Lujo y blanco esplendor junto al mar: De Haan engalana la costa belga

Cualquiera que deambule por De Haan podría sentirse transportado al siglo XIX, gracias a los alegres ventanales y torretas y a las barandas de balcones bellamente decoradas. Hoteles de la Belle Époque y elegantes villas de vacaciones caracterizan al pequeño centro turístico en la costa belga del mar del Norte.

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ARCHIVO - Fachadas blancas, tejados rojos: las villas de vacaciones del centro turístico Belle Époque de De Haan. Foto: Bernd F.Meier/dpa
ARCHIVO - Fachadas blancas, tejados rojos: las villas de vacaciones del centro turístico Belle Époque de De Haan. Foto: Bernd F.Meier/dpa

Cualquiera que deambule por De Haan podría sentirse transportado al siglo XIX, gracias a los alegres ventanales y torretas y a las barandas de balcones bellamente decoradas. Hoteles de la Belle Époque y elegantes villas de vacaciones caracterizan al pequeño centro turístico en la costa belga del mar del Norte.

Los visitantes quedan fascinados con el encanto del balneario. Una ruta circular de tres kilómetros, la "Erfgoedwandernroute Belle Époque miden in de duinen", conduce a la historia del lugar y a las pequeñas historias de sus principales puntos de interés.  

Ya el punto de partida de este recorrido en una parada de tranvía es bastante inusual. En la graciosa garita de la parada se lee "Cocq sur mer", porque en aquella época se hablaba francés en la costa. 

A finales del siglo XIX, los aristócratas y los industriales adinerados de Amberes, Brujas y Bruselas descubrieron el atractivo de los lugares de veraneo en el mar del Norte.

Al principio viajaron en tren hasta Ostende, donde tenían que cambiar a carros tirados por caballos. La última parte del viaje hasta el pueblo de De Haan se realizaba por caminos llenos de baches, en un viaje arduo.

Pero esto cambió a partir de 1885, cuando se inauguró la línea de tranvías a vapor entre Ostende y Blankenberge. Apenas un año después también se pudo acceder a De Haan en travía y comenzó su transformación, de un desconocido lugar de vacaciones a un centro turístico de los nobles. 

En el paseo marítimo de De Haan, la gente se paseaba durante la Belle Époque. Ver y ser visto, eso es lo que contaba. Se podía entablar conversaciones con viejos amigos y con nuevos conocidos, iniciar negocios y también parejas.

El aire fresco del mar es vigorizante. Sin embargo, en esa época solo los valientes se aventuraban en las frías olas del mar del Norte, como mucho hasta las caderas y para refrescarse, pero no para nadar.

Entre la playa y la parada de tranvía de "Cocq sur mer" se construyeron albergues feudales. A solo unos cientos de metros, el Grand Hôtel Bellevue abrió sus puertas en 1912, seguido en 1929 por el Hotel Astoria, con elementos Art Decó en la fachada. Ambos hoteles se mantienen hoy en día en la tradición de la hostelería de lujo.

La ruta Erfgoedwandel es un sendero que recorre el patrimonio legado de aquellas épocas pasadas. Ya a finales del siglo XIX, los ingeniosos empresarios de Amberes, Brujas y Ostende reconocieron las señales de que las vacaciones en la costa del mar del Norte iban a estar en auge.

El 27 de mayo de 1889, el Estado belga, como propietario de las tierras, les otorgó una concesión (en flamenco "concessie") sobre una superficie de unas 50 hectáreas de dunas durante 90 años.

Particulares adinerados podían entonces arrendar una parcela a los empresarios y construir en ella villas de vacaciones. En 1910, el arquitecto y urbanista de Aquisgrán Josef Stübben -que también planificó el distrito de Neustadt de la ciudad alemana de Colonia- diseñó todo el barrio.

Stübben diseñó el barrio de Concessie inspirado en la idea de los parques de las villas inglesas. "La Potinière", con varias pistas de tenis, campos de minigolf y parques infantiles, se convirtió en la plaza central.

Las casas se construyeron combinando el estilo típico del país con tejados rojos, fachadas de piedra blanca y el aspecto angloamericano con entramado de madera, torretas en las esquinas y elementos Art Decó populares en la época.

Los edificios altos fueron estrictamente prohibidos. El noble balneario francés de Arcachon, cerca de Burdeos, sirvió de modelo para el estilo arquitectónico.

Cada casa del barrio de Concessie tiene su propia historia e irradia hasta la actualidad el bienestar y la prosperidad de sus propietarios. 

El recorrido lleva al visitante a Shakespearelaan número 5, la Villa Savoyarde. El físico judío Albert Einstein vivió aquí durante seis meses en el verano de 1933 con su mujer y su hijastra. Según cuentan, a menudo se detenía a tomar el té en el Grand Hôtel Bellevue. El 9 de septiembre de 1933, el Premio Nobel dejó De Haan huyendo de los nazis. Primero viajó de incógnito a Inglaterra, para luego llegar a Estados Unidos el 17 de octubre de 1933.

Cuando el contrato de arrendamiento expiró tras los 90 años en 1979 y el barrio de Concessie volvió a ser propiedad del Estado, el destino del barrio parecía sellado.

¿Se apropiarían ahora inversores de los preciados terrenos de las dunas? ¿Elevarían edificios de apartamentos de hormigón gris, como en las demás ciudades de la franja costera, de 65 kilómetros, desde la década de 1960?

Afortunadamente no se llegó a eso, porque los habitantes y los turistas protestaron. 

Finalmente, los inversores evitaron De Haan debido a la prohibición de construir edificios altos rentables. El barrio de Concessie, varios edificios históricos y la marquesina de la parada del tranvía fueron gradualmente catalogados en los años siguientes hasta 1995 bajo protección como monumentos históricos.

Allí termina también el recorrido por De Haan, cuya historia está indisolublemente ligada desde 1886 a la línea de tranvía costero Kusttram.

La línea conecta desde 1929 todas las localidades costeras entre Knokke-Heist y De Panne, y la duración total del viaje es hoy de unas 2:30 horas.

Las estaciones terminales, De Panne en el sur y Knokke en el norte, están conectadas por autobús con los países vecinos Francia y Países Bajos. Desde Knokke, los pasajeros pueden viajar, por ejemplo, vía Sluis a Breskens en los Países Bajos, y desde De Panne a Dunkerque en Francia.

El ferrocarril de doble vía pasa incluso directamente por la playa entre Ostende y Middelkerke. Los lugareños utilizan el tranvía como medio de transporte local de probada eficacia para ir al trabajo y a la escuela. En tanto, el tren ofrece a los turistas conexiones rápidas con el balneario más cercano.

Durante la temporada alta de verano circula un tranvía cada diez minutos. Con 67 paradas y un recorrido de 67 kilómetros, el Kusttram es único en el mundo.

Para mayor información, contactarse con la oficina de turismo de De Haan, ubicada en Tramlijn-Oost, B 8420 De Haan. También se puede escribir a toerisme@dehaan.be o ingresar a la página web del lugar, www.visitdehaan.be

dpa