Nilda Garré le cambió los nombres a tres escuelas de la Policía Federal

Se trata de los institutos de formación de oficiales y suboficiales Ramón Falcón, Alberto Villar y Cesario Cardozo. Son uniformados fallecidos que tuvieron críticas de organismos de derechos humanos por su actuación

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La medida, dispuesta por la ministra Nilda Garré, fue publicada hoy en el Boletín Oficial, en la Resolución 167/2011. La escuela Superior General de Brigada Cesario Cardozo pasa a llamarse Enrique Fentanes, la de Cadetes Ramón Falcón se denomina de ahora en más Juan Ángel Pirker y la de Suboficiales y agentes Alberto Villar se denomina "Don Enrique O'Gorman".

En ese sentido, la medida la anticipó Garré durante la entrega de diplomas a los primeros egresados de la fuerza durante su gestión y hoy fue publicada en el Boletín Oficial, por medio de la Resolución 167/2011.

En la misma se señala que la disposición obedece a "que para alcanzar, mantener y garantizar la Seguridad Interiores indispensable que los recursos humanos de los Cuerpos Policiales y Fuerzas de Seguridad actúen conforme a doctrinas, técnicas y prácticas profesionales comprometidas con la plena vigencia de los derechos humanos".

La Escuela Superior de Policía denominada "General de Brigada Cesario Ángel Cardozo" cambia su nombre por el de "Comisario General Enrique Fentanes".

Cardozo fue nombrado jefe de la Policía Federal el 31 de marzo de 1976.

El 18 de junio del mismo año una compañera de estudios del Instituto de Lenguas Vivas y amiga de una hija, que frecuentaba su casa, Ana María González, de 18 años de edad, colocó una bomba de 700 gramos de trotyl bajo el colchón de la cama de Cardozo que al estallar le causó la muerte así como heridas a su esposa Susana Beatriz Rivas Espora.

En tanto, Fentanes es reconocido como una persona ilustre que contribuyó a sentar las bases para la creación de la fuerza en 1943 por medio del estudio de antecedentes, información doctrinaria, jurisprudencia, legislaciones comparadas y precedentes extranjeros.

También fue docente y autor de diversas publicaciones, entre ellas se destaca el tratado de ciencia de la policía, mientras que en 1934 su labor permitió la creación de la Biblioteca Policial y de la Revistade Policía y Criminalística de Buenos Aires.

Por su parte, la Escuela de Cadetes, denominada "Coronel Ramón Lorenzo Falcón" pasa a llamarse "Comisario General Juan Ángel Pirker".

Ramón Falcón fue nombrado jefe de la Policía Federal en 1906 y un año más tarde fue el encargado de ordenar el desalojo de las familias obreras, que se negaban a acatar el aumento unilateral de precios aplicado por su arrendadores.

Obreros, mujeres y niños en estado lamentable en su mayoría, tomaron las calles con escobas bajo el lema de "barrer la injusticia" y fueron reprimidos con fuertes chorros de agua helada arrojadas por Bomberos.

El 1 de mayo de 1909 reprimió una protesta de anarquistas y el saldo fue de 11 muertos y más de un centenar de heridos. El 14 de noviembre de ese mismo año un joven anarquista ruso de 18 años tiró una bomba contra el carruaje de Falcón, quien murió horas después por las heridas sufridas.

Pirker fue jefe de la Policía Federal en los primeros años del retorno de la democracia desde 1986 hasta su fallecimiento en 1989 y contribuyó a la integración de la Institución con la sociedad al preocuparse por conocer las necesidades sociales y por impulsar los cambios para adecuar dicha fuerza policial a los requerimientos propios de su época.

Por último, la Escuela Federal de Suboficiales y Agentes "Comisario General Alberto Villar" pasa a llamarse "Don Enrique O'Gorman".

Villar fue nombrado jefe de la fuerza en 1973 por el entonces presidente Juan Domingo Perón, quien le dio órdenes precisas para luchar contra la guerrilla.

Sin embargo, el 1 de noviembre de 1974 cuando junto a su mujer se dispusieron a pasear en lancha y río adentro se produjo la explosión de la misma, por lo que falleció durante ese gobierno democrático.

Por su parte, O'Gorman fue jefe de la Policía entre 1867 y 1874 y contribuyó en la reorganización de dicha fuerza policial. Dispuso la remisión inmediata de la aplicación de barras y cepos a los detenidos en comisarías, por considerarlos instrumentos de tortura.

En su accionar se destaca la elaboración del Reglamento General del Departamento de Policía, el cual fue el primer cuerpo legal con el que contó dicha institución policial desde su creación y que permitió mejorar el servicio policial; la creación del Cuerpo de Vigilantes; el aumento de la cantidad de comisarías y del personal de cuerpo.

Con ello contribuyó a la unificación de la fuerza, lo que permitió cubrir ininterrumpidamente la vigilancia, el orden y la seguridad de la ciudad.