El Torneo de 30 equipos se anunció con bombos y platillos. Uno de los objetivos que planteaba era federalizar el fútbol argentino y le daba una gran posibilidad a los elencos del interior para mostrarse. Duró muy poco este optimismo porque los propios dirigentes que lo habían votado empezaron a cuestionarlo y muchos de los clubes que ascendieron (fueron 10 de manera directa) lo empezaron a padecer.
Uno de ellos es Crucero del Norte, que da inicio a esta fecha 22 como visitante de Argentinos. El equipo de Misiones nunca se pudo adaptar a la Primera División y en las 21 jornadas disputadas sólo pudo ganar en tres, perdiendo 13 y empatando las restantes cinco. En medio de esta mal andar futbolístico, el plantel protestó por las formas en que le toca disputar el campeonato más importante del país.
"Viajamos como ganado. Tenemos 20 horas para ir y otras 20 para volver y lo hacemos en un micro donde los asientos no se reclinan. Casi siempre, terminan los partidos y volvemos de inmediato, comiendo arriba del micro", expresó un integrante del plantel.
"La semana pasada limpiaron a dos jugadores para amedrentarnos: Juan Cabrera y Fabián Monserrat", agregó la fuente, que pidió no ser nombrada por la actitud del presidente Julio Koropeski quien continúa rescindiendo contratos. Poco parece importarle al propio Koropeski, quien afirmó: "Yo ya me resigné a jugar en la B".
Días atrás, el presidente le había apuntado a la actitud de sus futbolistas: "Se tendrán que ir si no dan el máximo. Rambert continuará al frente del equipo hasta finalizar el torneo y será el conductor el próximo año, pero habrá cese de contratos por bajos rendimientos y para equilibrar las cuentas". Y finalizó: "El problema no es el entrenador, sino la actitud de algunos jugadores que únicamente quieren jugar los partidos importantes. Eso se va a terminar; el que no quiere jugar todos los partidos dando el máximo, se tendrá que ir".