Las tradiciones más curiosas para recibir el Año Nuevo en España: un manual para inmigrantes y turistas

Desde las 12 uvas a la ropa interior especial y los especiales de TV

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En la Puerta del Sol se reunen miles de españoles cada 31 de de diciembre para esperar las 12 campanadas del año nuevo (Shutterstock)
En la Puerta del Sol se reunen miles de españoles cada 31 de de diciembre para esperar las 12 campanadas del año nuevo (Shutterstock)

Durante la noche de Fin de Año convergen todas las peculiaridades de los españoles. Es una celebración familiar que termina, especialmente entre los jóvenes, en una desmesurada fiesta hasta el amanecer. Mezcla la herencia religiosa de un país donde dos tercios de la población se declara católica junto a las manías de la nación más supersticiosa de Europa, donde hasta un 60 por ciento cree en la suerte.

Este acontecimiento es percibido con fascinación y extrañeza por los cinco millones de extranjeros que viven en España, según el dato más reciente del Instituto Nacional de Estadística. También por los turistas que viajan durante esta fecha al país, que este año registró su récord histórico de visitantes con 83.4 millones, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Turismo.

En páginas públicas de Facebook como Argentinos en Madrid y Colombianos en España los usuarios consultan todo tipo de dudas al respecto.

Aquí, una guía explicativa para ayudar a comprender una de las noches más especiales del año en España y poder disfrutarla tanto o más que los propios nacionales.

Las uvas de la suerte

Por cada uno de los últimos 12 segundos del año hay que comer una uva. Los niños pequeños suelen imitar a sus padres porque no comprenden cuándo hay que empezar. Hay quien les quita la piel o las semillas para facilitar una ceremonia que en todas las familias termina con risas, toses y las bocas hinchadas con la pulpa de esta fruta. Es mejor comprarlas con antelación porque durante el 31 de diciembre las uvas alcanzan precios desorbitados como si de un metal precioso se tratara. El origen se remonta a 1909, cuando por el excedente en la producción los viticultores regalaron uvas a los ciudadanos y difundieron la idea de que comerlas traería fortuna para el nuevo año.

12 uvas, una con cada campanada (Shutterstock)
12 uvas, una con cada campanada (Shutterstock)

El reloj de la Puerta del Sol en Madrid

Desde el kilómetro cero de la capital se dan las campanadas que escuchan los españoles durante los 12 últimos segundos del año. En esa céntrica plaza se reúnen hasta 20.000 personas que desafían al frío, el viento, la lluvia e incluso a la nieve. Son tan típicos los disfraces de los asistentes -sombreros peludos y gafas gigantes de broma que compran en la Plaza Mayor, a cinco minutos andando de allí- como el espectacular anuncio luminoso de la bodega de vinos Tío Pepe que preside la plaza. Un secreto: los que prefieran evitar las aglomeraciones pueden ir el día 30 de diciembre a las 12 de la noche, cuando se hace un simulacro sin agobios bautizado como Las Preuvas.

Supersticiones

Los españoles están convencidos de que es necesario seguir un ritual para evitar la mala suerte en el año que entra. Hay que llevar ropa interior roja, una tradición que podría venir de la Edad Media, cuando este color -al que se relaciona con el amor, la pasión y la prosperidad- estaba prohibido. Además conviene echar oro en la copa con la que se vaya a brindar, ya sea de champagne, vino o cava. Los que no beben alcohol pueden simplemente morder un anillo de oro. Cuando terminan las campanadas a la medianoche es obligatorio besar a todas las personas que haya alrededor, como si hubiese sucedido un acontecimiento trascendental. Y no menos importante es entrar en 2020 con el pie derecho, para borrar lo malo y empezar el año con buenas sensaciones.

Ropa interior roja, una tradición para atraer la suerte en el año que comienza (Shutterstock)
Ropa interior roja, una tradición para atraer la suerte en el año que comienza (Shutterstock)

El banquete

Como si de un festín de los emperadores de la Antigua Roma se tratara, los españoles despiden el año con una comilona abundante y suculenta. Durante esta cena cumplen con el estereotipo según el cual son muy exagerados siguiendo la idea de que cuanto más, mejor. El cochinillo, el pavo y el cordero asado son todo un clásico, además del besugo al horno y la lombarda con piñones. De aperitivo no faltan los langostinos o el salmón ahumado. En cada región añaden productos locales como los espárragos en Navarra, la empanada y el centollo en Galicia, el bacalao en el País Vasco o los canelones y el capón en Cataluña. Con los postres llegan interminables bandejas de dulces navideños como el mazapán, los polvorones y el turrón.

los banquetes de fin de año en España son auténticas comilonas (Shutterstock)
los banquetes de fin de año en España son auténticas comilonas (Shutterstock)

Humor en la televisión pública española

Un indicador fiable de la generación a la que perteneces en España es con quién veías de pequeño el especial de humor de TVE. Desde 1988 hasta 1997 el dúo Martes y 13 marcó a miles de familias que contemplaban en riguroso silencio -solo interrumpido por las carcajadas- sus geniales gags con los que repasaban los acontecimientos del último año desde el surrealismo. Les dio el relevo José Mota, quien se dio a conocer con el dúo Cruz y Raya y que en 2019 ofrecerá su 20º especial de fin de año. No faltarán menciones sarcásticas aptas para toda la familia a la crisis de Cataluña, la falta de gobierno en España, la relación de amor-odio entre los líderes políticos Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el Barça de Messi, la espantada de Cristiano Ronaldo a Italia, el regreso de Zidane, la gesta de Marc Márquez en motociclismo, los éxitos de Rafa Nadal, el oro mundial de la selección de baloncesto y temas sociales como el desempleo o la lucha por una vivienda digna.

Los chascarrillos

En España hay comentaristas expertos que escriben para los grandes periódicos sobre las galas de Nochevieja. Conscientes de que desde las 10 hasta las 12 de la noche gran parte del país está junto a toda la familia viendo la televisión, cada cadena rivaliza intentando atraer a los espectadores. Desde hace varios años una de las anécdotas más comentadas es el vestido que se pondrá para retransmitir las 12 campanadas la presentadora Cristina Pedroche, pareja del chef de vanguardia Dabiz Muñoz. Siempre hay asociaciones que advierten del síntoma machista de centrar la conversación nacional en el cuerpo y la estética de una mujer pero la realidad es que al final acaba siendo una de las noticias más comentadas. Tras la medianoche se suceden en todas las cadenas galas pregrabadas con actuaciones musicales y público celebrando con champán y traje el nuevo año mientras las familias bailan en sus casas.

La fiesta

(Shutterstock)
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Los jóvenes cenan en familia y a partir de la 1 de la noche quedan con sus amigos para celebrar en alguna discoteca el fin de año. Hay saraos de todo tipo aunque el más típico consiste en pagar una entrada -entre los 30 y los 100 euros- que incluye barra libre de alcohol hasta las 6 de la mañana, además de cotillón, una serie de adornos y artículos de broma típicos de esta fecha como globos, matasuegras y purpurina. La música suele ser un compendio de los éxitos del último año junto a clásicos de otras épocas. Es el peor momento para pedir un taxi, así que es mejor reservarlo con antelación o ir en coche con un amigo que no beba alcohol, pues apenas hay transporte público a esas horas. Además hay que ir bien abrigado para combatir el frío al amanecer, cuando es típico desayunar chocolate con churros en lugares como la icónica Chocolatería San Ginés en Madrid. El día 1 de de enero España se paraliza, los comercios cierran y todos se quedan en casa descansando para recuperarse de la resaca tras la borrachera. Sólo abren algunas macrodiscotecas de música electrónica para los fiesteros más recalcitrantes.

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