Doble atentado en Beirut, golpe directo al bastión de Hezbollah

Los ataques suicidas mostraron la vulnerabilidad del grupo terrorista Partido de Dios ('Hezb-allah' en idioma árabe) y reafirmaron que su participación en la guerra civil siria ha generado un peligroso agravamiento en el volátil escenario libanés

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 AFP 163
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El ataque de los dos shahidies (mártires) sunitas que se inmolaron en un lugar muy cercano a la sede de la embajada iraní en Beirut y a escasos metros donde el año pasado también fue atacado un Centro Cultural de la Republica Islámica de Irán con la misma modalidad ha dejado decenas de muertos y heridos según agencias de noticias libanesas.

Sin embargo, lo devastador del golpe que Hezbollah trata de asimilar es la muestra de que, desde su abierto ingreso en la guerra civil siria, ya no puede brindar seguridad a su gente en los vecindarios y zonas libanesas donde años atrás reinaba en forma absoluta.

El derrame de una guerra vecina ajena al pueblo libanés y ordenada por Irán a su brazo armado está regresando peligrosamente al Líbano a los tiempos de la guerra civil, además de exacerbar la confrontación sectaria entre los favorables y los antisirios. Un coctel explosivo en el que el pequeño Líbano ha dejado de "ser sujeto para pasar a ser un objeto de las energías extremistas".

Hezbollah ha dado al pueblo libanés, de 2006 en adelante, mayores problemas, violencia, destrucción de la estructura del país y muerte

Golpeado por el terrible ataque de hoy, el secretario general del partido, sheik Hassan Nasrallah, ha enviado un comunicado que fue leído en su órgano de prensa adicto (la cadena televisiva Al Manar) que redoblarán la fuerza en su lucha contra los takfiries (en alusión a los sunitas seguidores del ISIS) en un intento por reafirmar su fortaleza y credibilidad.

Sin embargo, algunos funcionarios libaneses, que por razones de seguridad solicitaron anonimato en sus declaraciones, han sindicado a rivales de Hezbollah como autores del atentado, que efectivamente fue reivindicado en sitios de noticias locales desde el mediodía de hoy por un grupo anti-Assad ligado al Frente libanes de Al Nusra –ex agrupación terrorista cercana a los postulados de Al Qaeda–, hoy asociada al Estado Islámico (ISIS).

En el momento de las explosiones en el importante bastión chiita de Hezbollah, el Parlamento libanés se encontraba reunido llevando adelante la posibilidad de elegir un presidente después de más de dos años de acefalia presidencial. Esa situación de carencia de un presidente es responsabilidad absoluta del boicot que los últimos 24 meses han impulsado los diputados de Hezbollah y sus aliados prosirios encabezados por el ex general Michel Aoun, quien actúa en favor de Nasrallah y como marioneta cristiana de Irán para dar visos de respeto a la Constitucion libanesa, que exige que la presidencia sea ocupada por un cristiano maronita.

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Por estas horas, muchas personas en Líbano están planteándose, y lo expresan en los medios de prensa, las falacias que todos estos años ha publicitado Hezbollah en cuanto a su carácter de "resistencia protectora del país". Y lo propio respecto a lo innecesario de haber entrado a una guerra civil ajena a los intereses nacionales libaneses.

"Líbano ha quedado atrapado entre dos energías perversas"

Lo concreto es que todo lo que el accionar de Hezbollah ha dado al pueblo libanés desde 2006 en adelante han sido mayores problemas, violencia, destrucción de la estructura del país y muerte.

El nuevo atentado suicida en Líbano, marca un punto de inflexión en la guerra abierta entre sunitas (anti régimen sirio) y chiitas (pro Al Assad) en el que, según analistas consultados por el periódico An Nahar, se está colocando al Líbano muy cerca del precipicio y la anarquía política e institucional y, más peligroso aún, la mayoría de los ciudadanos libaneses ya no son sólo rehenes de Teherán a través de Hezbollah. El ataque de los salafistas asociados al ISIS de hoy muestra –como sostuvo y describió Angela Merkel en una entrevista a Reuters– que "Líbano ha quedado atrapado entre dos energías perversas". Ambas dirimen su fanatismo religioso y político en el escenario libanés. Algo muy malo para la paz regional y para el propio Líbano.