México es ya el quinto país en el ranking mundial de defunciones por COVID-19, con 29,896. Superó a Francia. Además con 252,165 contagios acumulados, el país escaló del lugar nueve al ocho, con lo que rebasó a Italia y ahora a España, entre los países con más casos por coronavirus.
De una manera u otra, las autoridades federales y locales en cada estado han estado insistiendo a la ciudadanía en la aplicación de medidas sanitarias y de seguridad. Desde lo básico, como el uso de cubrebocas, lavado constante de manos y guardar la sana distancia de 1.5 metros al menos con las demás personas, hasta evitar salir de casa en la medida de lo posible.
Sin embargo, en redes sociales circulan, sobre todo en fines de semana, pruebas de que a muchas personas no parece importarles el riesgo de contagio y continúan haciendo su vida normal en reuniones con varias personas y fiestas. Incluso en muchas de las escenas publicadas en distintas plataformas, se ve a las personas sin usar mascarilla ni respetar la sana distancia.
Y para exhibir estos casos, desde hace algunas semanas, se empezaron a popularizar cuentas en Twitter e Instagram llamadas “Covidiotas” más el nombre de la ciudad en la se encuentran las personas a las que van a denunciar.
La dinámica consiste en que las personas que entre sus contactos tengan a otros que no respetan las medidas aplicada por la pandemia, y que por el contrario caen en prácticas incluso imprudentes, envíen la evidencia a estas cuentas de “Covidiotas”, donde quedará en el anonimato la identidad de la persona que denunció a quienes están de fiesta o en reuniones, no así en el caso de los denunciados de quienes sí dejan a la vista el nombre de usuario.
Las imágenes y videos que se comparten en esas cuentas son capturas de pantalla de publicaciones hechas en plataformas como Facebook, Instagram, Tik Tok, e incluso WhatsApp. Así que cualquier personas que comparta su actividad en sus redes puede quedar evidenciado en alguno de estas cuentas de “Covidiotas”.
Algunas de estas cuentas tienen miles de seguidores. Por ejemplo, en Instagram @covidiotasmty tiene unos 14,600 seguidores, en Twitter, @COVIDidiotasmty tiene más de 9,000 seguidores, @COVIDIOTASOBR tiene más de 5,000 y @CovidiotasNog tiene más de 2,000; las primeras dos es para usuarios en Nuevo León y las otras dos para las personas que viven en Sonora.
En ambas entidades, precisamente, se han aplicado medidas fuertes para mitigar el impacto de la pandemia.
En Nuevo León –13,757 contagios y 456 muertes– recién el gobierno dio marcha atrás a la relajación de medidas que empezaban a experimentar al presentar varios días al hilo cifras de nuevos contagios por encima de 600. Entonces pidieron a la ciudadanía hacer aislamiento total los fines de semana y no salir de su casa, ningún día, entre 10 de la noche y 5 de la mañana, salvo puntuales excepciones.
Mientras que en Sonora desde el inicio de la pandemia impuso medidas, como el toque de queda, para evitar el movimiento de la ciudadanía. En caso de que la medida se incumpliera se anunciaron multas que van desde 800 hasta 8,000 pesos, arrestos de hasta 36 horas y se uso de la fuerza pública para el traslado de personas a sus casa.
Pero también hay otras cuentas, con menos seguidores, en las que se reportan las imprudencias de personas en Yucatán, Zacatecas, Guanajuato y Ciudad de México, por citar algunos ejemplos.
Y, como en todo, se han expresado al respecto usuarios a los que les parece bien que las personas que no respetan las medidas sanitarias sean exhibidas de esa manera “para ver si así les da pena y aprenden”. También están los que están en contra, que argumentan que hacer este tipo de exhibiciones no tiene sentido e incluso mencionan que “cada quien está en su derecho de hacer lo que decida”.
El término covidiota es una de las expresiones que nacieron en esta pandemia del COVID-19. Covidiot se usada en países de lengua inglesa, y covidiota en español y portugués. Desde un inicio, los términos son utilizados para referirse a todos aquellos que ignoran la obligación del aislamiento o compran mucho más de lo que necesitan en los supermercados, dejando a otros sin alimentos.
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