Un hincha que seguía a Vélez a todas partes

?No era barra brava, era un pibe común y corriente, que estudiaba, trabajaba y era fana de Vélez, el club del barrio, donde se crió?, todos los protagonistas coincidían en remarcar su condición de hincha de verdad 

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?No era barra brava, era un pibe común y corriente, que estudiaba, trabajaba y era fana de Vélez, el club del barrio, donde se crió?, todos los protagonistas coincidían en remarcar su condición de hincha de verdad 
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?No era barra brava, era un pibe común y corriente, que estudiaba, trabajaba y era fana de Vélez, el club del barrio, donde se crió?, todos los protagonistas coincidían en remarcar su condición de hincha de verdad, sin condiciones políticas, sin intenciones de violencia.

Antes de cada partido de su Fortín, se juntaba con los pibes del barrio, siempre con su bandera azul y blanca con la inscripción de ?Emi? en la mochila. Cuando se equipo jugaba de visitante, se subía a los micros que pone el club para compañar al equipo.

Era socio de Vélez y tenía su lugar predilecto en el estadio José Amalfitani para ver a la V azulada: el codo cercano a la autopista. Allí, colgaba su bandera. Nunca ausente, Emmanuel era reconocido por los hinchas y dirigentes del club por su consecuencia con el equipo.

Hijo único de Hugo y Graciela, tenía 21 años y estudiaba en el colegio San José. Vivía en Montiel y Humaitá, corazón del barrio de Liniers.

La muerte lo encontró yendo a ver a su club. Mientras cantaba y esperaba ansioso el partido contra San Lorenzo, augurando sostener la punta del campeonato, un disparo a centímetros de la tetilla derecha marcó su final.