Verano, sol y ¡herpes!

Durante la temporada de calor solemos pasar más tiempo al aire libre. Esta exposición a los rayos ultravioleta puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades como el herpes labial, que no tiene cura. Qué hacer cada vez que se "reactiva"

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Es muy común que el herpes, especialmente el labial, aparezca con mayor frecuencia en el verano, al exponernos a los rayos ultravioletas del sol. El dolor y la quemazón en el labio van seguidos, después de unas 6 a 24 horas, por vesículas que se transforman en úlceras y costras, que se curan en 7 u 8 días. Algunas veces se acompañan de un aumento del tamaño de los ganglios vecinos al lugar de las lesiones.

El causante del herpes labial es un virus, el herpes simple tipo 1, que se transmite por contacto estrecho y directo de persona a persona como, por ejemplo, a través de un beso.

El contagio también puede producirse a través de objetos contaminados como los que se utilizan para comer y beber. Además del herpes labial, también existe el genital, causado por el herpes simple tipo 2, que constituye la causa más frecuente de úlcera genital en el mundo.

Viviendo con el enemigo

Se estima que un 80% de la población padece algún tipo de herpes. Esta infección no tiene cura. Una vez que alguien la adquiere, permanece en el cuerpo en las células nerviosas, generalmente debajo de la piel. A menudo se mantienen latentes o inactivos en estas células, a veces por muchos años o de por vida en lo que se denomina "latencia".

Con frecuencia, la infección se reactiva y el virus se traslada nuevamente hasta la piel y las mucosas y aparecen los síntomas. Esto se llama "reactivación." Algunas personas sufren uno o dos episodios por año, mientras otros los padecen con mayor frecuencia.

Hay quienes tienen una predisposición especial a presentarlo y, ante determinadas circunstancias, pueden reactivar con mayor facilidad el virus.

El estrés, la fiebre causada por una enfermedad infecciosa y la menstruación son, entre otras, algunas de las causas que precipitan la repetición. Otro de los factores causantes de estas reactivaciones es la exposición prolongada al sol, no sólo en verano, sino también durante el invierno, como puede ocurrir en las personas que en esa época van a la montaña a esquiar. Otras veces no se conoce el por qué.

"El estrés, la fiebre causada por una enfermedad infecciosa y la menstruación son, entre otras, algunas de las causas que precipitan la repetición"

Tratamiento

Aún no existe ninguna medicación que logre erradicar el virus del organismo. Sin embargo, con los antivirales actuales es posible disminuir la duración de los síntomas, es decir, reducir el tiempo que tarda hasta la cicatrización de las lesiones. También puede indicarse o aplicarse un tratamiento supresivo que consiste en la administración de antivirales, en dosis diarias durante períodos prolongados. Habitualmente mientras se toma la medicación no se producen nuevos episodios o bien el número de recurrencias está disminuido en un 80 a 90%.

Para cuidarse

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Frente al herpes, lo importante es no angustiarse y saber convivir con él. Si bien no existe un tratamiento curativo, puede aliviarse o disminuirse el número de episodios con los antivirales, en dosis bajas que son muy bien toleradas.

Aunque la prevención del herpes no siempre es posible, se pueden adoptar algunas medidas para minimizar los brotes. En este sentido, es importante reducir las situaciones de estrés para evitar reapariciones, así como lavarse frecuentemente las manos durante una exacerbación de la infección, ya que una higiene adecuada puede eliminar el riesgo de propagar la infección hacia otras áreas del cuerpo como, por ejemplo, los ojos.

En el caso del herpes labial, es recomendable el uso de pantallas solares con filtros de adecuada graduación para evitar los efectos de los rayos ultravioletas sobre las reactivaciones durante los meses de verano. Lo mismo se recomienda para exposiciones solares intensas, como por ejemplo, en la nieve durante la temporada de esquí.