Desde hacía casi dos meses, cuando Infobae.com lo anunció en exclusiva, Diego Simeone tenía pensado dejar de dirigir a Estudiantes para hacerse cargo de un River que, entonces con Daniel Passarella, veía venir su hecatombe en lo futbolístico.
Al todavía entrenador del conjunto platense le seducía la idea de desembarcar en Núñez, pero tenía varias contras. Por un lado, los apremios de River que se intensificaron en las últimas horas, ya que en este club quería confirmar al entrenador antes de mediados de diciembre. Por otra parte, Simeone no sabía cómo alejarse de La Plata. La excusa de la falta de refuerzos fue la única a la que apeló, aunque nadie le creyó.
Él no se fue de Estudiantes por eso sino porque le seducía la idea de dirigir a un grande y si no se apuraba Nery Pumpido y Claudio Borghi le podían ganar la carrera.
Pero no es este el primer caso de un entrenador que deja librado a su suerte a Estudiantes de La Plata. Pasó con Reinaldo Merlo y luego con Jorge Burruchaga.
En el caso de Merlo, molesto con la dirigencia platense, empezó por hacer algunos desaires. Faltó a una cena institucional, luego no siguió el protocolo en un partido y después no se presentó a una conferencia de prensa. Días después, enojado ante los medios, renunciaría al cargo para asumir en River.
Lo de Burruchaga siguió la misma senda. Reemplazó a Merlo en ese mismo 2005, hizo una campaña aceptable y cuando se rumoreaba su apellido para hacerse cargo de la dirección técnica del club de sus amores, Independiente, no dudó en hacerlo.
Esta vez, el argumento fue la diferencia económica entre lo que pretendía el entrenador y lo que ofrecía el club.
Cuando se alejó de La Plata, el club de Avellaneda le abrió las puertas de par en par y los hinchas de Estudiantes nunca olvidaron ese gesto.
Diego Simeone fue quien asumió, entonces, al frente del "Pincha" y en pocos meses de trabajo armó un equipo por demás competitivo que terminó siendo campeón en una definición histórica ante el Boca de Ricardo La Volpe.
El "Cholo" se ganó así el respeto de la gente de Estudiantes, pero el futuro no parece seguir la misma senda si se tiene en cuenta el desaire que hizo ahora, al inventar excusas inverosímiles para irse a River. Nadie le creyó. Pero tal vez eso no cuente ahora.