Mario Vaquerizo mezcla humor y nostalgia al hablar de unas Navidades "un poquito tristes" por la pérdida de un amigo

El cantante destaca la importancia de la familia y los recuerdos en la celebración navideña, asumiendo la melancolía es inevitable tras una reciente pérdida, pero asegurando que priorizará la alegría y la esperanza para el próximo año

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Mario Vaquerizo afronta un cierre de año marcado por la reciente pérdida de un amigo cercano, una ausencia que, según relató al medio, imprimirá una cierta tristeza a las próximas celebraciones navideñas. Sin embargo, el cantante deja claro que planea mantener el ánimo festivo y no permitir que el duelo eclipse los momentos de alegría propios de estas fechas. Vaquerizo detalló que su propósito para el nuevo año es conservar el ritmo positivo con el que termina el actual, priorizando la salud, el trabajo y la compañía de sus seres queridos.

El medio informó que Vaquerizo continúa fiel a las costumbres familiares cuando se trata de la Navidad. Sus planes se mantienen sin grandes sobresaltos: comenzar las fiestas en casa de América, para trasladar la celebración, como cada año, al domicilio de sus padres, donde la convivencia gira alrededor de largas comidas, juegos de bingo y la tranquilidad compartida en familia. Según consignó el medio, parte esencial de sus rutinas navideñas es “convertirse en marmotas navideñas”, como él mismo describe, disfrutando sin reservas de la mesa y de la compañía.

La tradición se entrelaza con una mezcla de humor y nostalgia, sobre todo este año, porque el recuerdo del amigo perdido tiñe las reuniones con una nota de melancolía inevitable. Vaquerizo reconoce que en estas fiestas suele aflorar la memoria de aquellos que ya no están físicamente, pero siguen presentes en el pensamiento y en las conversaciones. “Estas fechas también sirven para recordar a las personas que han estado, que siguen estando de alguna manera y que permanecen a tu lado porque sigues pensando en ellas”, compartió el cantante, de acuerdo con lo publicado por el medio, dejando ver la importancia que otorga a honrar esos vínculos desde un enfoque positivo.

El medio detalló que, pese al dolor, Vaquerizo no desea ceder ante el desaliento. Insiste en que el espíritu navideño permite equilibrar la tristeza y la gratitud, el duelo y la alegría, en un realismo que se traduce en tolerar la pena, pero sin dejar que monopolice la experiencia de las fiestas. “A veces es un poquito triste”, admite, pero prefiere centrarse en mantener la esperanza y la ilusión, tanto para sí mismo como para los suyos.

Dando una mirada hacia el comienzo de año, el artista recordó ante el medio los difíciles momentos vividos al inicio del año actual debido a una lesión, una circunstancia que condicionó su salud en los primeros meses. No obstante, asegura sentirse recuperado y satisfecho con el presente. “La entrada a ese año me pilló un poquito mal por la caída que sufrí y las consecuencias que arrastré”, afirmó. Ahora, prioriza la estabilidad personal y la continuidad de aquello que considera esencial: salud, trabajo, el cariño de Alaska —su esposa— y el apoyo de sus amigos, a quienes agradece su paciencia con su carácter, según reportó el medio.

Con un tono que alterna el sarcasmo con la franqueza, Mario Vaquerizo compartió que no le hacen falta grandes transformaciones para el año siguiente, más allá de conservar lo que ya tiene y que para él resulta suficiente. “Tengo salud, trabajo, una mujer que me quiere y unos amigos que me adoran, aunque a veces los desespere”, bromeó, añadiendo en tono jocoso que también presume de “buen cuerpo y buen fondo”.

El deseo que expresó para el año 2026, según publicó el medio, resulta sencillo: aspira a que se parezca mucho al año que termina. Reitera que el balance de su vida actual lo deja conforme y ve innecesario pedir más. En sus palabras, la petición para el año entrante es que llegue “igual de guay”, enfatizando su voluntad de celebrar lo cotidiano y hallar sentido tanto en los momentos alegres como en los que requieren resiliencia.