Uno de los pistoleros de París frecuentaba bares gays de Bruselas, fumaba cannabis y pasó la mayor parte de sus días jugando en su PlayStation.
Salah Abdeslam, de 26 años, el hombre más buscado de Europa, ha estado huyendo desde que participó en la masacre que acabó con la vida de al menos 132 en París el pasado viernes.
Abdeslam, que formaba parte de la célula terrorista del Estado Islámico (ISIS) que asesinó a tiros a decenas de personas en cafés y restaurantes llenos de París, fumaba, bebía y coqueteaba con hombres en bares gays en la capital de Bélgica.
"Siempre estaba saliendo con este tipo de gente", aseguró a Sunday Times Julien, un camarero de un club visitado por el terrorista hace un mes.
Lo curioso es que el ISIS, que está detrás de los atentados de París, ha exhibido cómo arrojaba a personas homosexuales desde edificios frente a plazas públicos en medio de la mirada de multitudes. Los terroristas también castigan a golpes y azotes a aquellos que fuman y beben alcohol.
Se cree Abdeslam es el hombre que alquiló dos coches utilizados por los terroristas en los atentados en la capital de Francia que el viernes 13 de noviembre conmovieron al mundo.
También se cree que condujo a su hermano Ibrahim y a un tirador francés a cuatro restaurantes en la zona del Canal Saint Martin de París, donde asesinaron a decenas de personas.
El Seat Leon negro que conducía fue encontrado abandonado en Montreuil, a ocho millas de París, con tres AK47 y 16 revistas en el interior.
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