El primer ministro Boiko Borisov, que gobierna Bulgaria desde hace una década, es el favorito en las elecciones legislativas que se celebran el domingo, a pesar de verse debilitado por las protestas masivas contra la corrupción del año pasado.
Las encuestas de opinión auguran otra victoria para el partido de centroderecha Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) del primer ministro, lejos del viento de rebelión que soplaba hace unos meses.
Debido a la pandemia de covid-19, la campaña se desarrolló sin actos y sin ninguna conferencia de prensa de Borisov, que realizó múltiples visitas por todo el país difundidas en su página Facebook.
A menudo sin mascarilla, este exguardaespaldas que se dice cercano al pueblo, "utilizó la pandemia para valorizar la acción del gobierno", dijo a la AFP el analista Antony Todorov.
No obstante, los analistas consideran que Borisov no obtendrá una victoria contundente y que el próximo parlamento estará bastante fragmentado, lo que anuncia difíciles negociaciones para formar gobierno.
En los sondeos, el GERB obtiene 28% de intenciones de voto, contra 20% para la coalición de izquierda liderada por el Partido Socialista Búlgaro.
En tercer lugar, con 13%, figura el partido populista del conocido animador de televisión Slavi Trifonov.
El año pasado, tras una serie de escándalos de corrupción, se registraron masivas manifestaciones para pedir la renuncia de Borisov y del fiscal general Ivan Geshev, acusados de proteger a los oligarcas.
Ese descontento podría ser aprovechado electoralmente por la coalición de derecha "Bulgaria Democrática", muy activa durante las manifestaciones.
También por el partido "¡De pie! ¡Mafia fuera!", cercano al presidente Rumen Radev, que el año pasado pidió la renuncia del primer ministro.
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