Prueban si un medicamento para COVID-19 también puede servir como preventivo

El molnupiravir, aprobado hoy por la FDA, está siendo evaluado a través de un ensayo en Argentina, Brasil, Colombia, México y España, entre otros países. Quiénes pueden ser los voluntarios

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Se estudia al molnupiravir para la prevención del COVID-19 en Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Guatemala, México, Perú,  España, y los Estados Unidos/EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ
Se estudia al molnupiravir para la prevención del COVID-19 en Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Guatemala, México, Perú, España, y los Estados Unidos/EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

El molnupiravir es un medicamento que inhibe la replicación de ciertos virus de ARN. Se lo empezó a investigar desde el año pasado para tratar a personas con la enfermedad COVID-19. Recientemente, se conoció que al acceder a ese fármaco los pacientes con la infección reducen el riesgo de hospitalización en un 30%. Hoy fue aprobado por la autoridad regulatoria de los Estados Unidos como segundo tratamiento para utilizar en el hogar. Pero ahora se busca probar si el medicamento también podría indicarse como preventivo en personas que aún no se vacunaron.

Como herramienta de prevención, hoy se indican las vacunas contra el COVID-19 que han demostrado alta eficacia para reducir riesgo de enfermedad grave y muerte. Según informaron esta semana los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EEUU, las personas no vacunadas tienen 20 veces más probabilidades de morir que aquellos que recibieron el esquema completo y el refuerzo de la vacuna contra el coronavirus. Lo dijo la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, quien compartió la noticia el miércoles durante la sesión informativa sobre el COVID-19 en la Casa Blanca.

Mientras tanto, se puso en marcha el ensayo para averiguar si el fármaco molnupiravir también sirve para la prevención. Se está llevando a cabo un ensayo clínico global con voluntarios de Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Guatemala, Hungría, Japón, México, Perú, Filipinas, Rumania, Rusia, Sudáfrica, España, Turquía, Ucrania y los Estados Unidos. Dentro de Argentina, el estudio se realiza en 7 centros de investigación clínica.

El ensayo se hace con voluntarios que sean convivientes con otras personas, que aún no se hayan vacunado y no hayan tenido COVID-19 / EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
El ensayo se hace con voluntarios que sean convivientes con otras personas, que aún no se hayan vacunado y no hayan tenido COVID-19 / EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

“Hasta el momento, no hay una droga que haya demostrado ser efectiva en la prevención del COVID-19. Este ensayo en Fase III evaluará si el molnupiravir puede brindar eficacia y seguridad en esa dirección”, contó a Infobae Martín Hojman, del Centro Médico Mautalén. Esta institución aún tiene abierto el reclutamiento de voluntarios (investigación@mautalen.com)

El ensayo se hace con voluntarios que sean convivientes con otras personas, que aún no se hayan vacunado y no hayan tenido COVID-19. “Es un ensayo controlado y aleatorizado por el cual un grupo de voluntarios recibe el fármaco y otro grupo solo recibe un placebo”, detalló Hojman. Si se comprobara que el fármaco resulta eficaz como prevención, una persona que estuvo en contacto con un caso confirmado de COVID-19 no necesitaría entrar en aislamiento como contacto estrecho.

El molnupiravir es un fármaco del derivado nucleósido sintético N4-hidroxicitidina y ejerce su acción antiviral mediante la introducción de errores de copia durante la replicación del ARN viral. Fue desarrollado originalmente para el tratamiento de la gripe, pero luego se abandonó la investigación, y fue adquirido por la empresa Ridgeback Biotherapeutics, con sede en Miami, que posteriormente se asoció con la empresa MSD. En noviembre pasado, el molnupiravir fue aprobado para uso médico en el Reino Unido para tratar COVID-19.

En los Estados Unidos, este jueves 23 de diciembre la autoridad regulatoria de medicamentos, la FDA, autorizó al molnupiravir como una segunda píldora para el tratamiento del COVID-19. Añadió otra opción de tratamiento en el hogar para ayudar a mantener a las personas de alto riesgo fuera del hospital: la otra opción es un medicamento desarrollado por Pfizer. Algunos médicos han señalado que se necesitaban medicamentos fáciles de usar a lo largo de la pandemia.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó el tratamiento de cinco días en pacientes de 18 años o más, con un alto riesgo de sufrir COVID-19 grave y para los que las opciones alternativas de tratamiento de COVID-19 autorizadas por la FDA no son accesibles o clínicamente apropiadas

No se recomienda el uso de molnupiravir durante el embarazo. Se recomienda a los hombres y a las mujeres en edad fértil que utilicen métodos anticonceptivos, y a los hombres que lo hagan durante los tres meses siguientes a la última dosis.

En los Estados Unidos, la autoridad regulatoria de medicamentos autorizó al molnupiravir como una segunda píldora para el tratamiento del COVID-19/ REUTERS/Andrew Kelly/Archivo
En los Estados Unidos, la autoridad regulatoria de medicamentos autorizó al molnupiravir como una segunda píldora para el tratamiento del COVID-19/ REUTERS/Andrew Kelly/Archivo

El fármaco molnupiravir introduce pequeños errores en el código genético del coronavirus para frenar su reproducción. Ese efecto genético ha suscitado la preocupación de que el fármaco pueda causar mutaciones en los fetos humanos e incluso estimular cepas más virulentas del virus, según la agencia AP. Pero los científicos de la FDA afirmaron que el riesgo de variantes es en gran medida teórico porque las personas toman el medicamento durante un período de tiempo muy corto. Se espera que las píldoras antivirales, incluidas las de MSD, sean eficaces contra el Ómicron porque no se dirigen a la proteína de la Espiga, donde residen la mayoría de las mutaciones preocupantes de la variante.

La FDA basó su decisión en los resultados que mostraron que casi el 7% de los pacientes que tomaban el fármaco acababan en el hospital y uno moría al cabo de 30 días. Esto se compara con el 10% de los pacientes hospitalizados que tomaban el placebo y nueve muertes.

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