Un telescopio espacial optimizará el uso del agua en la agricultura

Con un enjambre de microsatélites, investigadores alemanes quieren recoger datos sobre la temperatura de la superficie de la Tierra y optimizar así el uso del agua en la agricultura de todo el mundo. 

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Prototipo de un microsatélite desarrollado para recoger datos sobre las necesidades de riego en la agricultura. Foto: Philipp von Ditfurth/dpa
Prototipo de un microsatélite desarrollado para recoger datos sobre las necesidades de riego en la agricultura. Foto: Philipp von Ditfurth/dpa

Con un enjambre de microsatélites, investigadores alemanes quieren recoger datos sobre la temperatura de la superficie de la Tierra y optimizar así el uso del agua en la agricultura de todo el mundo. 

Según Marius Bierdel, cofundador y responsable técnico de ConstellR GmBH, empresa alemana derivada del Instituto Fraunhofer de Dinámica de Alta Velocidad (EMI), con sede en la ciudad alemana de Friburgo, los satélites permitirían estimar la demanda de agua. 

"Cuando las plantas están en mal estado, se ponen marrones y se marchitan", explica el experto, y añade: "Entonces ya es demasiado tarde". 

La tecnología de infrarrojos con la que están equipados los satélites de ConstellR permitirían comprobar con dos semanas de antelación dónde hay que regar. Por otro lado, prosigue Bierdel, se podría evitar el derroche de agua en otros sitios. 

Según la organización ecologista WWF, la agricultura consume el 70 por ciento del agua dulce accesible en el mundo. Sin embargo, los sistemas de riego con fugas, los métodos de aplicación ineficaces y las plantas que necesitan demasiada agua en comparación con su entorno hacen que se desperdicie el 60 por ciento de este valioso recurso. 

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y estudios del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y de la Universidad Humboldt de Berlín, entre otros, citan cifras similares.

Aquí es donde entran en juego Bierdel y su equipo. Los datos recopilados por los investigadores se pondrían a disposición de empresas que analizan los datos agrícolas y transmiten los resultados a sus clientes. 

La Asociación Alemana de Agricultores confirma que hay interés en el proyecto. Según un portavoz, hay grandes esperanzas de que instrumentos de medición por satélite como los desarrollados ayuden a los agricultores a utilizar el agua de forma más sostenible. "Sin embargo, suponemos que esta tecnología puede utilizarse no solo para el riego o la medición de la humedad del suelo", acota el portavoz, y añade que la aplicación más importante de los datos por satélite son los servicios de GPS para uso más preciso y específico de fertilizantes y pesticidas. 

La observación de la Tierra desde el espacio no es nada nuevo. La Agencia Espacial Alemana enumera toda una serie de proyectos en curso y finalizados. Michael Nyenhuis, experto de la agencia, considera que los proyectos comerciales son complementarios a los financiados por el Gobierno, que proporcionan datos más generales y suelen tener un uso menos específico. 

Se prevé que los cuatro primeros satélites ConstellR estén en el espacio a finales de 2024. Para probar previamente la tecnología, principalmente un telescopio reflector con una cámara infrarroja térmica y un ordenador miniaturizado para el procesamiento de datos, el 19 de febrero se envió a la estación espacial ISS un prototipo del instrumento de medición. 

Solo en un paso posterior se abordarán cuestiones específicas de los satélites, como el suministro de energía, la comunicación y el posicionamiento en una órbita específica. "Se trata de muchos detalles que de momento no tienen nada que ver con la tecnología principal", explica Bierdel. 

Los resultados de las mediciones son mapas llenos de puntos de colores que posteriormente serán evaluados por empresas especializadas. Bierdel espera que los resultados puedan aplicarse no solo a la agricultura. "También podrían hacer más precisos los modelos meteorológicos, ayudar a la planificación urbana o impulsar una gestión más eficaz de catástrofes", puntualiza el experto.

dpa