Shanghái (China), 12 nov (EFE).- El gobernador del Banco Popular de China (BPC, banco central), Pan Gongsheng, afirmó que la institución mantendrá su postura "favorable" y de apoyo en materia de política monetaria y prometió "reforzar los ajustes anticíclicos" necesarios para estabilizar el crecimiento económico del país.
Esas palabras forman parte de un discurso pronunciado el pasado día 5 ante el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino) y divulgado anoche por el BPC en su página web.
En él, Pan prometió "más esfuerzos" para aplicar las medidas de apoyo anunciadas por las autoridades, mantener niveles de liquidez "razonables", reducir los costes de financiación para empresas y ciudadanos o proteger la "estabilidad básica" del tipo de cambio del yuan, la divisa nacional.
Asimismo, el BPC mejorará su capacidad de respuesta a "fluctuaciones anormales" en los mercados de valores o los mecanismos de "formación y transmisión orientadas al mercado" de los tipos de interés, apuntó el alto funcionario.
Pan se refirió también a la 'deuda oculta' de los gobiernos locales y regionales del país y a los LGFV, los canales informales mediante la que han acumulado más de 9 billones de dólares de esos pasivos: "Seguiremos resolviendo de manera firme los riesgos de deuda financiera de los LGFV, y promoveremos la reducción del número de esas plataformas y su transformación orientada al mercado".
Acerca de otra de las grandes protagonistas de la actual coyuntura económica en China, la prolongada crisis inmobiliaria, el jefe del banco central prometió aumentar la concesión de crédito a través del mecanismo de 'listas blancas', por el cual las provincias comunican a los bancos qué promociones individuales en construcción son sólidas desde el punto de vista financiero y aptas para recibir más apoyo en forma de préstamos.
El discurso de Pan se divulga apenas días después de que finalizase una cumbre clave del mencionado Comité Permanente, tras la que se anunció un paquete por un total de unos 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) para reducir la citada 'deuda oculta' de los gobiernos locales, limpiando sus balances y permitiéndoles volver a invertir en proyectos que apuntalen el crecimiento.
El anuncio decepcionó a algunos analistas, que esperaban que las autoridades también revelasen un plan de estímulo fiscal ambicioso con medidas para impulsar directamente la demanda, bonos especiales para adquirir terrenos sin construir o inmuebles sin vender como apoyo al maltrecho sector inmobiliario o detalles del anticipado plan de recapitalización para los grandes bancos estatales.
"Las autoridades chinas ven una menor necesidad de estímulos que la mayoría de comentaristas. Parece que su prioridad son los problemas estructurales. Se están preparando algunos apoyos fiscales y la política fiscal debería ser algo más flexible el año que viene, pero no va a haber una gran expansión fiscal", apuntó el economista jefe de Capital Economics para Asia, Mark Williams, en un informe.
Las expectativas eran altas porque, en las últimas semanas, diversos ministerios y agencias del Gobierno chino habían convocado múltiples ruedas de prensa en la que habían anunciado, a cuentagotas, medidas de estímulo destinadas a reactivar la recuperación económica.
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial. EFE