
Durante su intervención, Joan Laporta precisó que aportó seiscientos informes que los investigadores pudieron revisar, explicando que el resto de documentos ya no existen al haber sido eliminados conforme a los protocolos internos del club, que establecen la destrucción de archivos cada cinco o seis años. Esta medida fue mencionada al comparecer en el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, donde la jueza Alejandra Gil lidera la investigación sobre los pagos del FC Barcelona a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y su hijo Javier. El máximo responsable del club rechazó que la institución haya recibido jamás un trato de favor por parte de los árbitros a raíz de estos pagos. Así lo detalló, según publicó la agencia Europa Press.
Laporta acudió en condición de testigo en el proceso conocido como “caso Negreira”, vinculado a la presunta contratación de servicios por parte del Barcelona relacionados con informes elaborados por el propio Negreira y su hijo. Según consignó Europa Press, el presidente sostuvo ante la magistrada Alejandra Gil que el propósito exclusivo de dichos informes era técnico y de análisis para el área deportiva, sin que mediara ningún tipo de influencia sobre el colectivo arbitral ni sobre los resultados de los partidos disputados por el club.
Tal como informó Europa Press, Laporta narró que cuando asumió la presidencia del FC Barcelona por primera vez, en el período comprendido entre 2003 y 2010, la Comisión Deportiva del club ya autorizaba y justificaba esos pagos como una inversión necesaria. Argumentaron entonces que los informes facilitaban tareas de observación de encuentros, aportaban evaluaciones técnicas sobre jugadores y tácticas arbitrales, y su coste, catalogado de reducido, no requería de la aprobación formal de la Junta Directiva.
El medio detalló que durante la comparecencia, el presidente blaugrana negó cualquier percepción dentro del club sobre una posible parcialidad de los árbitros a favor del Barcelona. Laporta remarcó que, hasta donde conoce, nunca existió en el seno de la entidad ninguna sospecha o queja respecto a la imparcialidad arbitral durante las temporadas en cuestión, ni se identificó ningún perjuicio o beneficio derivado de los informes proporcionados o de los pagos efectuados.
Además, el responsable del club catalán subrayó ante la instructora que la decisión de destruir periódicamente los informes respondía a las normas internas del FC Barcelona sobre gestión documental, práctica habitual en diversos ámbitos de la institución y avalada por el personal del área técnica. Según sostiene Europa Press, esas pautas existen con el fin de preservar únicamente la documentación vigente y relevante para la operativa del club.
En respuesta a las preguntas del juzgado, Laporta insistió en que las cantidades desembolsadas a Negreira y a su hijo resultaban relativamente menores en el contexto del presupuesto global del FC Barcelona, situación que lo llevó a considerar innecesaria su inclusión en los debates de la directiva. Explicó también, según indicó la agencia, que tales pagos continuaron siguiendo la costumbre previa y a recomendación de la Comisión Deportiva, dado que el cuerpo técnico hallaba útiles los documentos recibidos para la preparación de tácticas y comprensión de la labor arbitral.
Europa Press indicó que la declaración del presidente formará parte de las diligencias en las que se busca esclarecer la naturaleza y el alcance de las relaciones económicas entre el club barcelonés y el ex vicepresidente del CTA. La instrucción judicial examina si existieron irregularidades en la prestación de estos servicios y su financiación, así como la posible incidencia en la competencia deportiva del fútbol español durante el periodo investigado.
Según lo relatado por Europa Press, este episodio judicial representa un capítulo relevante dentro de la investigación conocida públicamente como “caso Negreira”, que ha suscitado amplias reacciones en el entorno deportivo español. El foco de la instrucción se encuentra en determinar si los informes supusieron algún tipo de ventaja competitiva o violaron el código ético de la competición profesional. La intervención de Laporta, en calidad de testigo, añadió detalles sobre el funcionamiento interno del club y su política documental, así como sobre el criterio mantenido respecto a la independencia y equidad arbitral en la gestión de las competiciones en las que participa el FC Barcelona.