Jueves 30 de diciembre de 2004. Era la última de tres noches con las que el grupo de rock Callejeros pretendía cerrar el mejor año de su corta carrera. Estaba previsto que ese día interpretaran todas las canciones de Rocanroles sin Destino, su tercer trabajo discográfico, pero sólo llegaron a tocar algunos pocos segundos del primer tema.
"A hacer temblar la seguridad", cantaba Patricio Santos Fontanet del tema "Distinto", cuando un niño que estaba subido en los hombros de un adolescente encendió una candela y apuntó al cielo. Tal como había sucedido días atrás, una de las bolitas de fuego que lanza ese tipo de bengalas prendió en la media sombra que recubría el techo del boliche, pero esta vez no hubo forma de apagarlo con cerveza y banderas, como había pasado las noches anteriores.
La banda de rock, sorprendida, paró de tocar. Los materiales de la malla que se había instalado para proteger el techo ayudaron a propagar las llamas mucho más rápido hasta llegar al poliuretano. En segundos, el poco oxígeno que había en la sala se transformó en un veneno letal llamado ácido cianhídrico.
La capacidad del lugar estaba desbordada, no había salidas de emergencia habilitadas y su gerenciador,
, decidió cortar la luz por precaución.
, el lugar en donde debía celebrarse una fiesta, se transformó en
para 195 almas. Quizás más.
La política fue más rápida que la Justicia para encontrar responsables. Los que en aquellos años eran opositores hicieron los deberes para hoy ser oficialistas. Sin embargo, el derrumbe de un boliche de Palermo y otros tristes sucesos demostraron que aprendieron poco de la lección de 2004.
Esta tarde, entre las 14 y las 18, un grupo de familiares de víctimas de la tragedia realizó una jornada interactiva para pintar y estampar remeras en conmemoración de aquel triste episodio. Luego, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli, dará una misa en la Catedral metropolitana.
El actual papa Francisco siguió de cerca la causa Cromañón, y aun hoy mantiene algún tipo de contacto con algunos padres a los que tocó de cerca la tragedia.
Por otro lado, la organización denominada "No nos cuenten Cromañón", que nuclea a sobrevivientes de la tragedia, convocó a un acto en defensa de Callejeros en el Obelisco.
En declaraciones a InfobaeTV, Nilda
Gómez, integrante de la Asociación Civil Familiares por la
Vida, y madre de Mariano, quien perdió la vida en el lugar, afirmó: "No
me resigno a que haya pasado. Todas las noches a las 21:15 creo sentir la
llave de Mariano en la puerta y cuando no llega pienso que se quedó en lo de
Japo, que es el otro amigo que murió con él. Ahí me voy a dormir para intentar
despertar al otro día y que se haya terminado esta pesadilla".
Luego, relató con la voz entrecortada: "Lo
mío es una espera, que me despierte del sueño y encontrarlo a él en su
habitación o la espera de que yo me muera y que me lo encuentre a él en esa
vida que creo que hay después de la muerte".
Por su parte, María Luján Rossi, una de las sobrevivientes, afirmó: "Todos los días hay algo que me recuerda esa noche. Te sentís ahogado en un subte lleno, en un colectivo lleno, una sirena de bomberos, o incluso el olor a quemado en la calle". "Tenemos que convivir con lo que Cromañón nos dejó, queremos salir adelante y creemos que podemos ser felices, pero sin olvidar que hubo 16 sobrevivientes que fallecieron luego de Cromañón y hay 26 padres que también fallecieron, casi todos con problemas oncológicos", relató.
María Eugenia Macci, también sobreviviente y colaboradora de la Asociación Civil Familiares por la Vida, detalló: "Trabajo haciendo denuncias por irregularidades en boliches y te sentís un poco mejor, de saber que estás haciendo algo para cambiar las cosas. Aunque es difícil sabiendo que la Argentina está atada con alambre y somos pocos contra muchos".
Belkyss Contino, por su parte, confesó: "Ddurante los primeros 5 años después de la tragedia, fue el sueño más recurrente. Eso me terminó amoldando la vida a un lugar donde no imaginaba. Tenía 16 años en la tragedia y desde ese día decidí estudiar Ciencias Políticas para ver qué pasó. No me quiero olvidar de esa noche, lo peor que podemos hacer es perder la memoria".