un desarrollador de energía solar, se puso en contacto con la granja en 2018. Para el presidente de Babbitt, Bill Cordasco, la idea de un gran proyecto solar era atractiva tanto desde el punto de vista financiero como moral. Generaría ingresos para la empresa familiar y al mismo tiempo ayudaría a reducir los riesgos climáticos para las generaciones futuras. Pero sabía que el berrendo dependía de esa tierra. Cordasco quería encontrar una solución que satisficiera las necesidades de todos, incluido el berrendo.‌"Si ustedes no están interesados en resolver este asunto con los berrendos, no sucederá", recordó haberle dicho a Clenera durante su primera reunión en persona.‌Clenera estaba interesado.‌Los funcionarios estatales de vida silvestre tenían datos de collares GPS previos, por lo que sabían cómo se movían los berrendos y los venados mulo por el área. Una ordenanza sobre energía renovable aprobada por el condado de Coconino, donde se encuentra Flagstaff, le dio más fuerza a la importancia de mantener los vínculos con la vida silvestre en las instalaciones solares.‌Un tira y afloja sobre el diseño del sitio llevó a agregar corredores de migración y a cerrar algunas áreas sin salida donde los animales podrían haber quedado atrapados o desorientados. Los desarrolladores y funcionarios de la vida silvestre discutieron las ventajas y desventajas de los corredores de 400 metros frente a los de 800 metros. (¿Los más pequeños serían lo suficientemente anchos para que los animales los usaran? ¿Valdrían los más grandes el aumento significativo en el espacio ocupado total?) Al final, todos estuvieron de acuerdo en tener una variedad de corredores diferentes, creando una especie de experimento natural.‌Los kilómetros de cable de alto voltaje adicional y las cercas extra necesarias para dividir grandes secciones de paneles solares en otras más pequeñas encarecen el proyecto, afirmaron funcionarios de Clenera, aunque se negaron a decir cuánto. Cordasco también les pidió que ayudaran a financiar estudios a largo plazo sobre el impacto de la granja solar en la migración de la vida silvestre.‌"Es mucho dinero", dijo Tom Fitzgerald, vicepresidente de desarrollo de Clenera. "Ese es también el costo de lograr que todas las partes interesadas te apoyen y apoyen tu proyecto, y pagar para ser un miembro que contribuye a cualquier comunidad".

Un collar GPS en un berrendo cerca de Flagstaff, Arizona. (Nina Riggio/The New York Times)

Un ‌berrendo cerca de líneas eléctricas del proyecto solar en Babbitt Ranches cerca de Flagstaff, Arizona. Si bien la población de berrendos del estado es estable, esta representa una pequeña fracción de las cifras históricas de la especie. (Nina Riggio/The New York Times)