Marco Rubio llama a Asfura para felicitarlo y subraya su sintonía con la agenda de Trump

El indulto otorgado por el presidente estadounidense Donald Trump al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, figura central del Partido Nacional y quien cumplía una condena de 45 años por narcotráfico en una cárcel de Estados Unidos, ha acentuado el debate regional en torno al respaldo político que la administración estadounidense brinda a ciertos líderes latinoamericanos, así como a sus implicaciones en asuntos internos de otros países. Según reportó EFE, este contexto marcó la reciente comunicación oficial entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el presidente electo de Honduras, Nasry 'Tito' Asfura.

El medio EFE detalló que Rubio realizó una llamada telefónica al ganador de los recientes comicios hondureños, felicitándolo por su triunfo electoral. Durante la conversación, subrayó la afinidad del proyecto político de Asfura con los intereses estratégicos de Estados Unidos, así como la disposición compartida de ambos gobiernos para estrechar la cooperación bilateral. Rubio manifestó reconocimiento hacia el compromiso de Asfura para reforzar la relación entre ambas naciones, particularmente en los ámbitos de seguridad y economía. El Departamento de Estado transmitió en un comunicado que Rubio elogió la postura del presidente electo respecto a la defensa de los objetivos estadounidenses en la región.

Tanto Asfura como Rubio, conforme a la información proporcionada por la agencia EFE, coincidieron en la intención de avanzar en una agenda de colaboración y reforzamiento de la alianza entre Estados Unidos y Honduras. Este acercamiento se da luego de que Donald Trump respaldara abiertamente a Asfura durante la campaña electoral hondureña, refiriéndose a él como "el único verdadero amigo de la libertad" y subrayando el potencial para "combatir a los narcocomunistas" aliados.

El apoyo público de Trump a Asfura se presentó en un contexto de polémicas y críticas en Honduras y en otros países vecinos. Diversos sectores manifestaron su oposición, interpretando este respaldo como una forma de injerencia extranjera en asuntos electorales internos, según consignó también EFE. La reacción ante el indulto a Hernández y el respaldo explícito a Asfura ha supuesto cuestionamientos sobre la influencia de Estados Unidos en la dirección política del país centroamericano.

El proceso electoral en Honduras concluyó con una declaración oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE) que proclamó a Nasry Asfura como presidente electo, veinticuatro días después de las elecciones generales celebradas el 30 de noviembre. El escrutinio avanzó de manera lenta, debido a inconvenientes técnicos que afectaron el recuento, en un proceso seguido de cerca tanto a nivel nacional como internacional, señaló EFE. Asfura, antiguo alcalde de Tegucigalpa y representante del Partido Nacional, obtuvo el 40,26% de los votos, superando por un estrecho margen a Salvador Nasralla, candidato del también conservador Partido Liberal, que alcanzó el 39,54% con el 99,93% de las actas procesadas.

De acuerdo con la información publicada por la agencia, la validación de los resultados recibió el reconocimiento inmediato de Estados Unidos, la Unión Europea y países latinoamericanos, los cuales exhortaron a garantizar una transición pacífica en Honduras. Según detalló EFE, Nasry Asfura tendrá la responsabilidad de suceder a la presidenta Xiomara Castro del partido Libre, cuya tendencia política se identifica con la izquierda, en una ceremonia prevista para el 27 de enero próximo.

El proceso de reconocimiento internacional y la rápida aceptación de los resultados dan cuenta de una voluntad de la comunidad internacional para estabilizar el escenario político en Honduras, a contracorriente de las tensiones surgidas en torno a las decisiones y declaraciones de mandatarios extranjeros. Además, EFE reportó que la afinidad manifestada entre los gobiernos de Estados Unidos y el presidente electo refleja el interés estadounidense en consolidar una agenda regional que priorice la seguridad y el fortalecimiento de los lazos económicos.

El Departamento de Estado hizo hincapié en el valor que otorga la administración estadounidense a la cooperación regional, especialmente con acciones orientadas al combate conjunto de amenazas como el narcotráfico y la migración irregular. Las declaraciones públicas durante la campaña y después de la elección evidenciaron la intención de ambos gobiernos de priorizar estos temas en el futuro inmediato.

Durante la comunicación entre Rubio y Asfura, según reportó EFE, ambos funcionarios expresaron confianza en la posibilidad de poner en marcha mecanismos para ampliar la relación bilateral en diversos frentes, con énfasis en la coordinación entre fuerzas de seguridad y la promoción de oportunidades comerciales. Estos mensajes se produjeron en paralelo al debate interno suscitado por el indulto a Hernández, hecho que la prensa internacional y observadores políticos en la región asociaron a consideraciones políticas y alianzas partidistas dentro del propio Honduras.

El proceso electoral y sus implicaciones en la política exterior y las relaciones hondureñas con organismos internacionales han puesto nuevamente en la agenda pública el papel de Estados Unidos como actor clave en la estabilidad institucional de las democracias del hemisferio, conforme a lo recogido por EFE. La sucesión presidencial, la integración de Asfura al poder ejecutivo y el marco de acuerdos bilaterales continúan bajo observación y seguimiento por parte de gobiernos extranjeros e instituciones multilaterales.