La quema de una escuela es cuestión de Estado en Uruguay

Ex alumnos saquearon e incendiaron el edificio adonde asisten a clase más de 1.000 alumnos. El presidente Mujica convocó al Consejo de Ministros

Compartir
Compartir articulo
 El Observador 163
El Observador 163

El Gobierno uruguayo expresó hoy su preocupación por el ataque vandálico registrado en una escuela de la periferia de Montevideo en la madrugada del domingo, que causó daños materiales estimados en 100.000 dólares y dejó a más de 1.000 alumnos sin clase.

El presidente de Uruguay, José Mujica, convocó para este martes un Consejo de Ministros para delinear la estrategia por seguir tras el saqueo, robo e incendio del local donde funcionaban las escuelas 196 y 173 del barrio Flor de Maroñas.


En la medianoche del sábado al domingo, cinco aulas de estas escuelas fueron incendiadas completamente, por lo que será necesario reconstruirlas en su totalidad. Otras cinco aulas fueron saqueadas, el mobiliario quedó destrozado y los materiales educativos que allí se encontraban fueron robados.

El costo estimado de reparación de la escuela rondará los 100.000 dólares, ya que será necesario cambiar los techos, los suelos y las aberturas.

El ministro de Educación y Cultura de Uruguay, Ricardo Ehrlich, destacó que "es importante defender la escuela pública, sumar esfuerzos y acompañar a los maestros, las familias y los niños", durante una concentración de alumnos, padres y profesores en repudio a los hechos vandálicos.

Ehrlich agradeció además el ofrecimiento del Sindicato Único de la Construcción y Afines (SUNCA) y de las organizaciones barriales para participar en la reconstrucción de la escuela.

Por su parte, el presidente del Consejo de Primaria, Héctor Florit, enfatizó que el asalto a la escuela "avasalló y ultrajó" el trabajo que esta institución educativa realizaba en la comunidad.



Dos detenidos

En la noche del domingo, la Policía detuvo a un joven de 20 años y a su hermana de 18, como presuntos responsables del robo y posterior incendio del centro educativo.


Los dos procesados viven en la zona y son ex alumnos de la escuela. Si bien el joven de 20 años negó su responsabilidad, al menos cinco testimonios lo incriminan.