
El alto número de personas que han perdido la vida este mes en las rutas migratorias del Mediterráneo refleja el incremento de la presión migratoria en la región. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 40 personas han muerto en lo que va de diciembre, mientras que el total de fallecidos en este año ya supera los 1.740 casos. Este contexto sirve de telón de fondo para el más reciente rescate realizado por autoridades griegas con el apoyo de Frontex, durante el que se auxilió a un grupo de 361 migrantes al sur de la isla de Gavdos, cerca de las costas de Creta.
La intervención, reportada por ‘Kathimerini’, involucró a equipos de la Guardia Costera de Grecia y a la agencia de control de fronteras de la Unión Europea, Frontex. Los migrantes viajaban a bordo de un barco pesquero que fue localizado el viernes y posteriormente remolcado hasta el puerto de Palaiochora mediante el uso de una embarcación de carga bajo bandera danesa. Un avión de Frontex proporcionó apoyo aéreo para vigilar y coordinar la operación desde el aire, según recogió el mismo medio.
La zona sur de Gavdos, en las cercanías de Creta, se ha convertido en un punto donde se producen rescates con relativa frecuencia. La semana anterior, según ‘Kathimerini’, las autoridades griegas auxiliaron a otras 545 personas en circunstancias similares. En esa ocasión, los migrantes también navegaban en un barco pesquero a la deriva y resultaron trasladados al puerto de Galini. Frontex contribuyó en ambas operaciones con la presencia de varios buques, lo que facilitó el desplazamiento y seguridad de los rescatados.
De acuerdo con la OIM, el fenómeno de los naufragios y el tráfico de personas permanece en aumento a lo largo del Mediterráneo. Los datos sobre fallecimientos registran una realidad persistente en la ruta que conecta África, Asia y Medio Oriente con Europa. El cruce por mar implica riesgos notables, incrementados durante el invierno y en contextos de sobrecarga de las embarcaciones utilizadas por los traficantes de personas.
La cooperación entre las autoridades griegas y Frontex constituye un eslabón central en el sistema de vigilancia marítima europeo. La presencia de medios aéreos y navales, sumada a la utilización de barcos de carga de otras banderas, permite la evacuación segura y la reducción del número de víctimas en eventos de peligro. A pesar de estos esfuerzos, el flujo de embarcaciones continúa aumentando y genera desafíos logísticos y humanitarios relevantes para Grecia y otros países de la región.
El puerto de Palaiochora, al que arribaron los 361 migrantes rescatados más recientemente, se encuentra ubicado en la costa suroeste de Creta y ha servido de punto de llegada para varias operaciones de emergencia este año. Según consignó ‘Kathimerini’, los traslados realizados por la Guardia Costera han contado con coordinación internacional y refuerzos ante el incremento de intentos de cruce marítimo.
El crecimiento de estos flujos coincide con la intensificación de controles en otras rutas de acceso a Europa, lo que según la OIM desviaría a los migrantes y traficantes hacia sendas más peligrosas, como la que atraviesa las aguas frente a Creta y Gavdos.
Los informes recopilados por los organismos internacionales, citados por ‘Kathimerini’, alertan sobre la persistente peligrosidad de esta ruta, agravada por el uso de embarcaciones inadecuadas. Las operaciones de rescate suelen requerir la movilización de recursos adicionales y presentan altos niveles de complejidad, dado el elevado número de personas a bordo de los barcos interceptados.
El trabajo coordinado entre Grecia y Frontex, según relató ‘Kathimerini’, se ha basado en la extensión de patrullas y en la implementación de mecanismos de alerta temprana proporcionados por la vigilancia aérea. Estos despliegues contribuyen a reducir el tiempo de respuesta cuando se detectan barcos en peligro, aunque los números de muertes registradas este año reflejan todavía retos sin resolver en materia de prevención y protección de los migrantes.
Mientras la OIM y las agencias involucradas advierten sobre el saldo de vidas perdidas, las autoridades continúan realizando esfuerzos para incrementar la capacidad de respuesta ante emergencias. El fenómeno migratorio en el Mediterráneo mantiene así una dinámica en la que rescates y tragedias conviven, en medio de un flujo que, según la información publicada por ‘Kathimerini’, no da señales de disminuir en el corto plazo.
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