Pelea comercial y doble crimen en una fábrica de ladrillos en Uruguay: uno de los dueños mató a sus dos socios

Ocurrió en Canelones. El empresario de 76 años reclamaba que la empresa había dejado de pagarle los dividendos y, tras una discusión, los asesinó a disparos

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Un hombre de 76 años mató a sus dos socios en una fábrica de ladrillos de Empalme Olmos (Uruguay) (Crédito: captura Telemundo)
Un hombre de 76 años mató a sus dos socios en una fábrica de ladrillos de Empalme Olmos (Uruguay) (Crédito: captura Telemundo)

(Desde Montevideo, Uruguay) - Las diferencias entre tres socios de una fábrica de ladrillos tipo ticholo de Empalme Olmos (Canelones, Uruguay) tuvieron un final fatal este jueves 21. El histórico dueño de la empresa, un hombre de 76 años, llegó hasta el lugar, discutió con los compañeros (de 42 y 30 años) por visiones distintas en la repartición de ganancias y los terminó matando a disparos.

En la fábrica hay estacionado un viejo ómnibus que funciona como oficina y donde, al momento de la discusión, había dos millones de pesos uruguayos (unos USD 52.400), según la crónica de El País. El hombre –que ahora fue imputado por homicidio– llegó sobre la hora 18 al lugar. Tras el intercambio, el hombre disparó. Uno de sus socios murió en el acto y el otro quedó herido. Y así, llamó al 911 pidiendo auxilio. “Por favor, vengan a la fábrica de ticholos. Hay dos personas heridas”, dijo uno de los agredidos, según en poder de la Fiscalía de Pando (Canelones) que fue consignado por el diario uruguayo.

El hombre que atendió el teléfono preguntó dónde quedaba la fábrica de ticholos y la respuesta fue: “Por favor vengan. Apuren, apuren que me va a matar”. Luego se escucharon dos disparos y la conversación terminó.

Una filmación muestra al empresario saliendo del ómnibus para cargar el arma y volver a entrar a matar al hombre que ya estaba herido.

Cuando los policías llegaron a la fábrica se encontraron con los dos dueños de la firma muertos y vieron que el empresario estaba en una situación sospechosa frente al portón principal del predio. El hombre le dijo a los funcionarios que había tenido una fuerte discusión con sus socios y que por eso les había disparado.

La policía uruguaya recibió un llamado con un pedido de auxilio de parte de uno de los agredidos
La policía uruguaya recibió un llamado con un pedido de auxilio de parte de uno de los agredidos

La fábrica de ladrillos abastecía a las barracas de Canelones y Montevideo, pero hace dos años sus ventas comenzaron a bajar. Con los nuevos socios, la fábrica comenzó a levantar nuevamente su producción.

Las diferencias entre los socios comenzaron hace cerca de un año, cuando los más jóvenes dejaron de darle las ganancias al histórico dueño. Se estima que el monto de la deuda al ahora imputado ronda los USD 80 mil.

El abogado del imputado, Fernando Pereira, declaró al noticiero Telenoche que ya hubo otras agresiones en el pasado e instancias judiciales. “Lo que sabemos es que es un hecho de larga data. Lo amenazaban, lo empujaban. Esto venía de mucho tiempo, incluso con instancias conciliatorias en materia civil”, contó el defensor. Detalló que hacía un año y nueve meses no le estaban liquidando lo que le correspondía.

Los dos asesinados vivían en Montevideo. El hombre de 42 años era también escribano y la víctima de 30 rematador.

En la audiencia judicial el hombre dijo que es el propietario de la fábrica de ticholos y que también es jubilado. Además, contó que sufre algunos síntomas de Parkinson.

El hombre de 76 años fue imputado el sábado 23 por dos delitos de homicidio y deberá cumplir la prisión domiciliaria durante 180 días mientras avanza la investigación. La Fiscalía había pedido que el hombre tuviera prisión preventiva mientras avanzaran en el caso, pero la defensa logró que el juez le otorgara prisión domiciliaria, según informó El Observador.

El argumento para otorgarle la prisión domiciliaria es que tiene el Mal de Parkinson y se sospecha que pudo haber contraído cáncer de colon.

La Fiscalía apeló la decisión de la Justicia y ahora se espera el fallo para saber si el hombre estará en su hogar, con tobillera, o si deberá ser enviado a un módulo penitenciario.

El hombre estaba vinculado a un club de fútbol de la zona. Es el padre del diputado del Partido Nacional Javier Radiccioni.