La unidad ante la pandemia despierta a la "inexistente" sociedad británica

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En el Reino Unido "la sociedad no existe", dijo Margaret Thatcher. Pero la pandemia de coronavirus ha despertado un movimiento de solidaridad sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial que pone en entredicho la famosa frase de la difunta primera ministra.

En un alegato contra el gasto público y a favor de un liberalismo político y económico que desde entonces se convirtió en la marca de su Partido Conservador, la "dama de hierro" aseguró en 1987 que "la sociedad no existe", hay "sólo individuos, hombres y mujeres, y familias".

Pero hace pocos días, el también conservador Boris Johnson la contradijo en el marco de los llamados públicos de su gobierno para que el país haga frente común contra la pandemia que ha matado a casi 2.500 personas en el Reino Unido.

En pocos días, unos 750.000 británicos se presentaron voluntarios para ayudar a los trabajadores de la salud pública y a los ancianos.  Además, más de 20.000 médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios jubilados volvieron al trabajo.

Y de una manera menos formal, se está estableciendo una solidaridad de proximidad entre vecinos confinados en todo el país.

Las azafatas y los auxiliares de cabina, la mayoría de los cuales se han visto privados de trabajo debido a la cancelación de los vuelos, aprovechan para echar una mano al personal médico de los hospitales de campaña que se han creado apresuradamente para hacer frente al "tsunami" de pacientes.

Dejando de lado sus actividades habituales, empresas enteras se han movilizado para producir en masa respiradores, máscaras y geles hidroalcohólicos.

- Política de solidaridad -

"Creo que esta crisis debida al coronavirus ya nos ha demostrado que la sociedad existe", dijo Johnson, que dio positivo la semana pasada al covid-19.

En un video publicado en Twitter el domingo, el primer ministro explicó que el virus sería derrotado por un esfuerzo colectivo, y añadió: "vamos a hacerlo, juntos".

La crisis del coronavirus ha dado al primer ministro "la oportunidad de remodelar y reformular firmemente la actitud de los conservadores hacia el concepto de 'sociedad'" y de "liberar" a su partido de los aspectos más negativos del legado thatcheriano, considera Ben Williams, politólogo de la universidad de Salford.

Pero las declaraciones de Johnson no son el primer golpe a dicho legado.

Su gobierno presentó el mes pasado un presupuesto que prevé un importante aumento del gasto público para satisfacer las expectativas de los votantes de los antiguos bastiones obreros del norte de Inglaterra, que lo apoyaron abrumadoramente en las legislativas de diciembre, y para sostener la economía ante el nuevo coronavirus.

Desde entonces, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, ha subido el listón a medida que la situación empeoraba, con medidas masivas que no se ajustan a los principios de la economía de mercado: aplazamientos de impuestos, subsidios de alquiler y la asunción por parte del Estado del 80% de los salarios de las empresas en dificultades.

Estas decisiones representan un cambio radical por parte de Johnson, que hasta hace poco atacaba y ridiculizaba la muy izquierdista agenda de la oposición laborista.

Sin embargo, Richard Vinen, profesor de historia en el King's College de Londres, relativiza esta ruptura con el período thatcheriano. Reconoce que el gobierno actual está "tomando distancias" pero también recuerda que la "dama de hierro" no dudó en recurrir a la potencia pública cuando fue necesario, por ejemplo durante la Guerra de las Malvinas en 1982.

dmh-phz/acc/mar