El Acuerdo de París: qué significa para Latinoamérica

El histórico pacto que se firmó en la Cumbre del Clima abre las puertas para cambios transformadores que ayudarán a avanzar la lucha contra el calentamiento global. Para Latinoamérica, este acuerdo era vital

Compartir
Compartir articulo
  163
163

Latinoamérica es una de las regiones más vulnerables al cambio climático y el acuerdo sienta las bases para poder crear comunidades y economías más resilientes. El Acuerdo de París también ayudará a movilizar nuevas inversiones en sectores claves como la energía limpia, que a la vez de ayudar a mitigar el cambio climático traerán importantes beneficios locales.

Durante la Cumbre del Clima varios países de Latinoamérica jugaron un papel clave que ayudó a que las negociaciones avancen, manifestando así que la región es parte de la solución climática. Este liderazgo internacional y compromiso con la acción climática deberá ahora traducirse en pasos concretos a nivel nacional.

Reducciones de emisiones que se profundizarán con el tiempo

El Acuerdo de París enmarca compromisos de reducciones por parte de más de 180 países - incluyendo a todos los mayores emisores: China, Estados Unidos, India y la Unión Europea. Es más, el acuerdo establece un mecanismo mediante el cual los países deberán re-evaluar y profundizar sus compromisos climáticos cada cinco años, asegurando así que el nivel de ambición de mejora seguirá en aumento.

Así mismo, se fortalecen los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas para asegurar que los países cumplan con sus compromisos. Esto es un paso transcendental en la lucha contra el cambio climático que llevará a reducciones concretas en gases de efecto invernadero y nos encaminará por una senda hacía reducciones aún mayores para que podamos evitar los peores impactos del cambio climático.

Para Latinoamérica, una de las regiones más vulnerables del mundo, el acuerdo es un paso crítico en la lucha contra el cambio climático que ayudará a asegurar el bienestar de sus habitantes.

El histórico pacto que se firmó en la Cumbre del Clima abre las puertas para cambios transformadores que ayudarán a avanzar la lucha contra el calentamiento global. Para Latinoamérica, este acuerdo era vital

Un nuevo compromiso con la adaptación

No debe asombrar que el 61% de los Latinoamericanos consideran que el cambio climático es la amenaza global más grave, según una encuesta internacional por investigadores de Pew. Lo cierto es que gran parte de los más de 600 millones de Latinoamericanos residen en zonas o dependen de sectores económicos como la agricultura, la pesca y el turismo que ya son altamente vulnerables al cambio climático.

El calentamiento global amenaza las costas, los glaciares y la rica naturaleza de la región - sus recursos pesqueros, sus corales, sus cultivos, y la inmensa biodiversidad de especies que son el asombro del mundo entero. Las pérdidas económicas en la región consecuencia del cambio climático podrían ascender a US$100 mil millones anuales para el 2050 según cálculos del Banco Interamericano. En las negociaciones de París, los países de América Latina buscaron poner en relieve la importancia de la adaptación y la urgencia de identificar - y financiar - respuestas a los peores impactos del cambio climático.

En el 2009, los países desarrollados acordaron proveer USD100 mil millones de dólares para el año 2020. Ahora, el acuerdo de París establece que este monto debe ser un punto de partida para el periodo post-2020 y que la provisión de recursos financieros debe tratar de lograr un balance entre la adaptación y la mitigación.

LEA MÁS:


Beneficios de la acción climática

El acuerdo de París también facilitará una transición hacia economías bajas en carbono mediante la movilización de nuevas inversiones en sectores clave, como la energía. Además del financiamiento público, la cumbre de París demostró que muchas empresas, inversores, instituciones financieras y otros actores también están dispuestos a tomar acciones climáticas.

En este sentido América Latina, con sus abundantes recursos renovables tiene todas las de ganar. Según Bloomberg New Energy Finance, cuatro de los diez mejores países para la inversión en energía limpia ya se encuentran en Latinoamérica: Brasil, Chile, México y Uruguay. En conjunto, en el año 2014 estos cuatro países vieron un total de USD 23 mil millones en inversiones de energía limpia.

Un incremento en estas inversiones limpias significaría más empleos verdes, mejoras en la salud pública y ahorros en gastos energéticos. Por ejemplo, según un análisis reciente realizado por el New Climate Institute, Chile podría ahorrar USD 5.300 millones cada año en combustibles fósiles, evitar unas 1.500 muertes en Santiago debidas a la contaminación del aire y crear 11.000 empleos verdes si inicia una trayectoria hacia cien por ciento energía renovable.

Los países de Latinoamérica pueden - y deben - apostar por las energías del futuro en vez de atarse a la infraestructura y los sistemas energéticos del siglo pasado. La Cumbre de París ha dado una señal clara de que una transición hacia fuentes de energía limpia como la solar, eólica y geotérmica es urgente. Ahora toca a cada país trazar una hoja de ruta para definir cómo lograrán esta transición.

América Latina es parte de la respuesta al cambio climático

Durante las negociaciones que precedieron al acuerdo de Paris, varios países de América Latina ayudaron a avanzar las discusiones al construir puentes entre los países en desarrollo y los países desarrollados y al mostrar su propia voluntad de tomar acción climática. Sus esfuerzos destacaron que sólo atreves de alianzas tendremos éxito en la lucha contra el cambio climático.

Fuera de las negociaciones, los países y las ciudades de América Latina ya son una fuente de soluciones climáticas. A través de los años hemos visto surgir de la región numerosos ejemplos de soluciones proactivas como son el sistema de buses de transito rápido de Bogotá, las hipotecas verdes de México, o el sistema de pagos por servicios ambientales de Costa Rica.

Estos y otros ejemplos son soluciones que se han probado y se pueden reproducir y ampliar en otras partes del continente y también fuera de la región. El acuerdo de París es una luz verde a soluciones climáticas como éstas que no sólo hacen frente a las emisiones de gases de efecto invernadero sino que también son una respuesta concreta a las necesidades de desarrollo sustentable de la región.


* Carolina Herrera Jauregui, especialista de NRDC, "La Onda Verde".