Hamás confía en la capacidad de Trump para lograr la paz en la Franja de Gaza

Las cifras de víctimas en la Franja de Gaza tras el alto el fuego superan las 420 personas fallecidas, la mayoría mujeres y niños, según el portavoz de Hamás. Este dato se inscribe en un contexto en el que la organización islamista ha declarado su apertura a una posible solución pacífica, aunque advierte que las operaciones militares israelíes siguen causando muertos a pesar del acuerdo de cese de hostilidades. El portavoz Hazem Qasem, en declaraciones emitidas por la cadena de televisión saudí Al Arabiya, enfatizó la necesidad de que Estados Unidos ejerza más presión sobre Israel para que cumpla con lo pactado y se avance hacia una paz efectiva. De acuerdo con la información publicada por Al Arabiya y replicada por el medio fuente, Hamás considera que solo la influencia del gobierno estadounidense puede ser determinante para destrabar las negociaciones.

El líder del Movimiento de Resistencia Islámica destacó que el presidente estadounidense, Donald Trump, tiene la capacidad necesaria para impulsar el plan de paz orientado a estabilizar tanto Gaza como el resto de la región. Según consignó la fuente, la confianza de Hamás en la mediación de Trump cobra relevancia en la víspera de una nueva reunión entre el mandatario norteamericano y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en Florida.

En esas declaraciones, Hazem Qasem reiteró que, aunque la administración estadounidense desempeñó un papel relevante en la consecución inicial del alto el fuego, la muerte de centenares de civiles palestinos ilustra que el acuerdo enfrenta graves limitaciones en el terreno. El portavoz remarcó en la entrevista: “Más de 420 personas han muerto en el enclave palestino desde la entrada en vigor del alto el fuego”. A raíz de este balance, Qasem urgió a la Casa Blanca a mantener e intensificar la presión diplomática sobre Tel Aviv para lograr el cumplimiento íntegro de los compromisos asumidos en la hoja de ruta pactada.

Tal como reportó la fuente, desde el 10 de octubre se sostiene un cese al fuego calificado de frágil, mientras se suceden acusaciones recíprocas de sabotaje entre las partes implicadas. Tanto Israel como Hamás han alertado de violaciones a los términos del acuerdo, profundizando la sospecha y la desconfianza en torno al proceso negociador encaminado a poner punto final al ciclo de violencia que afecta a Gaza desde hace más de dos años. Durante este período, reportó la fuente, los ataques han dejado más de 71.000 muertos, además de desencadenar una grave crisis humanitaria en el enclave, caracterizada por la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales para la población civil.

El acuerdo de paz, presentado en distintas fases, contempla la entrega de rehenes como paso inicial, algo que se llevó a cabo según lo previsto. No obstante, el avance hacia la segunda etapa plantea retos significativos: involucra el desarme de Hamás y el despliegue de una fuerza internacional que actuaría como garante para prevenir la reanudación de enfrentamientos armados en la Franja. El medio fuente subrayó que, hasta el momento, la organización palestina no ha mostrado disposición para entregar las armas, una condición indispensable según la hoja de ruta internacional.

En relación con estas demandas, el portavoz de Hamás sostuvo ante Al Arabiya que ninguna de las partes externas, salvo Washington, cuenta con la capacidad de influir suficientemente sobre Israel como para asegurar la aplicación efectiva de los acuerdos. El movimiento ha reiterado la importancia de una intervención más asertiva del gobierno de Estados Unidos, con Hazem Qasem afirmando: “El presidente de Estados Unidos podría llevarnos a una paz duradera en Gaza”. Para Hamás, tal como detalló la fuente, el rol de Trump se perfila como central en cualquier intento por estabilizar la zona y frenar la escalada de violencia.

El medio fuente también proporcionó antecedentes sobre cómo la segunda fase del plan internacional enfrenta obstáculos, especialmente por la resistencia de Hamás a aceptar el desarme sin garantías previas de protección y cumplimiento por parte de Israel. Al mismo tiempo, se mantiene la exigencia de la comunidad internacional para que se despliegue una fuerza de supervisión compuesta por efectivos de distintos países, encargada de observar y resguardar la aplicabilidad del acuerdo en el terreno.

El actual escenario, en medio de una devastadora situación humanitaria, pone de relieve la urgencia de implementar los pactos alcanzados y detener la pérdida de vidas, indicó el portavoz de Hamás en sus entrevistas con Al Arabiya y según lo difundido por la fuente. Mientras la población gazatí enfrenta carencias crecientes y el temor a una reanudación total de los combates, la atención internacional se centra en la próxima ronda de conversaciones entre Washington y el liderazgo israelí en territorio estadounidense, bajo la expectativa de esta mediación pueda abrir espacio a una solución negociada con impacto duradero sobre las condiciones de vida en Gaza.