
La cooperación entre individuos aliados es omnipresente en las sociedades humanas. Se cree que nuestra capacidad para construir relaciones cooperativas en múltiples niveles sociales, como alianzas comerciales o militares tanto a nivel nacional como internacional, es exclusiva de nuestra especie. Los esfuerzos para comprender la evolución social humana se basan en gran medida en comparaciones con primates no humanos.
Sin embargo, un nuevo estudio ha encontrado que los delfines nariz de botella machos forman la red de alianzas multinivel más grande conocida fuera de los humanos. En un reciente estudio publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los especialistas revelaron que una población de delfines nariz de botella en Bahía Tiburón (Shark Bay), en Australia Occidental, combinó un patrón de agrupación por fisión-fusión, un sistema de apareamiento y una historia de vida similares a los de los chimpancés con el único ejemplo no humano de alianzas masculinas estratégicas de varios niveles.
El profesor Michael Krützen, autor del estudio y director del Instituto de Antropología de la Universidad de Zúrich, Suiza, afirmó que “es raro que un departamento de antropología lleve a cabo una investigación que no sea con primates, pero nuestro estudio muestra que se pueden obtener conocimientos importantes sobre la evolución de las características que antes se pensaba que eran exclusivamente humanas al examinar otros taxones altamente sociales y de cerebro grande”.

La investigación se centró en 121 delfines machos en Shark Bay, localizados a 750 kilómetros al norte de Perth, e involucró a científicos de la Universidad de Australia Occidental (UWA), la Universidad de Bristol, la Universidad de Nueva Gales del Sur, de Reino Unido, y la Universidad de Massachusetts, de EEUU.
La coautora principal, Stephanie King, investigadora adjunta de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UWA y el Instituto de Océanos de la UWA, indicó que “la cooperación entre aliados funcionó bien para los humanos como especie, así como para los delfines de Bahía Tiburón. Las relaciones cooperativas entre grupos, en lugar del tamaño de la alianza, permiten que los machos pasen más tiempo con las hembras, lo que aumenta sus posibilidades de éxito reproductivo”, explicó King.
El coautor Simon Allen, investigador adjunto de la UWA y el Instituto de Océanos de la UWA, afirmó que “los delfines de Bahía Tiburón formaron alianzas de primer orden de dos o tres machos para buscar de manera cooperativa oportunidades de apareamiento con las hembras”. Las alianzas de segundo orden de cuatro a 14 machos compitieron con otras por las oportunidades de localizar delfines hembra, y las alianzas de tercer orden ocurrieron cuando diferentes alianzas de segundo orden se produjeron.
“La duración de estos equipos de delfines machos que persiguen juntarse con hembras depende de estar bien conectados no solo dentro de la alianza de segundo orden sino también con aliados de tercer orden, es decir, los lazos sociales entre alianzas son importantes y conducen a beneficios a largo plazo. en términos de oportunidad de apareamiento”, completó Allen.

Los investigadores estaban preocupados por el impacto del cambio climático y la pesca recreativa en Bahía Tiburón, un área marina protegida y un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
“Esta sociedad de delfines es singularmente compleja y casi con certeza está relacionada con los enormes lechos de pastos marinos que sustentan un ecosistema increíblemente rico y diverso -continuó Allen-. Los ecosistemas resilientes necesitan criaderos, como praderas de pastos marinos, al igual que precisan depredadores ápice, como peces grandes y tiburones”.
En el análisis de los especialistas, cada macho está conectado, directa o indirectamente, con todos los demás, incluidas las conexiones directas con machos adultos fuera de su red de alianzas de tres niveles.
“Mostramos además que la duración con la que los machos se juntan con las hembras depende de estar bien conectados con aliados de tercer orden -continuó Allen-. Los modelos de evolución social humana tradicionalmente vinculan las alianzas intergrupales con otros rasgos humanos divergentes, como los de pareja. Nuestro trabajo destaca que las sociedades de delfines, así como las de primates no humanos, son sistemas modelo valiosos para comprender la evolución social y cognitiva de las personas”, concluyó.
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