Qué tienen en común Miguel Hidalgo y Hernán Cortés

A pesar de que sus acciones se llevaron a cabo en contextos sumamente distintos, ambos son considerados figuras importantes dentro de la historia de México

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Ambos marcaron un antes y un después dentro de la historia de México (Fotos: INAH)
Ambos marcaron un antes y un después dentro de la historia de México (Fotos: INAH)

Hernán Cortés y Miguel Hidalgo son dos de los personajes más importantes de la historia de México. El primero por haber conquistado al Imperio Mexica, mientras que el segundo es considerado como el “Padre de la Patria” por haber sido el precursor del levantamiento armado que terminó por darle independencia a la Nueva España, la colonia más grande del Imperio Español en América.

Ambos marcaron un parteaguas en el desarrollo del país, pues sin ninguno de los dos hubiera tomado la decisión de llegar a México, en el caso de Cortés, o de hacer un llamado al pueblo oprimido, como lo hizo Hidalgo, la historia hubiese sido otra, algo quizás inimaginable en nuestros días.

Y aunque sus contextos fueron totalmente diferentes, hay algo que los caracterizó y fue su liderazgo. En el segundo tomo de El Libro Rojo, el escritor Vicente Riva Palacio comparó a ambos personajes históricos resaltando su gran capacidad para ser capitanes frente a un grupo de personas.

Cortés fue acusado de haber asesinado a su primer esposa (Foto: Wikipedia)
Cortés fue acusado de haber asesinado a su primer esposa (Foto: Wikipedia)

El escritor mexicano enalteció las acciones de Cortés, pues mencionó que tras la caída del imperio, del que el tlatoani Moctezuma estaba al mando, el conquistador español logró someter al pueblo mexica y colonizar tierras mexicanas. Por otra parte, Riva Palacio destacó que pese a la muerte de Hidalgo, México se consolidó como un país independiente.

Hernán Cortés fue un gran capitán, porque con un puñado de valientes conquistó el imperio de Moctezuma. Hidalgo, con un puñado también de valientes, proclamó la libertad de ese mismo imperio, por eso fue un héroe. Pero uno y otro triunfaron; Cortés plantó el pendón de Carlos V en el palacio de Moctezuma. Hidalgo murió en la lucha, pero sus sol dados arrancaron ese pendón, y México fue libre”, escribió Vicente Riva Palacio.

Hernán Cortés murió el 2 de diciembre de 1547 prácticamente solo, luego de haber sido acusado del asesinato a su primer esposa, Catalina Suárez.

El 1 de noviembre de 1522, la familia Cortés organizó una fiesta en su casa. Al final, Suárez y Hernán discutieron. Ella se fue a acostar y horas después la encontraron muerta. Él le atribuyó el fallecimiento a sus problemas de salud, pero las especulaciones no tardaron en aparecer.

Algunas camareras de Suárez dijeron verle moretones en la garganta. Además, la enterraron con prisa. Ni siquiera sus familiares pudieron alcanzar a verla. Sin embargo, el gobierno español disolvió los cargos. Cortés sólo se encargó de pagar una indemnización. Pero los señalamientos lo siguieron por el resto de su vida.

Durante su fusilamiento, Hidalgo traía un crucifijo en las manos (Foto: Facebook/Universidad Latina)
Durante su fusilamiento, Hidalgo traía un crucifijo en las manos (Foto: Facebook/Universidad Latina)

Por su parte, Miguel Hidalgo fue fusilado el 30 de julio de 1811. El día de su fusilamiento, sostuvo un crucifijo en ambas manos y se sentó de frente al pelotón que abriría fuego en su contra. De acuerdo con la versión oficial, para arrebatarle la vida se necesitaron de tres descargas y dos disparos al corazón.

Hidalgo fue aprehendido el 21 de marzo de 1811 junto a sus compañeros en las norias de Acatita de Baján, Coahuila, para después ser trasladado al Real Hospital Militar de Chihuahua. De manera inmediata fue sometido a un juicio eclesiástico ante el Tribunal de la Inquisición.

Durante su ponencia, Miguel Hidalgo asumió la responsabilidad de haber dado inicio a la guerra de independencia, por lo que se programó un nuevo juicio, uno militar ante el Tribunal de Chihuahua.

A pesar de saber que sería fusilado, las humillaciones contra el sacerdote no se detuvieron, esto porque el proceso eclesiástico en su contra continuó y se le despojó de su investidura sacerdotal, se le excomulgó y se le declaró “sedicioso, cismático y hereje”.

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