Qué causó la muerte de la soprano

Un aneurisma fue el motivo de su deceso en pleno concierto. ¿De qué se trata? ¿Pudo haberse prevenido? Infobae consultó a especialistas

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El domingo pasado, Florencia Fabris –una de las artistas jóvenes más destacadas de la música lírica argentina–  interpretaba por primera vez el Requiem de Giuseppe Verdi durante una presentación en el auditorio Juan Victoria, de la ciudad de San Juan, cuando se descompuso sobre el escenario.

La mujer, de 38 años, fue trasladada de urgencia a Mendoza donde quedó internada en el Hospital Español. Allí fue abordada de manera multidisciplinaria y se le efectuó un cateterismo diagnóstico, que demostró la presencia de un aneurisma de 27 por 25 milímetros.

El promedio del tamaño de los aneurismas que sufren complicaciones no superan en promedio los 7 milímetros pero, en el caso de Fabris, el tamaño se calificó como "gigante".

En diálogo con Infobae, Cristian Fuster –jefe de neurocirugía de la Fundación Favaloro y director médico del Instituto de Neurociencias de esa entidad– explicó que los aneurismas se producen por una debilidad en la pared de una arteria.

"La presión sanguínea hace un globo, la sangre sale de la arteria e irrumpe en el tejido cerebral. La mayoría de las veces los aneurismas son congénitos y no hay forma de prevenirlos. Solo se pueden eliminar los factores de riesgo que hacen más factible que la arteria se rompa, como el tabaquismo, el alcohol y la hipertensión", aseguró.

El especialista explicó que esta patología es más frecuente en mujeres que en hombres y que la edad promedio en la que sucede es entre los 35 y los 60 años.

A pesar de que hay personas que logran sobrevivir con y sin secuelas –como dificultades para hablar o entender, visión doble, etc.–, en un 20% los casos suelen ser fatales.

En diálogo con Infobae, Luis Camera -médico clínico, profesor de medicina del Hospital Italiano y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Medicina- sostuvo que el aneurisma suele ser un cuadro dramático, ya que al romperse una arteria la sangre ocupa el espacio del cerebro y ello genera hipertensión.

"En algunos casos, estos pacientes pueden ser intervenidos quirúrgicamente con el fin de descomprimir esa inflamación. Lo que le ocurrió a la soprano suele ser fulminante y hay muy poco tiempo para poder hacer algo, ya que el sangrado es muy abundante y veloz. Incluso si esto sucede dentro de un hospital el cuadro presenta tal severidad, que las posibilidades de que el paciente se salve son casi nulas", indicó Camera.

El profesional consultado agregó que, en algunos casos, los pacientes presentan síntomas los días previos al episodio, como cefaleas o pequeños sangrados. "Estos síntomas pueden ser premonitorios, aunque pocas veces aparecen antes de que el cuadro se desate", finalizó.