Cómo seguir adelante cuando un ser querido ya no está

Cada persona vive el duelo de modo diferente. A muchos puede ayudarles apoyarse en sus creencias. Aquí una experiencia en primera persona

Compartir
Compartir articulo
AP 162

Hace pocas semanas, falleció mi hermana Lidia, y su partida nos dejó una gran tristeza, un gran vacío físico. En ese momento, me ayudó mucho leer algunas reflexiones que Santa Mónica le transmitió a su hijo San Agustín. Ella le pedía: "Rezad, sonreíd y pensad en mí". Sus palabras comienzan con la siguiente estrofa:

La muerte no es nada

No he hecho más que pasar al otro lado.

Yo sigo siendo yo.

Vosotros seguís siendo vosotros.

Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.

Dadme el nombre que siempre me disteis

Habladme como siempre me hablasteis

No empleéis un tono distinto.

No adoptéis una expresión solemne ni triste.

Seguid riendo con lo que nos hacía reír juntos.

Rezad, sonreíd, pensad en mí y rezad conmigo.

Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue.

Sin énfasis alguno, sin huella alguna de sombra.

A los cristianos, creer en Dios nos da un consuelo sobrenatural frente a la muerte.También nos ayuda mucho recordar con gran afecto los buenos momentos que vivimos y disfrutamos junto a nuestros seres queridos que ya no están.

A pesar de la ausencia física, ellos continúan presentes en nuestros pensamientos. Y podemos escribir las experiencias compartidas, que servirán, entonces, de testimonio para los hijos, sobrinos y nietos que los conocieron. Así lo hizo la hija de un gran amigo que vive en EE. UU. Para despedir a su abuela recién fallecida, ella describió en una página los momentos que vivieron juntas durante gran parte de su vida.

Estas sugerencias son similares a algunas de las que brinda la a href="http://www.apa.org/" rel="noopener noreferrer" Asociación Psicológica Americana/a para contribuir a que las personas superen la pérdida de un familiar o de un amigo cercano.

AP 162

En primer lugar, los especialistas nos recomiendan hablar sobre la muerte con las personas de nuestro entorno cercano, ya que esto nos permite comprender qué ha sucedido y recordar a quien ya no está a nuestro lado.

En segundo lugar, nos aconsejan ayudar a otras personas que también tienen que lidiar con la pérdida. Compartir anécdotas sobre nuestro ser querido es una forma útil de asimilar su ausencia.

Asimismo, nos alientan a rememorar y a celebrar su vida. Para esto, por ejemplo, se puede hacer un donativo a su entidad benéfica predilecta, enmarcar fotos de momentos felices o plantar un árbol en su memoria. Como cada relación es única, existirán múltiples formas significativas de honrarla.

Shutterstock 162

Finalmente, quisiera compartir con ustedes una oración de Santo Tomás de Aquino que también podemos tomar como guía para salir adelante y continuar nuestra vida con consuelo y alegría.

Dice así: "Dame Señor, método y facultad para aprender, agudeza para entender, sutileza para interpretar, gracia y prudencia para hablar, acierto al empezar, sabiduría al progresar, capacidad para conducir y paciencia para continuar".