El avance del idioma español en China

Sun Hongbo es Investigador adjunto del Instituto del América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China

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Al principio de la fundación de la República Popular China, poca gente sabía español y América Latina seguía siendo una región desconocida para esa Nación. Así, desde los años 50 y con el propósito de establecer relaciones diplomáticas con los países hispanohablantes, empezó la formación de profesionales de la lengua española. Como testigos, participantes y constructores del desarrollo de diversos terrenos entre China y América Latina, estos profesionales del español han sido un motor intelectual y una parte indispensable del desarrollo de las relaciones bilaterales sino-latinoamericanas.

Fundamentales para los intercambios diplomáticos y culturales

En los años 50 y 60, la formación de los estudiosos del español estaba en una etapa embrionaria y las relaciones bilaterales entre China y América Latina se limitaban a los intercambios no gubernamentales. En aquel entonces, los primeros dirigentes de la República Popular notaron la importancia estratégica de la formación y reserva de profesionales del español para la diplomacia con América Latina. En 1952, se fundó la primera carrera de español en la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing. Con el lanzamiento de la enseñanza del español en los años 60 en otras universidades, como la Universidad de Beijing, la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai o la Universidad de Nanjing, se perfiló el sistema para la enseñanza del español. A partir de 1956, los primeros graduados, además de otros 100 alumnos que estudiaron en Cuba entre 1960 y 1969, pasaron a conformar la columna vertebral de la diplomacia con América Latina; algunos de ellos se desempeñaban como embajadores o cónsules y otros como profesores o estudiosos privilegiados especializados en América Latina.

En los años 70 y 80 llegó otro auge en el establecimiento de relaciones diplomáticas de países latinoamericanos con China. Bajo esta influencia, especialmente tras la aplicación de las políticas de reforma y apertura al exterior de China, se dispararon la cooperación económica y los intercambios culturales entre ambas partes, lo que causó la alta y constante demanda de expertos en español, caracterizada por la exigencia de requisitos multidisciplinarios. Respectivamente, ambas partes establecieron educación de posgrado y prestaron mucha atención al envío mutuo de estudiantes. De 1973 a 1979, China mandó más de 100 estudiantes a México, Perú y Venezuela y albergó a 30 estudiantes de países latinoamericanos. En este periodo, los profesionales del español no sólo se dedicaron a la diplomacia, sino también al estudio de Latinoamérica y a la traducción de obras literarias. Se fundaron muchos centros de estudio, por ejemplo, el Instituto de América Latina (1960), la Asociación de Historia Latinoamericana de China (1979), la Asociación de Literatura de España, Portugal y América Latina (1982) y la Asociación China de Estudios Latinoamericanos (1984). Los profesionales del español jugaron un papel como "mensajeros culturales" para que China entendiera a América Latina.



La reestructuración de la educación del español



En los años 90, y especialmente con la llegada del siglo XXI, el desarrollo de las relaciones bilaterales entre China y América Latina llegó a un apogeo sin precedente en rapidez, profundidad y envergadura, desarrollándose en diferentes terrenos y niveles, tanto gubernamentales como populares. Más de 100 mandatarios latinoamericanos visitaron China, los departamentos gubernamentales de ambas partes llevaron a cabo amplios intercambios culturales y más de 100 provincias, municipios y ciudades se hermanaron con sus pares chinos. Además, tanto el aumento del volumen de negocios como el establecimiento de nuevos y amplios mecanismos de cooperación han superado a los tiempos pasados, y esta nueva situación promueve la reestructuración de la educación y formación de estudiosos del español.

En consecuencia, la educación ha pasado de centrarse exclusivamente en el idioma a ser multidisciplinar, es decir, combinar el aprendizaje del idioma y otras profesiones, tanto dentro como fuera de China. En muchas universidades se ofrecen clases opcionales de español para cumplir la demanda de los estudiantes de otras carreras.

Las bases tradicionales de la formación del español se concentran en las ciudades de Beijing y Shanghai, que son los centros políticos y económicos de China. Pero la formación del español se empieza a extender a otras provincias mediante sus contactos comerciales cada día más estrechos con América Latina. De 2003 a 2010, se abrieron facultades de español en las universidades de las provincias de Jiangsu, Zhejiang, Liaoning, Sichuan, Heilongjiang, etc., lo que aumentó la cifra de universidades con enseñanza de español a 40.

El mercado está sustituyendo al gobierno como el elemento principal para decidir la oferta y la demanda de profesionales del español. En los últimos años, además de las universidades públicas, muchas universidades e institutos privados chinos y latinoamericanos también participan en la formación de expertos del español. Aun así, no se reduce la demanda de los departamentos gubernamentales y, además, las empresas han pasado a ser las primeras entidades en la absorción de profesionales del español.



Continúa la alta demanda

La buena tendencia de las relaciones bilaterales, especialmente las económicas, nos muestra que se necesitan más profesionales con conocimientos multidisciplinares y con buen manejo del español. Hoy, la cooperación sino-latinoamericana no se limita al comercio, sino que abarca también la inversión y llega a otros terrenos, como finanzas, energía, agricultura, infraestructura y tecnología. Según estadísticas del Ministro de Comercio de China, el año pasado el volumen comercial sino-latinoamericano sumó 18.368 millones de dólares. En 2009, la inversión directa de China en América Latina llegó a 7.330 millones de dólares, lo que representa el 13% de la inversión total de China en el extranjero. Más de 700 empresas chinas tienen sucursales y operaciones de negocios en América Latina, como PetroChina, Sinopec, Huawei y ZTE, entre otros.

Estos factores marcan la enseñanza del español, especialmente la cooperación bilateral, que se caracteriza por la amplitud de terrenos y la participación social, por lo que ambas partes necesitan expertos que sepan español y sean profesionales de otros rubros, como derecho, finanzas, negocios, inversión, etc. Por ello, es preciso modificar el modelo de enseñanza, la estructura de carreras y el período de educación.

Al mismo tiempo, debido a la distancia y a la falta de vínculos históricos y culturales, la imagen de América Latina para los chinos es muy abstracta y vaga, mientras que los conocimientos de los latinoamericanos van a la zaga de la actualidad de China. Bajo la influencia de algunos expertos y medios occidentales, incluso existen malentendidos mutuos. Por eso, es necesario formar profesionales que manejen bien el idioma y conozcan la cultura local para promover el entendimiento e intercambio mutuos. Eso señala la nueva dirección para la formación de profesionales del español, y también ofrece un enorme espacio laboral para los jóvenes latinoamericanos. En los últimos años, jóvenes provenientes de México, Chile, Venezuela y otros países empiezan a procurarse un desarrollo en China, trabajando como profesores de lengua en las universidades o participando en la cooperación comercial bilateral.

Aunque se extiende la formación de profesionales, todavía no se cubre la demanda. Al mismo tiempo, el número de universidades que ofrecen la enseñanza del español y el número de estudiantes de la carrera de español no implican que la formación se adapte a la nueva situación y a los nuevos requisitos del desarrollo de las relaciones sino-latinoamericanas.

En comparación con las relaciones comerciales, en los intercambios educativos todavía hay mucho que hacer, considerando que éste es un eslabón indispensable para el desarrollo de las relaciones sino-latinoamericanas. En realidad, la cifra de estudiantes de intercambio todavía es muy pequeña, de modo que ambas partes tienen que alentar a las universidades, institutos y empresas para crear un mecanismo de formación multifuncional.

De todas maneras, la formación de profesionales del español en China ya está en un nuevo punto histórico y con la profundidad de relaciones sino-latinoamericanas, se puede prever que la demanda seguirá aumentando.